ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El constitucionalismo democrático y el pluralismo étnico-jurídico: la experiencia política de Ecuador y Bolivia

arielpepeApuntes24 de Septiembre de 2016

11.464 Palabras (46 Páginas)364 Visitas

Página 1 de 46

El constitucionalismo democrático y el pluralismo étnico-jurídico: la experiencia política de Ecuador y Bolivia

Expresa el Dr. Alberto Filippi “Después de siglos, sacados de la permanente censura cultural y política del  poder colonial primero y etnocéntrico blanco republicano después, vuelven a aparecer los léxicos muy antiguos de las culturas de los primeros pobladores de esta región.

“Me parece esencial llamar la atención sobre estas constituciones de las repúblicas de Ecuador y de Bolivia (de 2008 y 2009) punto culminante “desde la profundidad de la historia”, de las originalísimas elaboraciones andinoamericanas de lo que denomino la ecosofía política del “bien vivir” en/con la Pachamama (nuestra madre tierra). Ecosofía política, cuyas vastísimas implicaciones se distinguen y oponen a la concepción occidental del progreso cumulativo e indefinido del “vivir mejor”. Concepción de los pueblos originarios que establece la interacción con “nosotros”, determina vínculos y relaciones culturales que se imponen como un imperativo categórico para la salvación de la humanidad en este siglo XXI”.

Es notable lo fascinante que resultaron estas palabras para el autor del presente trabajo, pues no me resultaban ajenos esos conceptos ligados a la “madre tierra”, vivir en armonía con ella permitiendo que nos procurara alimento y lugar para vivir en plenitud y, en retribución por ello, la necesidad de cuidarla y rendirle tributo.

 Hace ya casi dos décadas realicé –en compañía de un nutrido grupo de amigos- un viaje, con pesadas mochilas y poco dinero, al Noroeste Argentino. La travesía dio comienzo en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Pasamos por Tafí del Valle, Amaicha del Valle, Quilmes, Cafayate y culminó en la capital salteña. Además, nuestra visita a Tafí del valle coincidió con el día de la Pachamama (1 de agosto) y pudimos ver –y compartir- la celebración y agradecimiento que se rendía en su honor.

Fue una de esas experiencias que logran tocar fibras que luego de ser movilizadas, ya nunca vuelven a mismo lugar. Conocimos leyendas, personajes y por sobre todas las cosas a la omnipresente Pachamama, esa que está encima y por debajo nuestro, la que nos nutre, nos calienta y permite que toda nuestra existencia sea posible; y a la que además, debía cuidarse y venerarse. Fue algo que verdaderamente nos dio una nueva perspectiva acerca de la forma en que transitamos por este mundo. Y es justamente por ese motivo, y a modo de pequeño tributo a nuestra madre tierra, que elegí a este, como tema para desarrollar en esta tesina.  

Resulta un buen comienzo clarificar el concepto de “Buen Vivir” al que se hizo referencia al comienzo del trabajo. Esta noción toma su terminología “Sumak Kawsay” de la cosmovisión ancestral kichwa de la vida. Según sus postulantes está presente de forma similar entre los aymará como “suma qamaña” y entre los guaraníes como “teko porâ” o “teko kavi”. En su acepción quechua originaria “sumak” hace referencia a la realización ideal y hermosa del planeta, mientras que “kawsay” significa "vida", una vida digna, en plenitud.

El "sumak kawsay" ancestral estima a las personas como un elemento de la Pachamama o "Madre Tierra". Así, el buen vivir moderno, inspirado en la tradición indígena, buscaría el equilibrio con la naturaleza en la satisfacción de las necesidades ("tomar solo lo necesario" con vocación para perdurar), sobre el mero crecimiento económico.

La noción de “Sumak Kawsay”, forma parte del discurso político de los movimientos indígenas del continente, en especial del movimiento indígena de Ecuador y de Bolivia, y, en tal virtud, forma parte de su proyecto político e histórico y de su forma de construir tanto su sociedad como su relación con la naturaleza. En la recuperación de sus formas ancestrales de convivencia, los pueblos indígenas han encontrado, de una parte, las formas políticas de resistencia al capitalismo y a la modernidad y, de otra, las alternativas a ese mismo sistema capitalista.

Como bien hace memoria el filósofo guatemalteco francisco Márquez, el “concepto de Sumak Kawsay o Buen Vivir, tiene su punto de partida en nuestra américa. Tiene su origen en una fusión de culturas que recoge las sabidurías milenarias de abya Yala para aportar sus valores al diálogo e integración de las culturas del mundo en la formación de un nuevo paradigma universal que contribuya a la construcción de un nuevo mundo. Plantea su visión sustentada en la convivencia del ser humano en diversidad y armonía con la naturaleza y lo hace a partir del reconocimiento de los diversos valores culturales existentes en cada región y en el mundo“.

