Valores Y Virtudes Necesarias En El Perfil Del Administrador Educativo
69TEKILA9 de Diciembre de 2011
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Valores y Virtudes Necesarias en el Perfil del Administrador Educativo de hoy y del Administrador del Nuevo Milenio. Una Perspectiva Axiológica de la Calidad.
1.1 Introducción:
Desde una arista axiológica, la calidad tiene que ver con un sistema de valores, una expresión cultural ejercida por los principales actores, asociados a la excelencia, un valor que debe desarrollarse y adaptarse a la realidad del entorno donde se desea promover.
Hoy, cuando la sociedad esta inmersa en una crisis de valores que repercute indiscutiblemente en el quehacer de los profesionales de la administración educativa, cuando las escuelas han dejado de ser los formadores del tipo de individuo que la sociedad aspira, es urgente rescatar el perfil de Director que requieren nuestros centros educativos.
Es importante bajo esta perspectiva, preguntarse respecto a los valores y virtudes que poseen o deben poseer los administradores educativos de hoy, esos profesionales responsables del proceso. ¿Estos participantes vivifican en su quehacer administrativo el desarrollo de un proceso basado en principios éticos y morales que les impulsen al desarrollo de la excelencia?, ¿Son los administradores de hoy, líderes dignos de imitación por quienes son parte del proceso?, ¿Poseen las cualidades para administrar efectivamente el proceso enseñanza aprendizaje?, ¿Cuáles son esas cualidades?, ¿Qué tipo de Administrador Educativo necesita el sistema educativo y la sociedad?, ¿Con qué recursos económicos, físicos, humanos, se cuenta para aprovechar al máximo el curso lectivo? ¿Son los mejores?
Todo lo anterior lleva a cuestionar un elemento interesante a considerar en el proceso administrativo: la selección de personal, actualmente, se carece de un proceso adecuado que garantice que aquellos con mejores condiciones humanas y profesionales sean los que obtengan los puestos.
La gestión eficaz no es la única necesidad de la educación para llegar a ser un profesional de calidad, ni tampoco su finalidad, la educación debe concretarse en actividades que permitan la formación de una persona integralmente incorporada a la sociedad, donde interactúe y haga efectivo el pleno ejercicio de su humanidad.
1.2 El dinamismo transformador de los valores, desde la escuela a la sociedad:
La crisis de valores se manifiesta por el clima de permisividad moral en el que parecen estar bien algunas conductas que antes eran reprobables desde el punto de vista ético. En cierto modo, nos acostumbramos a pensar como vivimos y no a vivir como pensamos. Existe en nuestra sociedad un relativismo que transforma poco a poco los valores en conductas moralmente sospechosas pero socialmente aceptadas. Una ética personal inconsistente, sin bases sólidas lleva a que la gente haga cosas incorrectas creyendo que son buenas y a pensar que lo que no está expresamente prohibido por las normas, se puede hacer. Este relativismo del que es víctima actualmente la sociedad lleva a pensar que da lo mismo una u otra orientación moral y que todas las decisiones éticas son relativas a las diferentes personas y culturas. Este relativismo es una de las causas de la actual crisis de valores, pues deteriora la honestidad, la lealtad, la veracidad y la justicia; los hace parecer como ideales inalcanzables, que sólo se pueden esperar de personas con una formación muy especial.
La ausencia de un sistema de valores claros que incorporen los conceptos de los mismos, han provocado conductas ambiguas a la hora de administrar un centro educativo. Este mundo, nuestra sociedad, nuestras escuelas, no necesitan seres humanos de palabras, sino hombres y mujeres de acciones y convicciones claras.
Bien expresa Miguel Angel Cornejo (1996, pág.10) : “Siempre que esta en nuestro poder el hacer, lo está también el no hacer”. Es claro que de nosotros depende la diferenferencia en esta cambiante realidad.
Es necesario que hoy, los administradores educativos desarrollen sus propios códigos de conducta que guarden en su conciencia y que le permitan proyectarse positivamente en su entorno laboral e indirectamente en la sociedad donde se desarrolla. La Asociación de Directores y Administradores del Sistema Educativo (ADEM), donde actualmente participo como Secretario General, ha iniciado un proceso transformador e innovador en este tipo de asociaciones de afiliación voluntaria, proponiendo la conformación de un tribunal de ética entre sus asociados que procure promover un conjunto de normas éticas que guíen el quehacer de quienes pertenecemos a esta asociación.
