CIUDAD PARQUE
avcr22 de Abril de 2015
5.302 Palabras (22 Páginas)253 Visitas
Ciudad parque
INTRODUCCION
La historia de los jardines o de los espacios ajardinados, es inherente a la historia de la cultura. El paisajismo, por el contrario es una materia especifica que cuenta con una historia propia de más de ciento cincuenta años de camino y que se creó en los Estados Unidos de Norteamérica basándose en la aplicación de la cultura del garden sajón al nuevo urbanismo, según el cual las ciudades modernas se estructuraron a partir de la introducción de la cultura del verde publico en la vida cotidiana urbana.
Estas referencias americanas se convirtieron en modelos durante la difícil y magnifica historia del nuevo urbanismo europeo de finales del siglo XIX y principios del XX, la implantación del paisajismo como disciplina especifica en este contexto, y variable según los paisajes, posee un recorrido relativamente reciente en paisajes y cultura preeminentes como Francia, Alemania, Inglaterra, Holanda o Suiza, pero dispone de un alto grado de concreción como materia y definición proyectual, al tiempo que como factor de integración social.
Es el los paisajes europeos del Mediterráneo, con territorios mucho más maduros culturalmente y en los que con regularidad se han realizado intervenciones antrópicas durante siglos, donde la efervescencia del Paisajismo como disciplina está estrechamente ligada a la crisis ambiental de los ochenta. En eses momento surge una conciencia pública de la compleja importancia d los problemas territoriales y de la evidente necesidad de proporcionar respuestas contemporáneas, ligadas a la sensibilidad de una nueva disciplina.
El Paisajismo mediterráneo se ha visto obligado a reinventar conceptos, actitudes y proyectos y ha tenido que enfrentarse a los problemas derivados de las nuevas propuestas turísticas, a criterios renovados sobre la cultura del agua, a la fagocitación de las infraestructuras y la promoción de políticas agrícolas, siempre a vueltas con el mismo territorio, rehaciendo otra vez nuestros paisajes y, por tanto, nuestros proyectos, sin olvidar un capitulo esencial, la difícil sostenibilidad de nuestras ciudades.
En nuestro país, desde hace más de veinticinco años y, por tanto, en plena recuperación democrática de ciudades y paisajes, tanto en las universidades como en las administraciones públicas, sostenidas por una sincera conciencia social, ha ido creando una verdadera escuela de este nuevo paisajismo, gracias a los esfuerzos, las ideas, las realizaciones y las personas; y, a pesar de los errores, han sido mayores los aciertos e ilusiones.
Según Jordi Bellmunt, Arquitecto y paisajista, en este empeño han escaseado desde siempre los títulos de referencian que enfocan desde una óptica más concreta, no solo un fácil aprendizaje por parte de los estudiantes, sino también el trabajo de los profesionales que se han encontrado con una cierta desestructuración teórica y técnica de la materia.
1. CIUDAD Y ESPACIOS VERDES
La función de los espacios verdes ha ido evolucionando al mismo tiempo que las ciudades y la sociedad, y se ha ido adaptando a los constantes cambios que se han producido a lo largo de la historia, sin embargo las zonas verdes no han cobrado importancia hasta los últimos decenios del siglo XX, al revelarse como pieza imprescindible, especialmente cuando están situadas dentro de una estructura urbana. A pesar de ellos la planificación y la gestión de las zonas verdes se realizan sobre la base de unos parámetros escasos o poco analizados, y alejados de de una visión global e integrada propia del siglo XX, que se caracteriza por su adaptación al entorno ambiental, y que trabaja en función de los conocimientos y de las herramientas disponibles actualmente.
La concepción y la gestión de parques y jardines deben hacerse desde una perspectiva innovadora, contemporánea y ecológica. Para ello antes de planificar y diseñar una zona verde, conviene analizar las condiciones a los que se halla sujeta, aun si se trata de grandes parques públicos o de pequeños jardines privados. Obviamente, las particularidades de las zonas verdes públicas situadas en un entorno urbano son diferentes a las de un jardín ubicado en una zona rural. En las primeras las condiciones a tener en cuenta son muchas y muy variadas. Por ello, los espacios verdes deben interpretarse desde cuatro ópticas diferentes, cuatro conceptos transversales que analicen: Las connotaciones ambientales y ecológicas, las implicaciones sociales, los aspectos estéticos y paisajismo y finalmente los parámetros económicos que implicaron su planificación y gestión.
Para los jardines privados la situación se simplifica pero no desaparece. El aspecto social tiene menos relevancia, pero los aspectos ecológicos o económicos siguen siendo significativos.