“El Sumak Kawsay es la confluencia de las diversas culturas ancestrales, de donde surge la sabiduría de los pueblos que están decididos a construir una forma de vida ciudadana, en diversidad y armonía con la naturaleza, en respeto a la dignidad de todas las personas y las colectividades. El Sumak Kawsay provoca un vuelco frente a la concepción ilustrada europeizante, basada en el bienestar burgués, individualista y antropocéntrico, que en nuestro continente rige todavía a muchos Estados-nación modernos“.

“Con una visión renovada estamos regresando a nuestros orígenes para seguir el camino después de habernos extraviado por sendas equivocadas que absolutizaban y favorecían el análisis sobre la síntesis, la racionalidad sobre la intuición, la ciencia sobre la sabiduría, la competición sobre la cooperación y así sucesivamente hasta el punto de llevarnos a un desequilibrio tan alarmante que ha desembocado en una crisis de dimensiones sociales, ecológicas, morales y espirituales de tal magnitud que están poniendo en peligro la vida en el planeta“.

“Vemos ahora que los cambios están surgiendo desde nuestra propia abya Yala, con la idea clara del derecho que tienen los pueblos a configurar el mundo de acuerdo con su propia conciencia y cultura. Con ello se está abriendo paso hacia la recuperación de nuestras raíces milenarias, en respeto a los tiempos históricos de las culturas y a la conciencia que tienen de no seguir sometidas a los designios de la economía sino a ritmos humanos en armonía con la naturaleza”.

De tal manera, salvo que la pensamos en términos monetarios y estratégicos, la naturaleza ni es rica ni abundante. Si se abandona el enfoque mercantil, monetario y estratégico, la naturaleza deja de tener “valor”. Entonces, la valía que se pueda asignar a la naturaleza está en función del modelo de sociedad que se quiera construir. La naturaleza es la condición de posibilidad necesaria para la vida humana, y en tal virtud su interrelación con las sociedades humanas estriba en la forma que éstas se visualicen y se proyecten a futuro.

La naturaleza se solapa de tal manera que está ínsita en cada acción que esa sociedad genere. No existe separación entre la sociedad y la naturaleza. Ello no implica sin embargo un regreso a la noción de “buen salvaje” de la Ilustración europea del siglo XVIII, sino una apreciación diferente con respecto a la naturaleza. Una sociedad puede llegar a ser de avanzada tecnológica y productivamente hablando, y a la vez integrar a la naturaleza a su propia dinámica interna.

El concepto de Buen Vivir permite esto: una nueva visión de la naturaleza, sin desconocer los avances tecnológicos ni los avances en productividad, sino más bien forjándolos en el interior de un nuevo contrato con la naturaleza, en la que la sociedad no se separe de ésta, ni la considere como algo externo, o como una amenaza, sino como parte de su propia dinámica y como fundamento de su existencia a futuro.

Dentro de este nuevo paradigma, también se observa un cambio respecto de la noción de individualidad. Este concepto es una construcción política de la burguesía y éstos siempre han estado condicionados por relaciones de familia, de comunidad, de
sociedad. Su sentido de individualidad siempre estuvo en la perspectiva de
pertenencia a una comunidad determinada. El individuo separado de su comunidad es una creación de la burguesía. Las relaciones de poder que la burguesía forma actúan sobre los individuos para fragmentar cualquier solidaridad que éstos puedan generar con su comunidad y su sociedad. La noción que da cuenta de esa imposición del poder sobre los individuos y de su fragmentación, consta en la teoría económica moderna como homo economicus (hombre económico),
Persky, Joseph. "Retrospectives: The Ethology of Homo Economicus." The Journal of Economic Perspectives, Vol. 9, No. 2 (Spring, 1995), pp. 221-231 que es el concepto de base para la moderna teoría económica del consumidor y que sirve de marco analítico para comprender la economía capitalista en su conjunto; y la noción de ciudadano como un individuo que ha suscrito un “contrato social” para crear al Estado-moderno.

Los pueblos indígenas que están lejos tanto de las nociones de consumidor, así como también de las de ciudadano, para formar parte de la discusión actual tienen que ser concebidos y vinculados como eso que los compele y los agrede, es decir, como consumidores y como ciudadanos.

El Estado plurinacional es la propuesta que los pueblos indígenas han generado para abrir el espacio de posibles humanos para que pueda caber la alteridad radical en la conformación de los Estados modernos, mientras que el Sumak Kawsay es la propuesta para que la sociedad pueda recuperar las condiciones de su propia producción y reproducció material y espiritual.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (75 Kb) pdf (365 Kb) docx (36 Kb)
Leer 45 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com