Ensayo: El Caballero de la armadura oxidada

El dilema del caballero

" Hace ya mucho tiempo, en una tierra muy lejana, vivía un caballero..." Es la frase clásica que puede dar inicio a muchas historias, pero esta en particular, no solo nos habla del tipo de caballero que ya todos conocemos, el que rescata doncellas, el que lucha contra dragones, el que conquista imperios. Nos deja ver el lado humano de el caballero, porque como en la vida cotidiana todos conocemos el exterior de las personas, sus hazañas y proezas, pero ¿Y en el interior? ¿Y en la familia? ¿Y en las emocionas? ¿Y en...?.

Nuestro amigo "el caballero" era el caballero perfecto, no temía a los grandes retos, rescatando doncellas, palacios, matando dragones, siempre dispuesto a las batallas y a las cruzadas, pero como todo en esta vida no puede ser perfecto, dejó que su personaje lo atrapara, su amada armadura ya formaba parte de su piel, como cuando se tiene una gorra o una playera favorita y la quieres usar con frecuencia, así "El caballero " desarrolló una fijación mucho más fuerte de lo imaginable para con su armadura, al grado de llevarla consigo para comer y dormir. Si bien su esposa Julieta era bastante comprensible, el pequeño Cristóbal su hijo necesitaba de su padre, no del caballero, no de la armadura, si no saber ¿quién es su padre como persona?.

Como suele suceder con la mayoría de las madres al ver la lamentación de los hijos, la paciencia de Julieta se terminó, recriminando a su marido el hecho de vivir para ser caballero y no vivir para su familia, el caballero contestó que "Todo lo hacia por ellos", a sabiendas de que gran parte de sus travesías eran solamente para llenarse a él mismo y alimentar su ego, ¿Cómo puede un padre decir que hace todo por su familia? cuando si ni siquiera el hijo conoce la verdadera forma de este porque tiene una armadura que lo envuelve.

Hasta esta parte el mensaje es muy claro, nuestras armaduras emocionales no nos hacen darnos cuenta de muchas cosas de nuestro entorno, pensamos que hacemos lo correcto por lo demás cuando en realidad vivimos para satisfacernos a nosotros mismos, olvidando todo aquello que en verdad es importante.

El caballero descubriendo esto, y ante la amenaza de Julieta de emprender la huida, si no resolvía la situación que les aquejaba, trató de quitarse la armadura, armadura que por el paso de los años ya estaba prácticamente encarnada a su cuerpo, ¿Cómo resolver en minutos algo que lleva años?, buscó a la persona más capaz del pueblo en esos menesteres, y solamente fueron intentos fallidos ¿Era acaso un castigo divino? ¿Acaso es muy difícil desprenderse de una armadura que lleva años cubriéndonos?.

No quedaba más que buscar otra solución en algún otro lugar, fuera del lugar de donde ya hemos agotado todas las opciones, nuestro caballero emprendió la huida, no sin antes despedirse de su amo, de su rey, pero como parecía que la suerte no estaba de su lado, el rey no estaba presente, estaba en una de esas cruzadas que tanto amaba el caballero, surgió el dilema por no poder asistir a las cruzada, pero el dilema por no poder quitarse la armadura y resolver el problema con su familia era mucho mayor. Pero como pasa en muchas ocasiones, surgió una persona que nos ilumina el camino cuando más oscuro parece, aunque en ocasiones pueda ser hiriente al decirnos nuestros errores, en esta ocasión fue el bufón del reino Bolsalegre quien primero criticó la situación del caballero para después ofrecerle una solución mágica "Tenéis que ver al mago Merlín, así lograréis ser libre al fin." así es, el mismo Merlín del Rey Arturo y sus historias.

EN LOS BOSQUES DE MERLÍN

Nuestro impetuoso amigo, continuó su viaje, sorteando una serie de problemas y dificultades que le hicieron darse cuenta que ser caballero no lo es todo, y que hay un mundo más allá de lo que él solo tenía en la cabeza, fuera de sus conocimientos de caballero, era como un niño en un desierto.

Después de intenso peregrinar de meses, una mañana como por arte de magia por fin encontró el tan ansiado objetivo, el Mago Merlín. El mago seguramente por la gran sapiensa que le concedió el paso de los años, comenzó a hacer aseveraciones respecto a la vida del caballero, que como a mucho de nosotros cuando nos dicen la verdad cruda y dura, le ofendió.

Comenzaron las diversas pruebas y analogías, mediante métodos poco ortodoxos hicieron entender a nuestro caballero una pregunta que no se había hecho hasta el momento ¿Qué es la vida?, así cada día surgían dudas nuevas en nuestro infortunado héroe, para su mala suerte estas preguntas eran respondidas con más preguntas, ¿Y por qué no?, paradójicamente cada pregunta que el caballero realizaba lo llenaba de más dudas, pero al mismo tiempo aclaraba otras tantas, el punto clave fue al llegar al análisis de la armadura, ¿Acaso es el miedo el que llevó a colocarse esa armadura? ¿A qué temía?, aclarando que era para demostrar que era un hombre valiente, surgieron más preguntas ¿Para qué demostrar lo que tú bien sabes que eres?

Pero es que al final ¿Quién no se ha puesto una armadura ante cualquier peligro inminente? ¿Quién no ha intentado demostrar lo que piensa que vale por temor a no ser reconocido?, al final esto más que ser benéfico, resultó ser perjudicial para nuestro caballero, como para cualquier de nosotros. Porque esa armadura nos hace perder la sensibilidad que nos permite estar en contacto y entender nuestro entorno, porque cuando nos comenzamos a librar poco a poco de esa armadura pasamos a ver mucho de lo que nos estábamos perdiendo. Y hablando de perdidas surgió una duda importante ¿Querrá la familia del caballero que vuelva? desafortunadamente la respuesta a esa pregunta estaba aun por contestarse.

El sendero de la verdad

Nuestro amigo recibió un balde de agua fría cuando el mago Merlín le indico que era momento de marcharse, ¿Cómo iba a marcharse? Cuando mejor estaban lleno las cosas y sus ojos se empezaban a abrir para contemplar muchas cosas.

Cada vez eran más notorios los problemas que traía consigo la famosa armadura, o al menos comenzaban a ser notorios para el caballero, quien recién se daba cuenta de lo mucho que dejaba de sentir, de oler, de percibir por tener esa armadura que le cubría no solo el cuerpo si no las emociones, ¿Pero como podría el caballero cambiar todo eso?.

Las pruebas cada vez eran más difíciles, ¿Acaso pensamos que librarnos de las armaduras que nos cubren conllevaran un camino sencillo de hacerlos?. Muchas veces preferimos el camino sencillo para todo, aunque no sepamos el fin del mismo, al final no termina más que conduciéndonos a un final muy nocivo.

Pero

...