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De Que Hablamos,cuando Hablamos De Enseñar


Enviado por   •  20 de Mayo de 2014  •  1.817 Palabras (8 Páginas)  •  381 Visitas

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La hipótesis que he seleccionado para este ensayo es “El carácter polisémico del verbo enseñar”. Considero que la actividad docente a lo largo de la historia y sobre todo después de la Revolución Francesa ha estado fuertemente vinculada con la trasmisión de los saberes culturales asumidos como relevantes en una determinada comunidad. Por esto el docente ha pasado a ser una principal herramienta para el Estado Moderno, pues se inició con él un proceso de homogeneización buscando que las sociedades se adapten a lo que se conoció como la Modernidad poniendo énfasis a su concepto más sobresaliente: el “progreso”.

De esto, quiero desprender que el carácter polisémico o sea la pluralidad de significados que tendría el verbo enseñar, estaría relacionado con los diferentes enfoques que se tienen sobre la educación en general, además, hay que sumar que siempre se ha visto al verbo como un distintivo del docente que se remonta desde los pedagogos de la antigüedad.

Considero como parte fundamental para la formación docente el poder pensar, reflexionar y profundizar sobre la palabra “enseñar” porque es la instancia fundamental de la vocación profesional, asimismo, afirmo que uno actúa en función de lo que piensa, y el pensar es la capacidad de relacionar ideas y conceptos. Por lo tanto mientras más se conozca la amplitud y la extensión del verbo enseñar, más posibilidades de aplicación podría tener a lo largo del ejercicio de la profesión.

Etimológicamente la palabra enseñar, según el diccionario de la RAE deriva del latín insignare (señalar) de este modo reflexiono que en el verbo está explicito una obligación mostrativa por parte del que poseía el conocimiento que era la de señalar al que no conocía lo que tenía que aprender o saber. ¿Qué significa enseñar en el mundo contemporáneo?, ¿Qué entiende la sociedad por enseñar, los docentes, los alumnos, los padres? Las respuestas a estas preguntas irán dando mayor sustento y contenido a nuestra hipótesis.

DESARROLLO:

Es necesario, recordar que en este mundo actual se busca formar individuos o sujetos operativos para que respondan a las demandas de la ciencia y la tecnología. Por lo tanto como educadores debemos tomar más conciencia de la importancia de formarse también a nivel personal y con mucha mayor relevancia en la relación con el otro buscando compartir los esfuerzos del trabajo tal como lo afirmó Estanislao Antelo en Los gajes del oficio manifestando que “la visión del otro no es una cuestión menor respecto de la propia actividad, la existencia del Otro, lo reconozco como tal, o acaso hago de él un objeto de mis manipulaciones para que sirva a mi satisfacción”. Sostengo que la enseñanza es una de las instancias más genuinas y auténticas que acontece entre un maestro y un aprendiz eso lo vemos en todas las culturas más arcaicas y milenarias. No es ingenua ni sentimental calificar esta experiencia de aprendizaje como una experiencia profunda de amor y donación del ser de ambos participantes, primero porque el docente comparte y se digna a enseñar aquello que lo ayudaría al otro a acceder a la verdad, y en segundo lugar porque el aprendiz confía, se deja guiar, conducir por el maestro, presentándose de esta manera una ecuación perfecta “es un intento de alguien de transmitir cierto contenido a otro”, destacando el concepto de “transmitir” que funciona como un “efecto” de la enseñanza” continuando con las deducciones de Estanislao Antelo.

Para profundizar en el concepto enseñar es necesario comprender que la enseñanza es un acto de humanización en dónde ambos tanto el alumno como el docente buscan desplegar su máximo potencial de libertad, apertura y gozo por el conocimiento adquirido y transmitido.

Los significados del verbo enseñar que posee la sociedad y los padres asumen la tradición moderna de la cultura y como afirmaba en la introducción que la educación y la enseñanza estarían vinculados a la noción de progreso pues así lo entendió nuestro prócer Domingo Faustino Sarmiento quien observaba que en nuestro país convivía la civilización y la barbarie en tiempos de Rosas, y se debía educar al pueblo para alcanzar la añorada civilización francesa. Todavía hoy se responsabiliza y obliga socialmente a la educación y a los docentes la enseñanza del ciudadano moderno que pueda razonar y obrar moralmente en la sociedad actual, pero a esto me gustaría agregar que la enseñanza es eso pero no solo eso sino que se debe promover un aprendizaje crítico que exige formar la razón pero que obliga a una mayor creatividad y despliegue de la libertad de conciencia no buscando la homogeneidad del pensamiento sino promoviendo la diversidad, y a su vez la participación democrática. Enseñar entonces debe ser entendido como un medio para que la persona sea cada vez más libre, con todo lo que esta palabra implica.

El aprendiz debería deducir que aquello que se estudia debe ser estudiado no solo memorísticamente o superficialmente sino pensando en un nivel más profundo comprometiéndose con su realidad concreta a medida de su evolución, y eso lo llevaría a la propia construcción de libertad, como lo afirmo Estanislao Antelo “El estudiar es una preparación y a su vez implica una lectura, pero leer y estudiar no es un ejercicio de memorización mecánica, sino que se trata de un estudio y una lectura crítica”. En este mismo sentido Paulo Freire afirmó en Cartas a quien pretende enseñar que la enseñanza no es simplemente transmitir conocimientos sino que debe haber un estudio crítico por parte del alumno, pero también una enseñanza critica, comprometida en la que se pueda llegar a comprender y ver más allá de las palabras que están escritas para lograr un aprendizaje significativo. Esto lo relaciono con el concepto de Philip Jackson en Práctica de la enseñanza en donde menciona “aprender a aprender” o “elegir aprender” en donde el alumno primeramente hace propio al instrumento de aprendizaje y en un segundo momento superador del anterior. En definitiva se busca enseñar al alumno a pensar y actuar, ofrecerles las herramientas para poder lograrlo.

