Actualidad del humanismo empresarial.

Actualidad del humanismo empresarial

Vivimos un panorama de constante cambio, donde la tecnología va avanzando rápidamente pero el desarrollo del hombre se va quedando atrás; nos hemos enfocado tanto en los procesos mecánicos que perdemos de vista la naturaleza social de la empresa, tenemos empleados que buscan sus propios intereses pero que han perdido el sentido de lo que hacen. Por ello, es necesario precisar el papel del hombre en la estructura organizacional y el impacto de la relación entre el mercado y el Estado sobre ésta. Al respecto, Llano menciona a Peter Drucker y el Management, que lo expone como un arte liberal; arte porque implica práctica y aplicación relativas a la tecnología social; liberal porque destaca el saber, el autoconocimiento, la prudencia y el liderazgo; este enfoque se refiere a las humanidades, los valores, al perfeccionamiento y desarrollo de la persona.

Calleja menciona que la Revolución Social del Management implica una trasformación en la dirección y administración de las dimensiones de la vida social; el autor coincide en que ésta disciplina surge para reunir los aspectos técnico y humano en la empresa, progresando de la era moderna a la postmoderna. Por otro lado, la modernidad supone usar la propia razón para entender el mundo sin depender de afirmaciones externas, es decir, entrar a la adultez como señalaba Kant; siendo similar a la Ilustración. Para Weber ésta Era es un desencantamiento de lo mítico del mundo que usa la seguridad científica; no obstante, produce ausencia de sentido, politeísmo de valores, que recordando a Fiore (2004) citaba “ya no existe el Absoluto, ya no hay Legislador. Cada uno es dios para sí mismo…” (p. 37), así como hombres carentes de espíritu, considero que éste enfoque produce vacío existencial que deja a la humanidad como un barco sin capitán.

Al englobar lo dicho por Kant y Weber, surgen caracteres que de acuerdo a Schumacher, todo nace de la evolución, el desarrollo se deriva de la competencia, el individuo sigue sus intereses, el placer domina la afectividad, el conocimiento es relativo y debe enfocarse en experiencias cuantificables. Por lo anterior, se produce un esquema de economicismo-burocratización que comprende el Estado y el mercado; en el que el desorden de uno es regulado por el otro; además, al surgir problemas sociales se pretende tener menos Estado y más mercado; lo cual no es posible ya que el Gobierno domina todo, por lo que sólo acuerdan con intercambios, siendo los motivos del hombre moderno la riqueza y el poder.

De este modo, se origina la superestructura conformada por el aspecto económico-político y debajo de ésta, la estructura del Ethos Vital de las relaciones personales, el sentido y la unidad. La postmodernidad considera el mundo vital en contraste con la era anterior, causando la Rebelión del Ethos Vital donde deriva la colonización, cuando el Estado y el mercado intervienen para alinearlo a través de la burocracia y la mercantilización. Mientras que la emergencia, personaliza, da sentido a las estructuras, permite la libertad creativa y la responsabilidad; ésta alude al humanismo empresarial que ve a la persona como fin, la valora más que a las cosas, reconoce su dignidad y organiza tanto a la comunidad humana como a la empresarial, permitiendo su protagonismo en éstas. Por lo anterior, evoluciona del Estado del Bienestar a la Sociedad del Bienestar que reconoce la estructura social y redefine el bienestar como calidad de vida.

Además, se debe considerar a la persona como un miembro, modificando el modelo administrativo para reducir el automatismo e incrementar la espontaneidad; produciendo emergencia y superando el conformismo; mediante las tecnologías del conocimiento se aligera la superestructura para permitirle participar, viendo lo que es capaz de hacer y lo que ya no hace. Durante la modernidad al separar las estructuras, se originó una alienación en la que se perdió el sentido laboral debido al valor de los bienes como la inteligencia y la voluntad sobre los materiales; por ello deben anteponerse los bienes compartibles sobre los excluyentes, fomentar una cultura de cooperación y acceder a que el empleado conozca la finalidad de lo que hace. Cabe mencionar, que la superestructura provoca una burocracia que despersonaliza y una comunidad de mercado enfocada a los bienes de cambio; además se rige bajo el criterio de generalidad donde el bien es cuantitativo, siendo mayor cuando ayuda a más personas; administrando las leyes y procurando la eficacia.

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