EL SENDERO HECHOS DE LA NATURALEZA ADMITIDOS

EL SENDERO, HECHOS ADMITIDOS

La finalidad última de la masonería, como Orden iniciática, es espiritual; aunque muchos de sus miembros actuales lo ignoren, el simbolismo masónico nos indica claramente que su objetivo sería la construcción de un Templo en el interior de cada iniciado, tallando (o transmutando) esa Piedra Bruta que hay en el fondo del ser humano; a eso se refiere nuestra liturgia al afirmar que en nuestros talleres se levantan templos a la virtud. En otras palabras, buscar su perfeccionamiento a través de un proceso de iniciación espiritual que conduciría al masón a cumplir su Deber de buscar la transformadora Palabra Perdida, oculta en el fondo de nosotros mismos, valiéndose de métodos rituales y simbólicos. Es precisamente en el significado profundo de sus símbolos, signos y alegorías –que permitirían trascender nuestras limitaciones y condicionamientos mentales– donde reside el gran secreto de la masonería. Por ello, tal secreto no puede ser traicionado ni comprendido por nadie que no esté preparado internamente, y sólo podrían acceder al mismo los adeptos que se entregan a la construcción iniciática de su Templo interior. Ni que decir tiene que demasiados masones hemos ignorado u olvidado este objetivo esotérico (interno).

El sendero de la iniciación es aquella vía que conduce a la perfección del hombre, permitiéndole evolucionar más rápidamente que en el curso ordinario de la humana natural evolución. Podríamos compararlo con el reto de subir a la cima de una montaña, lo cual ordinariamente se logra subiendo paulatinamente en un camino en forma de espiral, con pendientes poco pronunciadas requiriendo mucho tiempo para lograr la meta. Pero también existe la opción más rápida, aunque de mayores sacrificios, de tomar la decisión de seguir una ruta en línea más o menos recta, atravesando peñascos y precipicios con una férrea voluntad a sabiendas de que cuenta con la fuerza que la divinidad puede proporcionar a quien se proponga tales retos. El estudio de este sendero tiene como objetivo cambiar nuestras vidas, si lo conocemos no solo de manera teórica, sino que lo vivamos de manera práctica, de tal manera que el entendimiento de los misterios ocultos permita a la divinidad interna del hombre expresarse buscando siempre un mayor grado de perfección, y pueda elevarse sobre y más allá de la humanidad.

Para que el estudio del sendero de la iniciación resulte práctico, es necesario de entrada aceptar la existencia de ciertos grandes hechos en la naturaleza. El conocimiento de los hechos de la Naturaleza y el conocimiento de la Ley no son esen¬ciales para los pasos que conducen al hombre al sendero. Es suficiente que los hechos estén allí y que el hombre, inconscientemente, permita a esos actos influir en su vida interior y exterior

Si conocemos los hechos podemos utilizarlos, mas no podremos hacerlo, si desconocemos su existencia. El conocer es la diferencia que hay entre trabajar en la oscuridad y trabajar en la luz, y entender las leyes de la Naturaleza es ganar el poder de acelerar nuestra evolución.

Los grandes hechos existentes en la Naturaleza, sean o no reconocidos, en los cuales descansa la posibilidad de hollar el sendero, son: la Reencarnación, la ley del Karma, la

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