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Epistemologia

mayerli172821 de Marzo de 2013

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LA IMPORTANCIA DE LA TEORÍA CRÍTICA EN LAS CIENCIAS SOCIALES

SILVANA IVÓN LASO

1996370025

EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIAS SOCIALES

5 AÑO “ORIENTACIÓN GRÁFICA”

AÑO 2000

UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES

ESCUELA DE CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN

ÍNDICE

1 – Introducción: planteo del problema epistemológico: la importancia de la teoría crítica

2 – La escuela Frankfurt: su historia y sus teorías

3 – Habermas dentro de la Escuela Frankfurt

4 – La teoría crítica de Habermas

5 - Discusión del carácter crítico de las ciencias como problema epistemológico

6 – Conclusión

LA IMPORTANCIA DE LA TEORÍA CRÍTICA EN LAS CIENCIAS SOCIALES

Silvana Laso

1 – Introducción: planteo del problema epistemológico: la importancia de la teoría crítica

En mi opinión, uno de los aspectos más importantes con los que la Escuela de Frankfurt contribuyó al pensamiento filosófico y a las ciencias sociales del siglo XX fue el énfasis colocado en el carácter crítico de la teoría. Recuperando la perspectiva de la teoría marxiana que se proponía contribuir a la construcción de una sociedad más justa, en 1930 la escuela de Frankfurt quiso también abrir los ojos a los hombres mediante la crítica, para con la praxis hacerlos transformar sus vidas, aniquilando las relaciones sociales y económicas inhumanas en un mundo que, con el moderno capitalismo altamente industrializado, y con el ascenso de los movimientos autoritarios y fascistas, parecía estar muy por debajo de lo que prometían los ideales filosóficos.

Es, entonces, el rechazo a la actitud cientista ingenua del positivismo como comprometida con el orden existente, uno de los aportes epistemológicos más valiosos que realizará la escuela de Frankfurt. Así como Marx había criticado la economía política de Ricardo que pretendía en sus análisis negar la distinción entre seres humanos, bestias y cosas, y no emitir juicios de valor sobre los resultados sociales de la economía, así la escuela de Frankfurt rechaza los análisis asépticos que el positivismo pretende introducir en las ciencias sociales. Horkheimer expresaba el carácter ideológico que se escondía detrás de esta supuesta neutralidad con estas palabras: “el propósito de la ciencia de no hacer ninguna distinción esencial entre la conjuración de poderes brutales contra toda aspiración humana a la felicidad y a la libertad, y, por otro lado, la lucha en contra de esos poderes – toda esa Filosofía que reduce ambas partes al concepto abstracto de lo dado – les es muy bien bienvenida a los poderes más antihumanos” .

Es mi intención en el presente trabajo analizar este problema epistemológico planteado por la teoría critica respecto a cuál debe ser la actitud de la ciencia ante la realidad, y en especial, ante la realidad social. ¿Debe la ciencia esforzarse por alcanzar una neutralidad valorativa como la planteada por la denominada por Von Wright “Escuela Galileana”? o ¿Debe la ciencia producir una crítica y una praxis liberadoras que encaminen al hombre y a la sociedad al alcance de relaciones sociales y económicas más humanas?

En primer lugar, presentaré en este trabajo las líneas generales que caracterizaron la producción teórica de la primera generación de la escuela de Frankfurt, para poder, a partir de ella fundamentar una exposición más completa de la teoría crítica de Habermas. En segundo lugar realizaré a partir de estos aportes una discusión general y de carácter personal sobre la importancia de que las ciencias asuman un carácter crítico, considerando que esta cuestión es uno de los problemas epistemológicos más acuciantes en un mundo que se encuentra en riesgo de autodestruirse por el resultado de “desarrollos” tecnológicos que de medios han pasado a transformarse en fines en sí mismos. Intentaré asimismo aplicar, en forma general, esta discusión al ámbito de las ciencias de la comunicación.

2 – La escuela Frankfurt: su historia y sus teorías

La Escuela de Frankfurt fue una muy importante concentración de destacados intelectuales alemanes que compartieron una aproximación teórica de carácter crítico y un pensamiento social progresista, entre ellos se destacaron: Theodor Adorno, Max Horkheimer, Herbert Marcuse, Erich Fromm, Walter Benjamín.

