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El habla como sexto sentido


Enviado por   •  17 de Agosto de 2020  •  Tesis  •  3.910 Palabras (16 Páginas)  •  120 Visitas

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El habla como sexto sentido

La cuestión de la existencia de un sexto sentido, un sentido más allá de los cinco tradicionales y universalmente reconocidos, parece ser una de las más antiguas de la historia de la humanidad. Aristóteles es uno de los primeros pensadores en discutir la idea. En su De anima niega categóricamente la existencia de un sexto sentido, afirmando: "... no hay sentido más allá del cual los cinco -vista, oído, olfato, gusto, tacto... ". Los extremos a los que Aristóteles llega en su tratado para refutar la existencia de un sexto sentido parecen indicar que estaba respondiendo a una creencia, ya bien establecida en su época, en la existencia de un sentido más allá de los cinco tradicionales. En nuestros días, no necesitamos mirar más allá de los periódicos sensacionalistas que se venden en el supermercado del barrio para encontrar evidencia de la persistencia de esta creencia en un sexto sentido.

No es de extrañar, pues, que Ramon Llull, creador de un sistema filosófico, de un "Arte", por el que el hombre afirmaba poder conocer "tota re natural" (lo totalmente natural), se ocupara, tarde o temprano, del problema del sexto sentido. Tampoco es de extrañar que Llull vaya en contra de Aristóteles y de la mayoría de los pensadores occidentales al declarar que sí existía un sexto sentido.

A lo largo de su obra, a Llull le gusta señalar "los errores de los antiguos". Sobre su teoría del sexto sentido, Llull dice, probablemente en referencia directa a las palabras de Aristóteles que acabamos de citar, que se trata de un "... seyn no conegut per los antics ensercadors de les cozes naturals e de lurs secrets...". Llámenlo como queramos, originalidad o simplemente supremacía, no debe sorprendernos que Llull creyera en un sexto sentido.

Lo curioso, sin embargo, de la teoría del sexto sentido de Llull sorprende la naturaleza que él le atribuye. No es que Llull asigne al sexto sentido poderes misteriosos de clarividencia o telequinesia, como solemos hacer hoy. No, simplemente afirma que el poder más bien familiar de la palabra es en realidad un sexto sentido.

Es en este momento, creo, cuando empezamos a tener dificultades con el sexto sentido de Llull. El habla parece tener poco que ver, oír y tocar, que son formas de conocer, de percibir el mundo natural. Nuestros sentidos funcionan automáticamente y sin la intervención de la voluntad consciente. El habla, en cambio, se aprende lentamente a lo largo de los años y, al menos idealmente, debemos pensar antes de hablar. Nos corresponde, pues, intentar comprender la teoría de Llull en los términos en que la entendió, determinar qué características de su sistema filosófico más amplio le permitieron llegar a la conclusión de que el habla era un sentido, simplemente, dar sentido al sexto sentido tal y como lo veía Llull, y como él esperaba que lo viéramos.

Sin embargo, antes de que examinemos la teoría de L1ull en detalle, me gustaría comentar un punto. Hemos estado usando la palabra "habla" para describir el sexto sentido de Llul1. Un término más preciso podría ser "comunicación", ya que Llull creía que tanto los animales como los hombres poseían este sentido, y que la comunicación era tan importante para la sociedad animal como para la sociedad humana. Hemos usado la palabra "habla" sólo porque parece menos incómoda que "comunicación". Sin embargo, debe tenerse en cuenta que, a los efectos de esta discusión, el "habla" incluye la comunicación entre animales así como entre hombres.

La descripción más importante de Llull sobre su sexto sentido y su "prueba" de su existencia se encuentra en el tratado que escribió en Nápoles en la víspera de Pascua, el 17 de abril de 1294. El tratado se titula Lo sisen seyn, lo qual apelam Efatus[1]. Este trabajo ha llegado a nosotros en siete manuscritos. Dos están en catalán: una copiada en algún momento de la mitad del siglo XIV (first) y la otra (incompleta) copiada en el siglo XVI (fifteenth). También hay five manuscritos latinos, ninguno de ellos anterior al siglo fifteenth Utilizamos el manuscrito catalán anterior como base para nuestras observaciones.

Llull escribió Lo sisen seyn a mitad de su carrera literaria, veinte años después de finishing su gran obra first, la magnificent Libre de contemplacio, y veinte años antes de su muerte en 1315 o 1316. Al hablar de su sistema filosófico en la mayoría de sus primeras obras más conocidas como el Libre de contemplacio o el Libre de meravelles, Llull sólo menciona los sentidos tradicionales de five, y en la introducción a Lo sisen seyn habla del sexto sentido como un nuevo descubrimiento. Era otra pequeña pieza del gran rompecabezas del mundo natural que estaba cayendo en su lugar, finding su lugar apropiado en su sistema dado por Dios que debía abrazar todo el conocimiento.

 El tratado se divide en cuatro secciones. La sección first, que es meramente una discusión de las operaciones de los sentidos tradicionales de five y del sensus communis, ocupa casi la mitad del tratado (ff. 93va-96rb). La segunda y tercera parte constituyen el núcleo de la "prueba" de la teoría de Llull. La segunda se refiere a lo que Llull llama las "necesidades" del sexto sentido (cf. 96rb-99rb). Se divide en dos partes. La parte first describe por qué affatus es "por necesidad" un sentido. Esta es la parte del tratado que más depende de los términos y procedimientos de la lógica escolar; es también el eslabón más débil de la prueba de Llull. El razonamiento es más o menos así: Sense x tiene una cierta función. La función del estado de ánimo es superior a la del sentido x. Por lo tanto, el estado de ánimo es necesariamente un sentido. Tal lógica, que comienza con la suposición de que el estado de ánimo es un sentido, muestra que el estado de ánimo es superior a los otros sentidos, y luego afirma haber demostrado simplemente que el estado de ánimo es un sentido, sigue siendo para nosotros altamente insatisfactorio.

En la segunda parte del segundo apartado, Llull demuestra que el afatus es "necesario" para el hombre y los animales. Aquí crea la situación "si affatus no fos sen", y muestra cuáles serían las consecuencias para la sociedad humana y animal. Las personas no podrían interactuar entre sí ni amarse o ayudarse mutuamente; el hombre no podría transmitir a sus hijos las habilidades que ha aprendido; los animales no podrían reproducirse ni construir sus hogares. Esta es, quizás, la sección más encantadora de todo el tratado, la que el lector moderno puede apreciar más fácilmente.

En el tercer apartado de su tratado (ff. 99rb-100vb), Llull demuestra lo que no es affatus. Volveremos a examinar esta sección del tratado con más detalle en un momento. En la cuarta y final parte del tratado (ff. 100vb-101rb), Llull nos da su definition de affatus. Curioso como nos puede parecer hoy en día la teoría de Llull del sexto sentido, su definition de este poder sigue siendo relativamente simple. Podemos resumirlo en los tres puntos siguientes:

En primer lugar, Llull nos da su básico definition de affatus (f. 100vb): "affatus es aquela potencia ab la qual animal manifesta en la vou a altre animal la sua concepcio". "Concepcio" es aquí una palabra clave; Llull explica que este "concepcio" se crea "... per entendre[uno de los poderes del alma racional], o ymagenar, o ensems en home, e en los inracionals per ymagenar tan solament" (f. 100 ra). Parecería entonces que un "concepcio" puede ser una idea formada meramente a partir de impresiones sensoriales (el "instinto" de los animales) o el resultado de la actividad intelectual, o una combinación de ambas.

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