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Ensayo Estetica

yomerofilosofo23 de Junio de 2014

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Modificaciones al proyecto refuncionalización del vocabulario Benjaminiano.

El presente trabajo tiene como finalidad mostrar como los textos estudiados a lo largo del curso permiten dar un sentido mas completo al proyecto de investigación que pretendo elaborar, el cual propone reevaluar el vocabulario crítico benjaminiano, pues se considera que los alcances de dicho vocabulario aún son importantes, esto al recordar que el énfasis del trabajo de Walter Benjamin consiste en advertirnos en primer lugar que las formas del arte de su época estaban cambiado y en segundo que las posibilidades de esas nuevas forma de producción artística todavía no se conocían, pero que en la actualidad ya hemos conocido gran parte de ellas y muchas fueron parte de su diagnóstico. En ese sentido el trabajo de Benjamin se enfocó en advertir sobre los cambios que sucedían en su época y de los que no se podía dar cuenta, pues no existía un vocabulario que permitiera pensar la cultura y la experiencia de manera distinta a la del vocabulario que se había acuñado en Europa durante el llamado romanticismo. Sin embargo Benjamin es consciente de que estas nuevas formas de lo artístico tienen cierta relación con las posibilidades que la da tecnología, es decir estas tecnologías han modificado a tal grado la experiencia del día a día, que no hay forma de decirla.

La cosa está clara: la cotización de la experiencia ha bajado y precisamente en una generación que de 1914 a 1918 ha tenido una de las experiencias más atroces de la historia universal. Lo cual no es quizás tan raro como parece. Entonces se pudo constatar que las gentes volvían mudas del campo de batalla. No enriquecidas, sino más pobres en cuanto a experiencia comunicable. Y lo que diez años después se derramó en la avalancha de libros sobre la guerra era todo menos experiencia que mana de boca a oído. No, raro no era. Porque jamás ha habido experiencias, tan desmentidas como las estratégicas por la guerra de trincheras, las económicas por la inflación, las corporales por el hambre, las morales por el tirano. Una generación que había ido a la escuela en tranvía tirado por caballos, se encontró indefensa en un paisaje en el que todo menos las nubes había cambiado, y en cuyo centro, en un campo de fuerzas de explosiones y corrientes destructoras estaba el mínimo, quebradizo cuerpo humano.

Ante esto Benjamin ve la necesidad de repensar el vocabulario que permita describir las transformaciones que se estaban dando, y que no solo modificaban el quehacer de lo estético, sino también la forma de la sensibilidad pues implicaban una nueva forma de hacer, que aún no construía su forma de decir.

Sin embargo, el trabajo de Benjamin no solo consiste en poder describir las transformaciones, sino también en advertir sobre ciertos riesgos que implicaban toda esta serie de transformaciones, pues la concepción previa al trabajo benjaminiano concebía la cultura, de una manera distinta, como algo puro y desinteresado.

La cuestión del proyecto es aprovechar la labor de benjamín y ver si este proceder y algunos de los términos utilizado por benjamín sirven para diagnosticar y analizar la cultura de nuestra época. Lo primero será describir lo que aquí se ha llamado el vocabulario romaticista, posteriormente mostrar como Benjamin elabora la crítica a ese vocabulario y a partir de eso describe las transformaciones a la experiencia y a la cultura. Para posteriormente caracterizar las formas de cultura de nuestra época y ver como el lenguaje benjaminiano opera en su crítica, posteriormente analizar formas de actualizar-refuncionalizar.

La teoría kantiana del juicio reflexionante, en su vertiente de juicio de gusto, conformó y determinó el campo conceptual y práctico de la Estética moderna. Para Kant el juicio de gusto se da cuando en la en la relación sujeto-objeto, la experiencia no es mediada por un concepto, entonces se da un juicio reflexionante, se puede dar de dos maneras; teleológico y de gusto. El teleológico se da cuando ante esa experiencia el sujeto ordena el fenómeno de acuerdo al principio ordenador de la naturaleza, el cual muestra al sujeto como la naturaleza por muy incomprensible que sea funciona de manera ordenada, entonces el sujeto presupone ese orden en el fenómeno captado y juzga dicho fenómeno como si poseyera un orden de acorde a la naturaleza. En el juicio de gusto se describe como en la relación sujeto-objeto cuando se da sin mediación de concepto, esa relación permite juzgar lo bello, eso que sin poseer concepto gusta, es mediante la sensibilidad que el sujeto experimenta el placer o displacer y procede al respecto, ya sea mediante un juicio de gusto o mediante la recreación de un objeto que reproduzca lo que la naturaleza provoco en el sujeto, se dice entonces que crea un objeto artístico, pues ese objeto es la representación de aquello que posibilito el sentimiento de placer o displacer, experiencia que el creador de la obra de arte busca reproducir pero esta vez mediada por la obra que este hace. En este punto cabe una distinción, el objeto de la naturaleza al relacionarse con el objeto daba lugar a una experiencia de lo bello libre, libre porque sin concepto se juzgaba bellos y en ese no valerse de concepto para ser emitido también se dice que es puro. En cambio existe otro tipo de belleza que si va ligada a lo conceptual, cuando se juzga un objeto que no es de la naturaleza, y este objeto ya posee ciertas condicionantes, por ejemplo un edificio que al poseer lineamientos conceptuales, la belleza que el artista pueda dar a una creación como tal se llamara adherente, en esta belleza al ceñirse a los lineamientos del objeto que se ha de crear, se busca la perfección al realizar el objeto cuyo concepto implica su finalidad como perfección.

