EN BUSCA DEL HOMBRE: DIVINIDAD O DEMONIO
corralita1 de Octubre de 2012
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ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN…………………………………………………. 3
II. EN BÚSQUEDA DEL HOMBRE: DIVINIDAD O DEMONIO….
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III. CONCLUSIONES………………………………………..............
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IV. BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………
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I. INTRODUCCIÓN
El ser humano, a diferencia de las demás especies, se ha caracterizado por ser sapiens que significa “sabio” o “capaz de conocer”, refiriéndose a él como animal racional, animal que a lo largo del tiempo ha evolucionado de una forma impresionante, pues no solo cambió en su aspecto físico, sino también intelectual, pudiendo transformar de igual forma su alrededor hasta conformar el mundo que conocemos actualmente.
Su papel en el Universo es múltiple: como admirador, que no artífice, como inquisidor y como ser que ha procurado, en algún modo, trascender dejando huella en este mundo, huella que lo perpetúe a través del tiempo y de las generaciones; y para ello se ha hecho consciente de sus potencialidades pero aún no de sus limitaciones, siempre en búsqueda de algo mas, ignorando sus valiosas posesiones, tales como su cultura, al igual que a la naturaleza ha querido también dominarla, sin darse cuenta que a la vez se destruye con ella.
Hombre, ser complejo e indescriptible, ser mortal que quiere vivir más allá de los tiempo, ser que aun muerto vive pero también que vive muerto, ser tan complejo que ni aún él se logra entender. El hombre, su cultura, su educación para perpetuarla y el miedo a su finitud, son temas que se desarrollaran en el presente ensayo, tratando de comprender al hombre.
II. EN BÚSQUEDA DEL HOMBRE: DIVINIDAD O DEMONIO
“Explican los expertos que este universo empezó hace unos 15000 millones de años; de la materia surgió la vida hace unos 3500 millones de años, los primeros vertebrados hace 500 millones de años y hace solo medio millón de años emergió el ser humano” , y éste a pesar de ser tan joven a comparación de los primeros signos de vida ha sabido construir y levantar grandes muros, crear maravillas con sus manos y jugar con su inteligencia para hacer de su alrededor un mundo mejor delante de sus ojos. Pero, ¿quién es realmente este ser que tiene una voluntad inquebrantable, una sed de conocimiento eterna, que posee en su interior una fusión de sentimientos, emociones y acciones que constantemente se contradicen? ¿Ese ser que con una mano puede construir y con otra despedazar su propia creación?, ¿quién es ese demonio o divinidad que hoy se alberga y se multiplica en nuestro mundo?... el hombre… este ser vivo que es totalmente complejo por naturaleza, que ni él aún, a pesar de todo su conocimiento y sabiduría alcanzada a podido explicar su propia existencia, su mismisidad, a tal grado que no podemos hoy definirlo, solo arañar lo que posiblemente podría ser. De él podremos describir todo lo que ha hecho, creado, innovado, fabricado, pero a él solo queda seguir observándolo, seguir observándonos y esperar a que llegue el momento de encontrarnos a nosotros mismos.
Aunque todavía no sepamos en términos específicos de lo que es el hombre sí podemos decir que actualmente esta especie tiene poblada al mundo por casi “6.500 millones de personas, eso a mediados de 2005, según las estimaciones de los demógrafos que estudian los grandes desafíos del crecimiento de la población mundial, las cuales, en estudios recientes la cifra asciende para ser exactos actualmente a 6.814.545.324 personas” todos estos seres que poblamos la tierra conformamos una total diversidad, ya sea por las razas, idiomas, sexo, creencias, culturas, lo cual hace que esta definición u búsqueda del hombre sea aun más compleja.
El hombre a lo largo del tiempo, a diferencia de los animales, ha tenido una evolución sublime ya que él fue el único dotado de inteligencia, y aunque su proceso de evolución fue gradual y relativamente lenta para llegar a ser un homo sapiens-sapiens, hoy podemos verlo como un ser totalmente desarrollado y con un potencial inmenso para crear y materializar todo aquello que su mente fabrica y sus emociones le dictan. Para ello fue de suma importancia que el hombre aprendiera algunos elementos que desarrolla Montagú, Ashley (1990), tales como:
• Cooperación: Este fue un factor necesario para la evolución humana entre los individuos, sin él jamás hubiéramos evolucionado.
• Amistosidad: A medida que fueron evolucionando y separándose de sus ancestros, los austrolopitécidos retuvieron parte de la disposición amistosa que hoy día caracteriza a los grandes antropoides. Otra importante característica en la conducta es la sociabilidad. La sociabilidad y la amistosidad van a menudo de la mano.
