Ensayo sobre una Escuela Filosófica Cristiana: “Agustín de Hipona”

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Facultad de Teología CCM Virtual

Asignatura:

Filosofía y Cristianismo

Facilitador:

Lic. Abraham Becerra Hernández

Alumno:

Jesús Rodrigo Ornelas Luna

Grupo:

Classroom 503

Número y tema de la evidencia:

Producto Integrador

Ensayo sobre una Escuela Filosófica Cristiana: “Agustín de Hipona”

                                                                                       Nacozari de García, Septiembre del 2020

San Agustín de Hipona

Introducción:

En este Ensayo hablare de la importancia de la escuela filosófica y el gran legado que dejo Agustín de Hipona, quisiera comenzar diciendo que la materia filosofía y cristianismo me ha dejado un buen sabor de boca y uno de los personajes de los cuales yo me interese más por estudiar es precisamente a Agustín de Hipona, entendiendo por supuesto que en el mundo de la filosofía hay muchos maestros a los cuales aprender como por ejemplo: Homero, Aristóteles, Isidoro de Sevilla, Tomas de Aquino etc. Pero:

 ¿Quién fue Agustín de Hipona?

Su nombre completo fue Aurelius Augustinus Hipponensis, nació en Tagaste el  13 de noviembre del 354 y murió el 28 de agosto del 430. Sus padres le pagaron los mejores colegios de su época con  las disciplinas en: gramática, retórica y filosofía.

Tenía gran imaginación y  extraordinaria inteligencia. Desde muy joven destacó en el estudio de las letras y su amor fue la literatura, especialmente la griega clásica.

La lectura del libro Hortensius de Cicerón a los diecinueve años despertó el espíritu de especulación y eso lo llevó a estudiar en lo que se convertiría un maestro, filosofía.

Había en él un deseo  insaciable de encontrar respuestas al problema de la verdad, ya que estuvo en algunas escuelas filosóficas  pero ninguna le daba respuesta a sus inquietudes. Se refugia y aprende del  maniqueísmo pensando tal vez que en esta escuela encontraría un modelo según el cual podría orientar su vida.

Desgraciadamente pasó lo que en muchas otras escuelas, llego la decepción y se resignó a convertirse en un escéptico más.

Para este punto pienso que Dios mete sus manos en la Vida de Agustín y a lo que él llama una revelación se da cuenta del grande poder de Dios y al momento le es despejada toda duda en sus vacíos filosóficos existenciales.

Después de todo esto  se consagra al estudio concreto del cristianismo y se convence de ser bautizado por el obispo Ambrosio.

Desarrollo

Agustín afectado por desespero que el mismo confiesa en sus escritos y como lo mencionamos anteriormente a los diecinueve años se pasó al racionalismo y rechazó la fe en nombre de la razón. Sin embargo, fue interesante comprender en las lecturas de este gran hombre como va descubriendo que razón y fe no están necesariamente en oposición, sino que ambas funcionan como un complemento. Ya que según él, la fe es un modo de pensar, y si no existiese el pensamiento, no existiría la fe. Por eso la inteligencia es la recompensa de la fe. La fe y la razón son dos campos que necesitan ser equilibrados y complementados. El determina que la sabiduría de los antiguos no sería para él más que ignorancia

Con las frases Crede ut intelligas “cree para comprender” reta a los racionalistas y Intellige ut credas “comprende para creer” a los  fideístas. Agustín quiere comprender el contenido de la fe, demostrar la credibilidad de la fe y profundizar en sus enseñanzas. Aunque no fue en lo único en lo que trabajo ya que también  respondió a las corrientes de pensamiento que  reinaban en esa época, por su trabajo con el escrito “La ciudad de Dios”  fue a razón de las fuertes críticas que los paganos hacían contra el cristianismo: Roma había caído bajo el poder de los visigodos, culpando al cristianismo por este acto, sobre todo por los romanos cultos y ricos que huyeron al norte de África debido a la caída de Roma.

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