Los espacios verdes públicos, en tanto que zonas abiertas y plantadas como vegetación dentro de una trama urbana, han sido estructuradas que a menudo se asimila a los jardines, si bien los orígenes de unos y de otros son totalmente distintos y, a veces incluso opuestos. En el imaginario popular, “parque” se ha asimilado a “jardín”, ya que ambos son lugares destinados al reposo y al placer, y están compuestos principalmente por vegetación y por equipamiento de uso recreativo.
1.1. LOS JARDINES
Áreas ajardinadas de barrio de superficie media, dedicada a resolver las necesidades básicas de estancia y esparcimiento de este escalón urbano. Puede incluir espacios para el juego y el deporte libre, encontrándose a una distancia inferior a 500 metros de los alojamientos y con un tamaño superior a los 3.000 metros cuadrados. Normalmente sus problemas se derivan de exceso de uso, algunos temen a considerar:
- Desarrollar nuevas zonas verdes quitando, total o parcialmente, el pavimento de las superficies que no deberían haber sido pavimentadas.
- Preservar el tamaño de las zonas verdes y si fuera posible ampliarlas y darles continuidad con otras zonas o espacios libres urbanos.
- Diseñar de forma particularizada cada nueva zona verde, basándose en las relaciones espaciales existentes en la ciudad.
- Pavimentar los caminos solo cuando sea absolutamente necesario.
1.2. PARQUES URBANOS
Se trata de áreas ajardinadas grandes que sirven como punto de encuentro y reposo a los habitantes del barrio- ciudad. Puede contener elementos especiales que lo caractericen frente al resto de áreas ajardinadas. Se localiza a una distancia menor de 1.000 metros de los alojamientos; podrá incluir elementos aptos para el desarrollo de actividades culturales y deportivas. Visualmente forman parte de la ciudad y son de difícil mantenimiento.
1.3. PARQUES SUPRALOCALES
Que tratan de grandes parques que sirven como elementos de transición a los parques metropolitanos y a las áreas ambientales de valor natural. Su misión es la de permitir un mayor contacto con los ciclos naturales, y el mantenimiento y conservación de la biodiversidad. Son los lugares adecuados para contener espacios de aprobación social para la restauración ambiental y emocional de las poblaciones. Se podrán localizar en ellos huertos de ocio, granjas escuelas, y aulas de la naturaleza. Solo en contados casos forman parte visual de la ciudad.
1.4. OTRAS AREAS NATURALES EN LA CIUDAD
Existen otras formas de introducir la naturaleza en la ciudad. Así, los terrenos baldíos, áreas sin usos en las que puede aparecer vegetación espontanea. Resultan imprescindibles para una estructura urbana equilibrada. Se convierten en un autentico amortiguador de las puntas de temperatura y humedad ya que resultan casi el único lugar de la ciudad en que la relación entre la atmosfera y el suelo se establecen en forma directa y sin predeterminar.
También los cementerios, tradicionalmente son importantes zonas arboladas en su diseño, podrán ser considerados como zonas verdes. Los jardines ornamentales, de muy diversas dimensiones, se caracterizan por el cuidado en la selección de la flora y de las especies vegetales arbóreas. En los patios urbanos normalmente no suelen desarrollarse los arboles, por lo que la presencia de arbustos y de matorrales de poco mantenimiento suelen ser corrientes. En la actualidad se le da muy poca importancia, pero sus posibilidades son muy grandes. Su mayor inconveniente radican en que las comunidades de vecinos no suelen entender las ventajas que, para la ciudad, tendrían en dejarlos libres sin pavimentación. De larga tradición en nuestras ciudades, los arboles de alineación cumplen tantas funciones que no deberían faltar a poco que el espacio lo permita.
El listado anterior es simplemente indicativo; áreas verdes circundantes a la ciudad en forma de cinturones verdes, tejados ecológicos, hurtos de ocio cuñas verdes que lleguen hasta el interior de la ciudad, terrenos agrícolas y hasta las fachadas de las casa y edificios pueden contribuir a conseguir una ciudad más confortable y diversa.
Aunque es difícil precisar el origen de los jardines, es indudable que su aparición solo puede tener lugar cuando el hombre se encontró asentado en un territorio; y, si bien el motivo por el que se crearon fue, posiblemente, la delimitación de un espacio para cultivar alimentos y plantas “funcionales” pronto se convirtieron en un lugar de reposo y adoptaron un fuerte componente estético.
Las primeras referencias a jardines se encuentran en fuentes indirectas, como son las estelas conmemorativas de las culturas del Próximo Oriente, los planos de los jardines
...