Todos ellos se integrarían en el Instituto de Investigación social fundado en Frankfurt en 1924 mediante una generosa donación de Félix Weil. Weil era un investigador aficionado pero además un millonario, que fundó el instituto para que se dedicara al estudio científico del marxismo tratando con ello de buscar un equilibrio entre su posición de clase y su simpatía por la izquierda. El nuevo instituto mantuvo una asociación libre con la Universidad de Frankfurt y abrió para los académicos alemanes de izquierda una puerta para el estudio del marxismo político y económico a nivel universitario.

El instituto solo empezó a transformarse en escuela cuando Horkheimer fue nombrado director en 1930. Horkheimer era un filósofo por formación, centrado en la tradición alemana y hegeliana, y se había acercado solo dubitativamente hacia el marxismo. Diversas características comunes integraban a los heterogéneos miembros del instituto:

• Interés teórico práctico por el marxismo.

• Oposición al concepto de razón ilustrada y a la idea de progreso que surge en el siglo XVIII.

• Rechazo del neopositivismo.

• Concepción de la filosofía como teoría crítica de la sociedad.

• Rechazo de la pura especulación filosófica, dedicándose al conocimiento de lo que ellos llaman el mundo de la vida.

La nueva orientación marcada por Horkheimer no tuvo mucho tiempo para desarrollarse, pues en 1933 con el ascenso del nazismo al poder la Escuela de Frankfurt fue absolutamente prohibida y perseguida tanto por su filiación marxista como por el carácter judío de muchos de sus miembros. Se inició así una importante etapa de exilio que, tras pasar por algunos países europeos llevaría a los miembros de la escuela a Nueva York, en donde encontrarían una base más permanente para su trabajo en conexión con la Columnia University. Los frankfurtianos permanecerían allí desde julio de 1934 hasta principios de 1943, y conservarían una importante independencia dado a que sus necesidades económicas todavía eran cubiertas con su donación original.

El exilio fue muy importante porque expuso a los pensadores alemanes a la nueva realidad de una sociedad de consumo y de industrialización muy avanzada, como lo era los Estados Unidos en los años ’30. A pesar de la depresión los EE UU eran el país capitalista más avanzado. Todo ello profundizó la perspectiva crítica sobre la racionalidad y el progreso técnico. Al mismo tiempo la escuela giró hacia una perspectiva cada vez más filosófica que hizo de Horkheimer, Adorno y Marcuse las figuras centrales.

Este giro hacia la filosofía fue acompañado de una diversificación en las bases teóricas de sus trabajos, en los que el marxismo fue complementado con los aportes de figuras como Nietzsche y Freud . El acercamiento hacia estos pensadores era impulsado por una revalorización de los factores individuales como determinantes de la acción humana. Al mismo tiempo el acercamiento a estos pensadores estuvo ligado a un mayor pesimismo en el pensamiento de la escuela sobre el desarrollo de la sociedad. Adorno y Marcuse veían que aún los pensamientos progresistas que apuntaban a la liberación, contenían en su interior la semilla de su propia anulación. Así, la ilustración que había apuntado a liberar al hombre y establecer la soberanía de la razón había culminado en el dominio despiadado del hombre sobre la naturaleza y del hombre sobre el hombre.

Tras la guerra mundial Horkheimer y Adorno volvieron a Frankfurt, mientras que el resto decidió permanecer en América. Los trabajos de los primeros acentuaron su tono pesimista y melancólico. Para la década del ’60 un nuevo movimiento estudiantil rechazaba el carácter exclusivamente teórico de la producción de la escuela, y resaltaba la evidente contradicción de una teoría crítica que carecía de aplicación práctica. Sería en ese contexto cuando Habermas (ingresado a la Escuela de Frankfurt en 1956) empezaría a destacarse como figura central.

3 – Habermas dentro de la Escuela Frankfurt

La Crítica de las Teorías críticas anteriores.

Como vimos, la escuela de Frankfurt se consideraba heredera y continuadora del trabajo de anteriores teóricos de vocación crítica. En ese sentido, se consideraba como continuación de la fructífera tradición de pensamiento filosófico histórico y socioevolutivo de los siglos XVIII y XIX.

El primer referente de los filósofos francofurtenses era Hegel, de quien destacaban el potencial crítico de su fenomenología al vincular en sus reflexiones la relación entre las ideas y la realidad: para Hegel, si una situación sociohistórica no se correspondía con las ideas y potenciales vigentes, en la misma surgía una contradicción que llevaba a liberar la fuerza transformadora que esa situación tenía

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