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En su obra System der Philosophie, Hegel dice que


Enviado por   •  24 de Octubre de 2013  •  Tesis  •  1.882 Palabras (8 Páginas)  •  286 Visitas

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En su obra System der Philosophie, Hegel dice que:

“El estado es la síntesis de los principios de la familia y de la sociedad civil. La misma unidad que en la familia se da en el sentimiento del amor es su esencia, pero inmediatamente y por conducto del segundo principio (el de la sociedad civil) de saberse voluntad activa, adquiere la forma de la universalidad consciente. Es esta universalidad cons¬ciente, así como sus determinaciones que se desarrollan en el conoci¬miento, lo que la subjetividad que se sabe a sí misma, tiene por con¬tenido y fin absoluto, de tal suerte que quiere siempre lo racional”.

De este pasaje creemos poder desprender dos principios: el estado es concebido primeramente como la unidad o síntesis de las ideas de la fa¬milia y de la sociedad civil, quiere decir, el estado representa los principios espirituales de una y otra, por lo que nos seguimos moviendo en el mundo de lo racional y, consecuentemente, el estado no puede ni debe ser con¬cebido como una asociación de hecho de las familias, y tampoco, y por razones ya expuestas, puede asimilarse a la sociedad civil. La segunda deducción consiste en que el estado recoge el principio del amor, que es la esencia de la familia, transformado en la unión, en la simpatía, en la ca-maradería, en el afecto y en el amor de los ciudadanos. Este principio se refiere únicamente a la unidad ciudadana, pero le hace falta el segun¬do, que lleva consigo la idea de fin, pues, en efecto, una de las finalidades del estado es procurar la satisfacción adecuada de la necesidad de todos los hombres.

Si se substituye al estado con la sociedad civil y se le asignan como fines la seguridad y la protección de la propiedad y de la libertad per¬sonal, resulta que el interés de los particulares seria el fin supremo para el que se asocian los hombres, de lo que se desprende, dentro de esta concepción, que es facultativo ser miembro del estado. La rela¬ción entre el estado y el individuo es completamente distinta: puesto que es espíritu objetivo, el individuo tiene únicamente objetividad, verdad y eticidad social, en cuanto es miembro del estado. La unión o asociación, en cuanto tal, es el contenido y el fin verdadero, en tanto el destino del individuo es conducir una vida colectiva; sus otras sa¬tisfacciones particulares, su actividad y las modalidades de su conducta, tienen en la substantividad y universalidad de la asociación su punto de partida y su resultado.

Las palabras de Hegel son, ante todo, una crítica de la concepción individualista de la vida social: en la sociedad civil puede el hombre pensar en sí mismo, pero en el estado, que es la realidad de la idea ética, univer¬sal por esencia, el individuo debe pensar y actuar cumpliendo lo absoluto y no lo particular, esto es, debe conducir su vida hacia la universalidad, porque de esa manera camina a su perfección. Pero además, y no se pueden ocultar por mas tiempo las consecuencias, nos encontramos ya frente al problema de la libertad individual: en el estado, el hombre ca¬rece de derechos propios, de una esfera de libertad más allá y aun por encima de una supuesta voluntad colectiva, pues, según- las frases hegelianas, su libertad proviene de la universalidad del estado, pero este tema será objeto de unos renglones posteriores.

Las consideraciones antecedente permiten concluir que el estado, como la voluntad substancial consciente del espíritu objetivo, colocado sobre el conjunto de las familias y de la comunidad de los hombres, es una fuerza activa de naturaleza espiritual, llamada a desenvolver su esencia, que no es otra sino la realización en la tierra de los valores espirituales supremos, o en una fórmula distinta: el estado de cada pueblo y de cada época es el portador, el guardián y el ejecutor del bien, de la justicia y de lo bello, o para decirlo en unas cuantas palabras: el estado es el espíritu cultural de la nación.

El espíritu objetivo no es un alma individual como la de cada ser humano, porque de serlo retornaría a la condición del espíritu subjetivo. Es el espíritu puro, que después de hacerse-otro en la naturaleza, vuelve sobre sí mismo, cruza por la catego¬ría del espíritu subjetivo y se objetiva, por lo tanto, es la esencia, lo uni¬versal de la vida espiritual de cada pueblo, lo que no perece nunca, lo que sobrevive a las generaciones, cuando éstas mueren; así la historia del Siglo de Oro español, la filosofía de la Ilustración de Francia o nuestra Generación de la Reforma. Es la cultura de cada generación que deja de ser un patrimonio exclusivo para extenderse en el tiempo y devenir parte de la cultura del pueblo.

El estado es la peregrinación de dios por el mundo. Su poder es el de la razón, como voluntad que se realiza. Cuando se piensa en la idea del estado no debe traerse ante los ojos a estados determinados, sino que se debe considerar mas bien su idea, este dios verdadero que es el estado.

La idea del estado, grado supremo en la evolución del espíritu objetivo, esta peregrinación de dios por el mundo, adquiere una primera realiza¬ción, si bien de carácter subjetivo, cuando penetra en la conciencia de los hombres y se adueña de ella y la convence de que la misión de los espí¬ritus particulares es asimilarla, hacerla suya, luchar por ella y sacrificarle sus puntos de vista personales. Obrar de otra manera sería un delito con¬tra la razón universal.

Hegel no quiso dejar fisura alguna por la que pudiera colarse una concepción puramente humana o social del estado. Recordó que Rous¬seau, con el Discurso sobre los orígenes de la desigualdad entre los hom¬bres y el Contrato social, había contribuido a desencadenar

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