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El Hombre En Busca De Sentido

kriztina2213 de Septiembre de 2012

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Parte primera: Un psicólogo en un campo de concentración.

Este libro cuenta la historia de un sobreviviente de un campo de concentración y de experiencias personales que alguna vez hemos sufrido, tampoco muestra las grandes tragedias u horrores que se pueden sufrir si no de las pequeñas cosas que nos pueden dañar. No trata de los pequeños campos de concentración sino de los pequeños donde se produjo el mayor exterminio, no se refiere tanto a los sufrimientos de los prisioneros que tenían algún privilegio dentro de los campos (llamados “capos”) si no de aquellos que no tenían ninguna distinción que eran prisioneros y nada más y a quien los capos despreciaban, los capos se elegían de entre los prisioneros eran aquellos que tenían tal carácter que pudieran hacer cualquier cosa.

Selección activa y pasiva.

Los campos eran un lugar en donde los prisioneros tenían que luchar por su comida, por su vida propia y por un lugar dentro de esa pequeña comunidad para poder sobrevivir, cuando decían que un grupo de prisioneros iban a ser trasladados de campo todos sabían que su destino era mas bien una cámara de gas, la selección de los prisioneros era de los mas enfermos o incapaces de trabajar, al dar la lista se daba una abierta lucha entre prisioneros o grupos para salvar la vida de el o un amigo pero sabían que por cada hombre que era tachado de la lista otro mas era agregado puesto que en cada viaje de prisioneros tenia que ir un numero especifico y al llegar a estos campos les quitaban todos sus papeles y pertenencias y allí podían adoptar cualquier nombre o profesión pues eso a los guardias no les importaba ellos solo tomaban en cuenta el numero y a veces estos números eran tatuados a los prisioneros y además cocidos en su pantalones y camisa para así distinguirlos, si algún guardia deseaba reportar a un prisionero solo era cuestión de anotar el numero y así sabría quien era, como lo único que deseaban y querían los prisioneros era sobrevivir para regresar a casa con su familia era muy fácil cambiar de numero para ocupar el puesto que mejor le conviniera. Por lo general solo se mantenían vivos aquellos prisioneros que a lo largo del tiempo perdían sus escrúpulos y eran capaces de hacer cualquier cosa con tal de sobrevivir.

El informe del prisionero No. 119.104: ensayo psicológico

El prisionero No. 119.104 cuenta su propia historia, el no trabajaba en el campo de concentración como psiquiatra pero en las ultimas semanas algunos de sus colegas servían ayudando en primeros auxilios el todo el tiempo se dedico a cavar y restaurar cosas del ferrocarril en una época las empresas constructoras daba a los trabajadores cupones que podían canjear por cigarrillos 6 exactamente pro estos cupones expiraban y no era muy común que los prisioneros los canjeaba. Se convirtió en el propietario de cupones para cigarrillos en 12 y lo importante no eran los cigarrillos si no que cada uno podía cambiarse por una ración de sopa era muy raro que vieran a un prisionero fumando ya que este privilegio era mas para los guardias si un prisionero fumaba era que pronto seria sacrificado. Este libro trata de dar conocer y entender las experiencias que estos personajes vivieron para así creas conciencia y saber por las feas cosas que pasaron y así poder tener una nueva actitud ante la vida.

Puede hablarse mas nunca lo vamos a entender por completo pues solo las personas que estuvieron ahí saben lo que realmente paso y pueden tener tan bloqueado ese mal recuerdo que no lo recuerden tal como fue.

Gracias a la segunda guerra mundial se tuvo más conocimiento sobre la “sicopatología de las masas”, al principio quería hacer este libro en anonimato solo con el numero de los prisioneros que se mencionan pero perdería la mitad de su valor puesto que la valentía de la confesión eleva el valor de los hechos.

PRIMERA FASE: INTERNAMIENTO EN EL CAMPO

Al examinar a los prisioneros se dieron cuenta que había tres fases en sus reacciones mentales la fase de su internamiento, la de su vida en el campo y la de su liberación.