Personalmente, he trabajado durante once años como Administrador Educativo y en ellos he aprendido de teóricos y en la práctica veinte principios que he tratado de aplicar en mi vida y en mi labor, principios que me han dado buenos resultados, por ello quiero compartirlos con ustedes, estos son:
1.- La construcción personal de un código de conducta y normas éticas que dirigen mi vida.
2.- El procurar siempre la excelencia, hacerla un valor en mi vida, ya que esta no tiene sustituto.
3.- Mantener siempre un objetivo o una meta clara y precisa .
4.- Decir las cosas que hay que decir y cuando halla que decirlas con claridad y serenidad.
5.- Establecer una comunicación personal con cada uno de los miembros de la organización
6.- No permitir las excusas, que ellas queden para los mediocres.
7.- Admitir cuando no se sabe la respuesta a una interrogante o situación conflictiva.
8.- Escuchar siempre a quienes buscan nuestra ayuda.
9.- Saber elogiar en el momento oportuno.
10.- No decir nada de nadie que no pueda decirle en su cara.
11.- Mantener absoluta integridad en todas las cosas, en todo momento.
12.- Nunca hacer nada de lo que pueda avergonzarse después.
13.- Elogiar en público y criticar en privado.
14.- Considerar nuestras palabras como un juramento y cumplir las promesas que se hagan.
15.- Ser siempre puntual.
16.- Aceptar la responsabilidad de lo que haga.
17.- No temer cometer errores, pero evitar los costosos y nunca repitir los mismos.
18.- No preocuparse por los problemas, ocuparse de ellos.
19.- Vigilar el lenguaje cuando tenga que mediar en un conflicto. Provocar el diálogo con preguntas abiertas.
20.- Procurar desarrollar la Calidad de Vida en el Trabajo.
Si analizamos estos principios, reconoceremos en ellos una serie de valores que permitirán trascender a la labor administrativa, que desarrollarán en su labor directiva frutos positivos que repercuten en el clima de la organización.
1.3 Los Valores Básicos en el Proceso de la Administración de la Educación:
Hay que poner lo mejor de nosotros mismos en la tarea de construir nuestra personalidad, la de ser hombres y mujeres valiosos para con nuestra familia, sociedad y centros educativos, para nuestros amigos, para nuestra patria.
Si yo me propongo, aprendo a ser leal, generoso o buen compañero de trabajo. De esta manera adquiero experiencia y la experiencia misma se convierte en fuente de valores, pues de ella extraigo lo mejor y lo incorporo a la jerarquía personal de valores.
Esa jerarquía no es una lista de valores, sino un marco de referencia de aquello que es más valioso para mi. Esta jerarquía no depende de lo que los demás hagan, piensen o digan, ni lo que dicen las encuestas de los valores de moda, sino de lo que cada uno de nosotros elige responsablemente, asistido por su inteligencia, su voluntad y sus afectos. Mi inteligencia, mis emociones, mis motivaciones desempeñan un papel decisivo en esa jerarquía de valores y en la manera como éstos modelan mis comportamientos cada día.
Las personas que encarnan valores son puntos de referencia para los demás, las personas con virtudes morales, son dignas de imitación y se convierten en ejemplos que mueven a los demás a obrar de manera parecida.
He escuchado gran cantidad de educadores que se quejan de la inconsistencia de sus jefes, se quejan de los conflictos que viven en sus centros educativos, por la incoherencia entre lo que se dice y se hace, por la forma en que son tratados por parte de los administradores educativos. Como director, la experiencia me hace reconocer la existencia de una enorme presión psicológica que pone el sistema en nuestros hombros y cómo muchas veces nos vemos atrapados por la fatiga y la inconsistencia entre lo que queremos y lo que podemos hacer.
Es lamentable que muchas veces el sistema impide ser las personas que encarnan valores y a quienes vale la pena imitar. Hay demasiada mediocridad y conformismo en el sistema, demasiada aspiración al éxito económico y al disfrute del poder como metas supremas de la vida. Es urgente la conformación de administradores educativos que se acerquen al ideal de los valores de todos.
La calidad de una persona se mide por los valores, por la capacidad de hacer el bien, los valores son para vivirlos, para actuar bajo sus dictados, para abrirnos camino con ellos, son siempre una meta y un ideal. Los valores se siembran en la mente y en el corazón, cada uno tiene la obligación de conformar su jerarquía personal de valores y ser así los modelos o grandes modelos de ejemplaridad que requiere el sistema educativo para llegar a ser de Excelencia.
Para Ken Blanchard (1997, pág. 110): “Lo más importante en la vida es resolver qué es lo más importante”. Y a partir de este criterio muestra una lista de valores que deben
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