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En nuestra tarea de investigación, la cual se basa en el sistema filosófico del conocimiento racional de Immanuel Kant


Enviado por   •  6 de Febrero de 2018  •  Documentos de Investigación  •  1.812 Palabras (8 Páginas)  •  150 Visitas

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En nuestra tarea de investigación, la cual se basa en el sistema filosófico del conocimiento racional de Immanuel Kant, señalaremos previamente algunos aspectos significativos relacionados con la metafísica considerada como ciencia de los principios, luego, en este orden, indicaremos los antecedentes y las perspectivas del tema del deber que se constituirá en una propuesta ética. En pleno auge del florecimiento de las ciencias de la naturaleza y de la matemática, a saber, en la modernidad del siglo XVIII, Kant logró determinar, como parte de su mayor preocupación, el problema de que la metafísica se había mantenido en un estado vacilante, insegura, contradictoria y en su oscuridad, sin una crítica de la razón; de tal manera que como ciencia habría perdido méritos con respecto a la matemática, la geometría y la física, debido a que no ha dado un avance en su investigación bajo principios del conocimiento a priori y, fundamentalmente, por no haberse planteado antes el problema de los juicios analíticos y sintéticos* . Sin embargo, veía la necesidad de reconstruir a partir de un cambio de método del conocimiento de la naturaleza, i.e., si se trata de convertir la intuición de los objetos en conocimientos, entonces la experiencia –única fuente del conocimiento de los objetos– tendrá que regirse por los conceptos del entendimiento que posee reglas a priori, pues estas reglas se expresan en conceptos a priori, a las que deben conformarse necesariamente todos los objetos de la experiencia, porque ésta constituye un tipo de conocimiento que requiere entendimiento que posee unas reglas a priori que indican antes de que los objetos sean dados. Por consiguiente, la afirmación de que los objetos de los sentidos sean sometidos a las leyes del conocimiento impuestas por el entendimiento y la razón humana es considerada como una «revolución * Entre los juicios requiere la distinción según el contenido. O sea, la proposición «todos los cuerpos son extensos», es un juicio analítico solamente explicativo y que nada añade al contenido, donde el concepto P (extenso) está pensado previamente y contenido en el concepto S (cuerpo), entonces nada se puede ampliar ni hay contradicción; en cambio, la proposición «algunos cuerpos son pesados» es un juicio sintético amplificativo y que aumenta el conocimiento dado, donde el concepto P (pesado) no está pensado en el concepto S (cuerpo), de modo que, entonces, aumenta el conocimiento. Entre los juicios sintéticos se distinguen por juicios de experiencia, juicios matemáticos, etc. Acerca de estos juicios se precisan en la obra de Justus Hartnack, Teoría del conocimiento de Kant. 3 copernicana», pese a que el empirista David Hume habría sostenido erróneamente la imposibilidad de una forma de pensar racional a priori y con nociones puras la conexión entre la causa y el efecto, considerando que todo conocimiento deriva de la experiencia, con lo que también habría supuesto como imposible la metafísica como ciencia de los principios a priori. Para Kant, la crítica de la razón pura da paso a la posibilidad de la metafísica como ciencia general, esta metafísica se distingue en función del conocimiento racional: conocimiento teórico de las leyes de la naturaleza que da lugar a la metafí- sica de la naturaleza y el conocimiento práctico de las leyes de la libertad que da lugar a la metafísica de las costumbres o de la moral; entre estos tipos de conocimientos se identifica el conocimiento especulativo a partir del cual no puede derivarse regla alguna y que únicamente permite reflexionar de manera hipotética las relaciones de conceptos y las alternativas de propuestas de ideas. Entonces se trata de las diferencias de conocimientos en el sentido de la posibilidad de la metafísica, esto es, “Un conocimiento se llama práctico por oposición al teorético, pero también por oposición al conocimiento especulativo” 1 ; a pesar de todo, la diferencia mejor marcada está entre lo teórico y lo práctico. A nivel del conocimiento teórico de la naturaleza, la metafísica es posible como ciencia de los principios a priori, a partir de la relación de los conceptos, v. gr., causa y efecto, que no derivan de la experiencia, a través de los cuales el entendimiento piensa a priori las conexiones de las cosas, porque las relaciones deben contener proposiciones sintéticas a priori con las que se pretende ampliar el conocimiento a priori. Y, a nivel del conocimiento práctico de los actos morales, la metafísica constituye la ciencia de los principios a priori de la libertad de la voluntad humana, a partir de la relación de las ideas y conceptos puros; los principios prácticos a priori suponen la enunciación de imperativos del deber acerca de la posible acción libre. En consecuencia, la metafísica como ciencia de los principios, se compone de proposiciones sintéticas a priori; por un lado, de acuerdo con el uso teórico de la razón pura, se establecen las leyes de la naturaleza* para desenvolver el conocimiento a priori de la experiencia posible y, por otro lado, de 1 Immanuel Kant, Lógica: Un manual de lecciones. Madrid: Akal, 2000, p. 140. * Las leyes de la naturaleza expresan la causalidad (relaciones de causa y efecto) de todo cuanto sucede con los fenómenos del mundo natural.