Hay dos clases de belleza: belleza libre (pulchritudo vaga) y belleza sólo adherente (pulchritudo adhaerens). La primera no presupone concepto alguno de lo que el objeto deba ser; la segunda presupone un concepto y la perfección del objeto según éste. Los modos de la primera llámanse bellezas (en sí consistentes) de tal o cual cosa; la segunda es añadida, como adherente a un concepto (belleza condicionada), a objetos que están bajo el concepto de un fin particular.

Es desde esta distinción que se puede entender cómo se formó el vocabulario de las bellas artes, pues si bien se distingue la belleza libre como aquella propia de la naturaleza y la adherente aquella que se relaciona con la creación de obras artísticas, también permite que se mezclen los juicios y se juzgue la labor del artista como pura y desinteresada, desde ese momento el universo de análisis de la cultura asumió lenguaje de origen kantiano. Términos como genio, o la predominancia del gusto fundaron el discurso, el campo y las prácticas modernas de las bellas artes. Si bien el movimiento es iniciado con Kant, este tiene su pleno desarrollo en el romanticismo con el “arte por el arte”, fundando toda una mitificación del quehacer del arte y del artista.

Es en este escenario que Walter Benjamin sugiere la necesidad de crear un nuevo vocabulario, que dé cuenta de la carencia que subyace al vocabulario de las bellas artes. Pues nota que el vocabulario de las bellas artes es incapaz de dar cuenta de los cambios que se habían presentado en su época. En particular dos sucesos, uno histórico-político y otro propiamente estético en el sentido de sensibilidad. El primero, tiene por precedente directo la teoría política-histórica de Marx, que pone al descubierto los mecanismos de la ideología y el control del proletariado, y que como tiene como mayor ejemplo a Hitler. Ante esta situación Benjamin sugiere “politización del arte”. El otro suceso es un cambio en la percepción. Para Benjamin la modernidad trae una serie de cambios en lo tecnológico y esta incide en los modos de percepción, su mayor ejemplo es lo que denomina reproductibilidad técnica, el ejemplo de Benjamin es la fotografía “Con esta, la mano fue descargada de las principales obligaciones artísticas dentro del proceso de reproducción de imágenes, obligaciones que recayeron entonces exclusivamente en el ojo” , este tipo de experiencia implica un modificación en la forma de hacer y de percibir, a tal grado que se han automatizado gran parte de las reacciones tanto procedimentales, el cambio de la mano al ojo, como anímicas , esto es en la forma de la producción, distribución, consumo, recepción. esto trae como resultado una especie de anesteciamiento de la percepción, una percepción desatendida, la cual permite al sujeto existir sin tener que entender a cabalidad toda las percepciones, para Benjamin ese es uno de los grande cambios en la forma de percibir lo cultural, pues no es lo mismo la experiencia de la pintura, la cual se puede, por lo menos a nivel visual, percibir a cabalidad, y ya con la ayuda del discurso de las bellas artes es posible entender lo codificado de la obra, pero no es lo mismo con el cine que nos presenta la edición final, pero somos incapaces de percibir la totalidad del sistema de aparatos que permiten la proyección. Aunque esto podría ser una defensa para el aparato perceptivo del ser humano ante experiencias extremas, que llevaran la sensibilidad al shock , para Benjamin también trae como consecuencia lo que él denomina pobreza de experiencia.

Un ejemplo de primer suceso lo encontramos claramente en la obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, en dicho texto Benjamin realiza un diagnóstico de la cultura de su época, eso es posible porque introduce en el análisis de la cultura el lenguaje del materialismo, este movimiento le permite mostrar como el arte y su función han cambiado, si alguna vez el arte tuvo una función ritual esta cambia y por algo que Benjamin

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