ENSAYO DE EL PRINCIPE DE NICOLÁS MAQUIAVELO

ENSAYO DE EL PRINCIPE DE NICOLÁS MAQUIAVELO

CAPÍTULO 1

DE LOS DISTINTAS CLASES DE PRINCIPADOS Y DE LA FORMA EN QUE SE ADQUIEREN

Los principados son nuevos o hereditarios. Los nuevos pueden ser adquiridos o nuevos del todo. Los hereditarios pueden ser de las familias que los han gobernado mucho tiempo formando dinastías.

A su vez, el autor señala que estas personas están acostumbradas a vivir bajo un determinado sistema o vivir libremente. El nuevo príncipe podría haber utilizado las armas de otras personas para obtener este nuevo reino, gracias a su suerte, y en el mejor de los casos, gracias a su valentía.

Conclusión: Maquiavelo dividió los principados en dos categorías: hereditario y mixtos. La primera clase proviene de la sangre y es la heredera de un reino. El nuevo principado se obtiene mediante anuncio directo o agregando personas al estado.

CAPÍTULO 2

DE LOS PRINCIPADOS HEREDITARIOS

Es más fácil gobernar a los principados hereditario por dos razones principales. La primera razón es que los principados ya conocen a la familia, por lo que se han acostumbrado a esta forma de gobernanza. El nuevo príncipe solo necesita mantener la forma de gobernar a sus antepasados ​​y adaptarlos a los cambios que se han producido a lo largo del tiempo. La segunda razón es que la elección natural de los residentes en el principado hereditario es tener una familia gobernante a menos que el príncipe emprenda acciones terroristas contra su pueblo.

Conclusión: El príncipe heredero debe tener cuidado de no exceder el estándar de buena cooperación con sus predecesores y actualizar su autoridad de acuerdo con su presente.

CAPÍTULO 3

DE LOS PRINCIPADOS MIXTOS

En cuanto a los principados mixtos o la incorporación a un reino de mayor antigüedad, la facilidad de supervivencia es cuando se habla el mismo idioma y gobierna la misma Providencia. Por otro lado, si la nueva adquisición contiene algunas diferencias de idioma pero costumbres similares, la línea anterior debe eliminarse y sus leyes e impuestos no deben cambiarse tanto como sea posible. De esta forma, el cambio de soberanía será apenas perceptible para los gobernados.

Sin embargo, cuando el nuevo estado difiere en idioma, costumbres y constitución, las dificultades aumentan. Para mantener el poder, Maquiavelo sugiere que el príncipe se adentre en el nuevo terreno y suprima inmediatamente cualquier indicio de rebelión o descontento. Las colonias, a su vez, son muy útiles para mantener el orden y monitorear el estado recién adquirido. Como tal, el príncipe debe convertirse en el jefe y protector de los reinos vecinos - especialmente de los menos fuertes - para que al final los reinos vecinos y poderosos se debiliten. Maquiavelo da un ejemplo a los romanos: de todas las provincias que tomaron, primero las colonizaron, no permitieron que los reinos vecinos aumentaran su fuerza y ​​no permitieron que ninguna potencia extranjera se estableciera cerca; Deliberadamente imaginaron que alguien poderoso y haciendo alianzas con los menos poderosos podría en algún momento convocar una rebelión y destronar al imperio en crecimiento.

Conclusión: El deseo de conquistar es un sentimiento muy natural y universal, y mientras sean capaces, serán elogiados en lugar de condenados. Pero cuando aquellos que no pueden hacer todo lo posible están sujetos a censura. Para evitar la guerra, nunca debes dejar que el caos siga su curso.

CAPÍTULO 4

POR QUÉ RAZÓN EL REINO DE DARÍO, OCUPADO POR ALEJANDRO, NO SE REBELÓ CONTRA LOS SUCESORES DE ÉSTE DESPUÉS DE SU MUERTE

Hay dos formas de gobernar un principado:

1. El primero se refiere a un príncipe y ministros designados. Mientras los ministros ayudan al gobierno, todos permanecen subordinados al príncipe.
2. La segunda forma involucra a un príncipe y los nobles. Los nobles no son nombrados por el príncipe, pero se benefician de su antiguo linaje y tienen súbditos propios.

De cualquier escenario, el príncipe se ve mucho más fuerte al nombrar ministros, ya que sería el único gobernante en el país.

Es mucho más difícil apoderarse de un país cuando un príncipe nombra ministros porque los ministros tienen pocos incentivos para ser corrompidos por potencias extranjeras. Incluso si se volvían contra el príncipe, no podían conseguir el apoyo de nadie porque no tenían lealtades personales. Es más fácil conquistar una tierra gobernada en colaboración con los nobles porque es más probable que siempre encuentres un noble descontento que quiera un cambio. Además, los nobles gozan de la lealtad de sus propios súbditos de modo que un noble corrupto corrompe el apoyo de sus súbditos.

Aunque es más fácil asumir el control del estado de gobierno noble, es mucho más difícil mantener el control de ese estado. En un país gobernado por nobles, no basta con matar a las familias de los antiguos gobernantes, porque los nobles todavía se rebelarán. Mantener un estado con el ministro es mucho más fácil, porque solo requiere matar a un príncipe y su familia.

Conclusión: El capítulo 4 es una revisión analítica de eventos específicos, que hace pensar al autor sobre los tipos de "asistentes" que debe tener el príncipe. Los hay de dos tipos: algunos son elegidos por gracia y concesión: su probada lealtad les permite ser escuchados y asesorar al príncipe cuando están en el poder, otros son ayudantes de barones cuyos privilegios provienen primero del prestigio militar. Cabe mencionar que el texto menciona de manera completa los hechos ocurridos en ese momento o hasta el momento, estos hechos ilustran el punto de vista de Maquiavelo, es decir, su visión global nos brinda una extraordinaria revisión histórica de la época.

CAPÍTULO 5

DE QUÉ MODO DEBEN GOBERNARSE LAS CIUDADES O PRINCIPADOS QUE, ANTES DE SER OCUPADOS, SE GOBERNABAN CON LEYES PROPIAS

En este capítulo nos dicen que existen tres formas de salvar a un país que está acostumbrado a vivir libremente bajo sus propias leyes:

• Destruirlo.
• Asentarse en él.
• Que se rija por sus leyes y oblíguelo a pagar tributo y establecer un gobierno con unos pocos responsables de asegurar la conquista.

Es mejor proteger una ciudad que alguna vez vivió una vida libre que dejar que la maneje el mismo ciudadano. La única forma segura de gobernar una ciudad acostumbrada a la vida libre es destruirla. Aquellos que se convierten en dueños de una ciudad así y no la aplastan deben esperar ser aplastados por ella. Su rebelión siempre estará representada en nombre de la libertad.

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