acuerdo con el uso práctico de la razón pura, se establecen las leyes de la libertad para desenvolver las acciones libres que deben ser legisladas por la voluntad libre. Y, como parte de la certeza apodíctica incondicional y de validez, el conocimiento que quiera sostenerse a priori debe tenerse por absolutamente necesario y aplicable a la determinación de todos los conocimientos a priori. En la medida en que ha de haber el uso de la razón en las ciencias, tiene que conocerse en ellas algo a priori, el conocimiento racional que puede poseer dos tipos de relación con su objeto: una para determinar el fenómeno y su concepto, y la otra (voluntad y su relación con la acción) para convertirlo en realidad. “La primera relación constituye el conocimiento teórico de la razón; la segunda, el conocimiento práctico” 2 . En el primer caso, se establecen las condiciones de posibilidad, i.e., el espacio y el tiempo como intuiciones puras y formas a priori de la sensibilidad, bajo los cuales el conocimiento comienza con la intuición empírica de captar los objetos reales a través de las sensaciones y tenerlos como fenómenos, éstos últimos pasan a constituirse en conceptos a través del entendimiento, a su vez, pasan a la formulación de principios mediante la razón pura. Este proceso corresponde al mundo sensible como experiencia posible, donde el objeto del conocimiento es el fenómeno –a diferencia del noúmeno que resulta ser no el objeto de una intuición sensible ni objeto de una intuición no sensible y que sólo puede ser pensado bajo conceptos su posibilidad– con causalidad condicionada. Este orden del conocimiento supone la filosofía teórica en el que se determinan leyes constantes que indican lo que ocurre con los fenómenos de la naturaleza. En el segundo caso, el conocimiento racional, prescindiendo de las condiciones espacio-temporales, se inicia con los principios fundamentales prácticos a priori (la moralidad, el deber, las máximas, los imperativos, etc.), pasa a los conceptos, v. gr., bueno y malo, y luego se dirige a los sentidos (se aplican conceptos al sujeto y a su sensibilidad). Este proceso corresponde al mundo inteligible de las cosas en sí mismas, donde el objeto del conocimiento práctico es la relación de la voluntad con la acción, también corresponde a la consideración del concepto de noúmeno como causa y referido a los seres racionales e inteligibles (o la naturaleza suprasensible) o seres puros del entendimiento. Aquí, hacemos notar 2 Immanuel Kant, Crítica de la razón pura. Tr. Pedro Ribas, Madrid: Alfaguara, 22a . edición, 2004, B X, p. 16. 5 que, lo que era lugar vacío3 de los noúmenos para la razón especulativa, i.e., más allá de la experiencia posible, es ocupado por la razón pura práctica a partir de la idea de libertad y la consiguiente ley de la libertad (ley moral que señala la independencia de la voluntad y ley ética que indica la necesidad de la acción libre) como causalidad incondicionada; supone una filosofía práctica en el que se admiten leyes que contienen imperativos categóricos, las que determinan cómo deben suceder las acciones humanas. Pues, Todo conocimiento que contiene imperativos es, por consiguiente, práctico y ha de ser denominado práctico precisamente por contraposición al conocimiento teorético. Puesto que los conocimientos teoréticos son tales que enuncian no lo que debe ser, sino lo que es, tienen como objeto, por lo tanto, no un hacer, sino un ser4 . Tomando en cuenta ambos tipos de conocimientos, el alma humana tiene voluntad que no es libre en la medida en que es sometida a la necesidad natural, pero es libre cuando resulta independiente de la necesidad natural. En otras palabras, la voluntad en el hombre (como fenómeno del mundo sensible), no sería libre si en sus acciones son conforme a las leyes naturales, pero también esa misma voluntad puede ser libre si es perteneciente a una cosa en sí misma (noúmeno del mundo inteligible) y no sometida a dichas leyes. Pero si la crítica no se ha equivocado al enseñarnos a tomar el objeto en dos sentidos, a saber, como fenómeno y como cosa en sí; si la deducción de sus conceptos del entendimiento es correcta y, por consiguiente, el principio de causalidad se aplica únicamente a las cosas en el primer sentido, es decir, en cuanto objetos de la experiencia, sin que le estén sometidas, en cambio, esas mismas cosas en el segundo sentido; si eso es así, entonces se considera la voluntad en su fenómeno (en las acciones visibles) como necesariamente conforme a las leyes naturales y, en tal sentido, como no libre, pero, por otra parte, esa misma voluntad es considerada como algo perteneciente a una cosa en sí misma y no sometida a dichas leyes, es decir, como libre, sin que se dé por ello contradicción alguna5 . 3 En el parágrafo §57 de la obra de Kant, Prolegómenos a toda metafísica futura que haya de poder presentarse como ciencia, edición bilingüe de la editorial ISTMO, se señala que la razón, en su uso teórico y especulativo a través de la matemática y la ciencia de la naturaleza, versa con sus conceptos determinados sobre el conocimiento del fenómeno, en un espacio lleno de experiencias; no obstante, con las ideas trascendentales (psicológicas, cosmológicas y teológicas) se extiende hasta el límite de aquel conocimiento, i.e., rebasando los límites de todo conocimiento empírico, y lo reconoce como un espacio vacío de los noúmenos (cosas en sí mismas referidas a un ser inmaterial, un mundo inteligible y un Ser supremo). En aquel espacio vacío la razón tendrá que pensar en las cosas en sí mismas con el fin de encontrar la perfección y la satisfacción. 4 Lógica: manual de lecciones, op. cit., 140. 5 Crítica de La razón pura, op. cit., B XXVIII, p. 26.

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