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EL DISCURSO SOBRE LA DESIGUALDAD JJ ROUSSEAU


Enviado por   •  10 de Abril de 2015  •  2.325 Palabras (10 Páginas)  •  186 Visitas

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Discurso sobre el origen de la desigualdad de los hombres (1755)

JEAN JAQUES ROUSSEAU

El presente libro comienza con la descripción de un estado perfecto colocando al Estado de Ginebra como ejemplo, luego tiene un prefacio, propiamente el discurso con una introducción la cual nos demuestra las intenciones de este, desarrollándolo en dos partes.

En este discurso, Rousseau nos plantea la hipótesis de que es posible pensar y tener un Estado en donde todos sus integrantes (gobernantes y ciudadanos), gozaran de un mismo interés social, la libertad para el bien común, pero para esto todos deberían trabajar. Para llegar a tal fin, nos dice, que soberano y pueblo deben ser una misma persona, o sea, debe haber una conciencia de igualdad.

Rousseau continua diciendo que él quisiera vivir y morir libre y no vivir en una Republica de instituciones nuevas por mas buenas que sean las leyes.

También hace referencia a los pueblos acostumbrados a tener amos o señores los cuales no pueden vivir sin ellos. También a que nadie en el Estado se considerase por encima de las leyes y nadie fuera de ellas.

Nos habla de una Republica a la que no aspiren otros a invadirla sino que en caso de necesitar ayuda, estas estén dispuestas a brindársela.

Una legislatura donde el derecho fuese igual para todos, donde los ciudadanos pudieran sancionar, decidir la administración y los cargos de justicia.

Hace referencia a dos tipos de hombres en esta primera etapa, el hombre de temple tanto por educación como por derecho natural y hombres inferiores por propia voluntad.

Realiza un reconocimiento a la iglesia de Ginebra por su predicación cultivada en este Estado y elogia a la mujer de Ginebra por ser amables y virtuosas ciudadanas que merecen gobernar y que por medio de la unión del matrimonio pueden unir a las familias divididas y cumplir las leyes ya que son las guardianas de las costumbres y lazos de paz.

El prefacio en donde se lleva a cabo el objeto del discurso, es una de las cuestiones más interesantes que la filosofía pudo llegar a proponer como a su vez la más difícil de resolver planteándose ¿Cómo conocer la fuente de la desigualdad entre los hombres si no se empieza a conocerla a si misma? Y ¿Cómo el hombre llegaría a verse tal y como la naturaleza lo ha formado a través de todos los cambios que la sucesión del tiempo y de las cosas a debido producir en su estado original y distinguir entre lo que forma su propia constitución y lo que las circunstancias y el progreso han añadido o cambiado a su estado primitivo?

Para comenzar el discurso, Rousseau hace un análisis del hombre desde su origen, tal análisis es visto desde una concepción divina, Es así como el hombre comparado con el resto de la naturaleza y todo lo que en ella hay, es entendido como un ser marcado por la desigualdad frente a todo lo que lo rodea.

Rousseau nos habla de la presencia de dos tipos de desigualdades en la especie humana: una de ellas, dice, esta establecida por la naturaleza y que sería la natural o física. Está desigualdad tiene que ver con la diferencia de edad, de salud, de fuerzas corporales y las cualidades del espíritu. La otra desigualdad la llama desigualdad moral o política, porque está sujeta, según él, a una especie de convección y porque está establecida por el consentimiento de los hombres.

Esta segunda desigualdad está marcada por los distintos privilegios que se observan entre los hombres, como por ejemplo, el de ser más rico, más respetado o más poderoso. Esto genera diferentes privilegios que gozan unos en perjuicio de otros.

En este discurso se trata fijar en qué momento la naturaleza fue sometida a la ley. Nos habla de despojar a este ser de tal modo constituido de todos los modos sobrenaturales que haya podido recibir y de todas las facultades artificiales que adquirieron sobre un largo proceso. El autor dice en una palabra que ve en el hombre un animal menos fuerte que unos y menos ágil que otros, pero mejor organizado que otros.

El hombre salvaje habituado desde su infancia a la intemperie y al peligro, fue obligado a defenderse sin armas y desnudo ante las bestias, adquiriendo así un temperamento robusto e inalterable. Hace así una comparación entre el hombre salvaje y el hombre civilizado, donde el primero con un mismo instrumento lo emplea en diversos usos, por lo cual los segundos no pueden llevar a cabo por falta de ejercicio y son incapaces, diciendo que la industria le ha quitado la fuerza y la agilidad.

En el estado primitivo, el hombre, al no tener ni casa, ni cabañas, ni propiedades de ningún tipo, se alojaban al azar y frecuentemente por una sola noche. Los hombres y las mujeres se unían fortuitamente según la ocasión y el deseo, sin que las palabras fuesen interprete necesario de las cosas que deben decirse. Según Rousseau el primer lenguaje del hombre fue el grito de la naturaleza, expresando los objetos visibles y móviles por gestos y por sonidos imitativos de los animales. Cuando las ideas del hombre comenzaron a multiplicarse se estableció entre ellos una comunicación más estrecha, buscaron signos más numerosos y un lenguaje más extenso para expresarse.

De esta manera, Rousseau nos dice que, en el instinto del hombre primitivo existía en el instinto todo lo que necesitaba para vivir en el estado natural y que en este estado, el hombre no es ni bueno ni malo así como tampoco tiene vicios ni virtudes.

Por lo expuesto, entonces el hombre en su origen es depositado entonces en medio de la naturaleza sin otra herramienta más que su cuerpo. Este elemento con el devenir de las necesidades que le van surgiendo resultara insuficiente.

Ante tremenda situación el hombre toma conciencia del otro y de la necesidad de la existencia de aquel para sobrevivir, no en una forma de dependencia parasitaria sino de mutualismo.Surgen por este hecho las primeras reuniones o grupos sociales unidos por las necesidades de sobrevivencia tanto para la obtención de alimento como para enfrentar las amenazas de la naturaleza (clima, bestias salvajes, etc.).

En esta situación, el hombre comienza a desarrollar sus habilidades al ver que sus fuerzas son inferiores a aquello que lo amenaza. De estas nuevas habilidades surgen los diseños de elementos a formas de continuación del cuerpo y refuerzo del mismo, ya no cortara maderas con su mano sino que diseñara en base a elementos de la naturaleza utensilios que le facilitaran esta tarea e incluso sacar más provecho, ya que le permitirán acceder a otras mejores o en mayor cantidad.

Estas nuevas habilidades si bien tienen su origen en un individuo se desarrollan o cubren las necesidades del grupo, es así que el hombre ya no trabaja para sí mismo sino que lo hace para el grupo y en consecuencia para beneficio particular.

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