Philippe Meirieu en Carta a un joven profesor expresó “Cuando el artista pretende conmover, el político convencer, el hombre de negocios dirigir, el profesor se dedica a enseñar. Entonces, dice que el maestro halla tanto placer en enseñar como el alumno en aprender; el esfuerzo de uno apela inevitablemente al esfuerzo del otro…” afirmo que solamente los que hacen la experiencia de la enseñanza esto es enseñar y aprender, son los que de algún modo captan la fuerza y el dinamismo propio de esta actividad. Meirieu introduce una idea esclarecedora que es la del esfuerzo mutuo, enseñar no es una actividad que revele una fuerza física como sembrar, cosechar, edificar, llevar cargas etc. Aunque muchas de estas actividades se realizan analógicamente se siembra y cosecha el conocimiento, se edifica personas, se carga con realidades humanas, etc. Y todo esto se logra por la armonía y vinculo que se produce entre el alumno y el maestro siguiendo con la noción de Meirieu, esto será garantía para lograr la transmisión del conocimiento.

Los alumnos deberían a mi entender ir adquiriendo cada vez mayor conciencia de la parte activa que les corresponde en el proceso de aprendizaje, si bien en el aula el verbo se conjuga desde el docente “yo enseño” y “el aprende” hacia el alumno, éste debería conjugar un tercer verbo reflexivo y complementario en la enseñanza “yo me comprometo” con mi propio aprendizaje como lo dijo Meirieu “Al mismo tiempo debe solicitar el compromiso de la persona y poner a su disposición los recursos sin los cuales no podrá obtener buenos resultados en su aprendizaje. En cada aprendizaje el alumno se enfrenta a algo que lo supera. Algo que requiere, de su parte, un compromiso y una aceptación de riesgos que nadie puede asumir en su lugar.” Todo esto exige por parte del docente un trabajo serio y responsable valiéndose de las diferentes técnicas sugeridas por ejemplo por Philip Jackson en Práctica de la enseñanza: 1) la observación a los alumnos buscando signos en su rostros y posturas en donde se pueda interpretar que esté formando parte del proceso del aprendizaje; 2) tomar medidas para lograr “la atmósfera del aula” porque esto hace posible que los alumnos no tengan temor de admitir su ignorancia y no sentirse acusados por el docente y sus compañeros, 3) valerse de un interrogatorio equilibrado que contribuya al dinamismo propio de la clase; 4) El sentido del humor puede aplicarse utilizando una respuesta incorrecta o una admisión de ignorancia como ocasión propicia para un comentario divertido, destinado a suavizar, además es importante elogiar al alumno por hacer el intento y creo que es más significativo reconocerlo ante sus compañeros. Si se prestan especial atención en llevar adelante estas sugerencias se puede alcanzar aquello que planteó Esteve en La identidad y desafíos de la condición docente. “El niño logra su identidad mediante un proceso de identificación con los demás, haciendo suyos los valores e ideas de otros”. “Los adolescentes, en cambio, han de formar su propia identidad y ser ellos mismos. Uno de los aspectos más importantes de esta búsqueda de identidad consiste en decidir que profesión o carrera desean tener.” Porque mientras más valores cultivan los docentes en aula a través de aquellas técnicas más referencias para la configuración de la identidad tienen los alumnos.

A modo de conclusión puedo afirmar que el verbo enseñar, posee un carácter polisémico que nos permite comprender superficialmente o profundamente a la enseñanza y a la educación en general, en la medida en que redescubramos una y otra vez su significado nos brindará una recreación a la profesión y a la actividad de enseñar.

Enseñar envuelve muchas ideas como pasión, amor, esfuerzo y dolor porque se trata ni más ni menos de ayudar al Otro a ser persona, que pueda hacer uso de sus cualidades y capacidades de pensar libremente, de actuar responsablemente, de expresarse críticamente. La ecuación que se presenta entre el docente que enseña y el alumno que aprende se resuelve en el aula con una actitud renovada del alumno que es la del compromiso con su propio aprendizaje. Y retomando lo que afirmó Philip Jackson la meta de la enseñanza es “la gradual liberación de cada alumno de su dependencia de toda autoridad pedagógica” porque con esto se busca promover el “autogobierno” en donde la autonomía personal en la adquisición de conocimientos sea una búsqueda de todos los actores de la educación, esto último Jackson lo denominó “aprender a aprender”.

Bibliografía:

 ANTELO, E y ALLIAUD, A. (2009).: Los gajes del oficio. Buenos aires: Aique

 DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Enseñar

 FREIRE, P. Cartas a quien pretende enseñar. Siglo XXI

 JACKSON, P. (2002) Práctica de la enseñanza. Buenos aires: Amorrortu

 MEIRIEU, P. (2006) Carta a un joven profesor. España: Grao

 ESTEVE. (2006) El oficio de Docente: Vocación, Trabajo y Profesión en el siglo XXI. Buenos Aires : Siglo XXI

 ANEXO: Sarmiento entre civilización y su barbarie

 MARCO GENERAL DE POLITICA CURRICULAR

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