• El grupo: La vida grupal es tan importante para los primates superiores que los individuos sufren cuando se ven separados del grupo. Para los seres humanos el castigo más grave que la sociedad administra a los malhechores es el confinamiento solitario; y la soledad se considera como la más grave de las enfermedades que uno puede padecer.
• Aprendizaje: La función más importante del grupo en la evolución de los humanos primitivos se encontraba en el área de la conducta aprendida. Cierto que es posible aprender solo, por el método de ensayo y error, pero es mucho más fácil y rápido aprender mirando a otros. Es también más seguro, y contribuye a una mayor longevidad, porque a veces el aprendizaje por ensayo y error resulta demasiado lento. Cuando el individuo ha aprendido la lección, puede que sea demasiado tarde.
De esta manera se puede observar que desde el principio de los tiempos el hombre ha sido un ser que vive en grupo, que es sociable, amistoso y cooperativo, lo cual le ha permitido ir desarrollando lo que hoy conocemos como cultura, Tylor definió a ésta como “ese complejo total que incluye conocimientos, creencias, arte, leyes, moral, costumbres y cualquier habilidad adquirida por el hombre como miembro de la sociedad” , la cual se ha venido trasmitiendo de generación en generación preservando o controlando la existencia de la sociedad. De esta manera se puede decir que “en el humano existe una unidualidad entre lo biológico y cultural, ya que es innegable que es un ser plenamente biológico pero si no tuviera cultura sería como un primate del mas bajo rango” ya que “son la cultura y la sociedad las que permiten la realización de los individuos y son las interacciones entre los individuos las que permiten la perpetuidad de la cultura y la auto-organización de la sociedad” . De esta manera, en la sociedad el hombre se ha visto realizado, ya que con ella y en ella se ha visto evolucionar, podemos reconocerle sus grandes avances en la tecnología, en la ciencia; sus magníficas construcciones, sus grandes templos, sus hermosas ciudades y de estas 6.814.545.324 personas que habitan la tierra se forman miles de culturas que enriquecen nuestra existencia.
Aunque existen diversas teorías que tratan de explicar el desarrollo cultural en términos de la evolución cultural como proceso en el cual nuevas formas culturales surgieron de las anteriores, tales como la teoría de la evolución clásica, la difusionista, funcionalista, antropología congnoscitiva, ecología cultural, entre otras; el hombre para preservar su cultura, ha creado una institución social que le permite trasmitir sus conocimientos, arte, leyes, moral, costumbres…de generación en generación, siendo esta la escuela.
La educación, en la escuela, constituye un instrumento indispensable para que la humanidad también pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia social, “se ve obligada a proporcionar las cartas náuticas de un mundo complejo y en perpetua agitación y, al mismo tiempo, la brújula para poder navegar por él” , ya que ésta coloca a los seres humanos en la situación de realizar deliberadamente su destino. Pero por otro lado la educación por naturaleza es una actividad conducente al logro de objetivos, metas y fines; es decir; la educación es una actividad finalista, y este hecho, por definición, implica intención. ¿Acaso ésta es cómplice de preservar una cultura débil que no hace más que llevar a la muerte al sujeto? ¿Una muerte de conciencia antes que liberadora?
Así pues, las escuelas se ha tornado lugares de disciplina, castigo, sanciones y homogeneidad, cuando se supone que su función es transmitir conocimientos y, sobre todo, extraer de cada uno lo mejor, lo más valioso, es decir, la función primordial de la escuela es lograr que el alumno tenga una percepción clara y fuerte de lo que es capaz de llegar a ser como persona, como sujeto moral y cultural, pero “cuando el individuo no tiene siquiera el reconocimiento del poder de su persona, no tiene noción de su propia importancia; será menos autoconsciente y a la vez se valorará menos; ” formando de esta manera seres inconscientes, en donde el propio hombre cuarta lo que Paulo Freire llama “existir humanamente, que es pronunciar el mundo, es transformarlo, pues los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión”.
Por medio de la educación, las personas preservan su cultura, la enriquecen y la mejoran, pero actualmente ¿Qué tipo de cultura se está transmitiendo?, ¿acaso una cultura de pasividad, inconsciencia y destrucción? Bien es sabido que el hombre dentro de su evolución aprendió primeramente a vivir en la naturaleza, con el tiempo y para su comodidad la fue domando y transformando a su antojo, destruyéndola, así como lo hace con los de su misma
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