Estación Auschwitz

El primer síntoma que los caracterizo fue el shock al ser internados. Un día cuando iba rumbo a Polonia en busca de empleo el tren donde viajaba iba totalmente lleno con 1500 pasajeros y en cada vagón unos 80 cada uno iba encima de su equipaje y de repente escucharon un silbato, el tren iba lento como si quisiera evitarnos tal dolor; a lo lejos se escuchaban silbatos de mando claro que no sabíamos lo que era y siluetas de hombres parados en la luz grisácea que se veía, las voces de mando que se escuchaban eran las que escucharían de ese día en adelante. De repente la puertas del vagón se abrieron y entraron aquellos prisioneros del campo quienes vestían a rayas y afeitados de la cabeza parecían bien acomodados y hasta reían, esto se debe a un estado de animo que en psiquiatría se llama “ilusión del indulto” consiste en que aun un condenado a muerte mantiene hasta el ultimo segundo la esperanza de que lo dejaran vivir esto es lo que sentimos ese día; sin saber que estos prisioneros eran un grupo elegido para que día tras día se hicieran cargo de los nuevos reclutas que llegarían a ese campo para hacerse cargo de sus pocas pertenencias. Intentando trasladar a prisioneros a otro campo metieron a 110 personas en un lugar que era máximo para 200 no habiendo espacio ni para sentarnos en cuclillas y siendo un pan pequeño nuestro único alimento en cuatro días escuche a unos guardias ofertar por un alfiler de corbata de platino y diamantes. Algunos guardias lograban conseguir aguardiente, por lo general eran los que trabajaban en los crematorios o cámaras de gas, aun mas cuando eran veteranos pues sabían que pronto llegaría alguien que los reemplazaría y así ellos pasarían a ser las próximas victimas.

La primera selección.

al llegar a aquel campo reencontraban unos oficiales quienes nos dijeron que formáramos dos filas una de hombres y una de mujeres, los guardias se distinguían tanto ellos con un traje impecable y que les sentaba perfectamente a diferencia de nosotros que por el largo viaje estábamos sucios y mugrientos. De esas filas los mandaban a la derecha o izquierda, cuando tocaba mi turno alguien me susurro que si te mandaban a la derecha eran trabajos pesados y si te mandaban a la izquierda era para los mas débiles y discapacitados, el dedo siempre marcaba mas a la derecha que a la izquierda claro esta. Me acerque y el guardia me mando a la derecha sabia lo que me esperaba, pero esa voz q me susurro estaba equivocada al llegar nos dijeron que los que iban hacia la izquierda iban del tren directamente al crematorio, un compañero que trabaja ahí cuenta que el las puertas del crematorio estaba escrito en varios idiomas “baño” y que a cada uno de los prisioneros que iban a entrar ahí les era entregada una pastilla de jabón pro todos saben que no era precisamente un baño. Allí fue cuando comprendí que aun tenia una esperanza de vivir y lograr salir de ese lugar, los guardias al principio parecían muy gentiles con nosotros pues aun teníamos nuestros relojes de pulsera y trataban de cualquier modo hacer que se los entregáramos.

Desinfección

Mientras esperábamos en un lugar que precia una sala de espera, los guardias tendieron una manta para dejar todas nuestras pertenencias relojes y joyas, algunos ingenuos preguntaban si podían conservar su anillote casados alguna medalla o amuleto, no podían aceptar que todo absolutamente todo se lo llevarían, al ser mi turno saque un rollo de papel que traía en mi bolsillo le dije al guardia que era un manuscrito científico y el hizo una mueca de burla, y en ese momento borre de mi conciencia toda mi vida anterior. De pronto escuchamos nuevamente esas voces roncas, yo y mis compañeros con las caras pálidas y asustadas nos llevaban a la antesala del comedor, nos agrupamos alrededor de un guardia y nos dijo que teníamos dos minutos para desnudarnos por completo y dejar a nuestro lado todas nuestras pertenencias, que solo podríamos llevar los zapatos, el cinturón, os lentes y en dado caso las bragas, todos comenzamos rápidamente a desnudarnos y poco después se escucharon los azotones de los látigos en los cuerpos desnudos que con golpes nos dirigían a las duchas una voz irónica nos dijo que lo que salía de aquellas duchas era agua real, lo cual fue un gran alivio ahí sin mas nos afeitaron todo el cuerpo.

Nuestra única posesión: la existencia desnuda

Ahora lo único que poseíamos era nuestra existencia desnuda que otra cosa material podríamos poseer, en mi caso solo conservaba mis gafas y mi cinturón lo cual cambie por un pedazo de pan mas tarde, al llegar un veterano encargado de nuestro grupo nos menciono que cualquiera que hubiera sido capaz de cocer dinero o joyas en sus bragas iba a ser colgado en una viga y explico orgullosamente que como veterano que era las leyes del campo le permitían hacerlo, se suponía que nuestros zapatos los conservaríamos sin embargo los que poseían unos zapatos decentes les fueron arrebatados y entregados unos que no les servían, sin embargo algunos intentabas disimular sus zapatos en buen estado y los que eran sospechosos de este delito fueron llevados a una pequeña habitación donde poco después escuchamos nuevamente esos azotones del látigo pero ahora el castigo duro mas tiempo.

Las primeras reacciones

Después de perder una a una nuestras esperanzas fuimos entendiendo lo que a partir de ese día viviríamos y empezamos a bromear sobre nosotros mismos después de todo teníamos agua real para ducharnos aparte de ese sentimiento sentí la curiosidad,

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