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Etapas de la filosofia


Enviado por   •  27 de Junio de 2022  •  Síntesis  •  1.252 Palabras (6 Páginas)  •  81 Visitas

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Periodo antiguo

Los filósofos que vinieron con posterioridad a los presocráticos son los primeros a los que realmente se llamó “filósofos”, ya que se diferenciaron de los que investigaban el cosmo en general. Se dice que el primer filósofo fue Sócrates. Se preocupó básicamente por cuestionamientos éticos y las preguntas que lo caracterizaron fueron por ejemplo “¿qué es la virtud?”. Para Sócrates lo más importante era el conocimiento de uno mismo y la introspección, el método que aplico se llamó “mayéutica” porque se dice que ayudaba a la gente a sacar a luz o hacer nacer las ideas en ella. El método contaba con 2 partes, la primera servía para revisar las opiniones de la persona con la que conversaba y la segunda, la persona pensaba nuevamente el concepto que investigaba y construía una respuesta más adecuada que la anterior. La mayéutica hacía referencia, además, a la profesión de su madre que era partera.

En la misma época, vivieron los llamados “sofistas”, eran un grupo de hombres dedicados también al saber, pero fueron criticados por otros filósofos. No eran de Grecia, venían de otras ciudades y tenían como profesión la enseñanza paga: eran maestros que vendían sus lecciones por dinero, su mala fama también venia porque vendían su saber y lo adecuaban a lo que el cliente quisiera comprar. Es por eso que se los considera “relativistas”.

Por otro lado, Sócrates tuvo alumnos y seguidores que lo admiraron profundamente, uno de ellos era Platón. Este hizo aportes fundamentales a la historia de la filosofía.

Periodo Medieval

La época medieval se conoce injustamente como la época del “oscurantismo”, como un periodo oscuro e improductivo en la historia de las ideas. Tras la prohibición de enseñar filosofía impuesta a los paganos en el 529 por el emperador Justiniano, el cristianismo pasó a ser la enseñanza más difundida. La cuestión sobre el carácter filosófico de la enseñanza cristiana es más compleja de lo que puede parecer a grandes rasgos.

En el siglo II d.C., los escritores cristianos, llamados apologistas, intentaban presentar el cristianismo de una manera comprensible al mundo grecorromano, utilizaron la noción griega de Logos (palabra, discurso, razón) identificándola con Dios como al comienzo del evangelio de Juan. Así, buscaban definir el cristianismo como la filosofía, puesto que los griegos solo dispusieron de porciones de logos, mientras que los cristianos poseen la llave de logos verdadero y de la Razón perfecta, encarnada en Jesucristo. A partir de aquí, durante todo este periodo la filosofía se centró en cuestionamientos de orden teológico, es decir, relativos a Dios, a su existencia, a su influencia en la vida de los hombres.

En el de la teoría del conocimiento, una de las preguntas fundamentales de la filosofía medieval fue: ¿Cuál debe ser mi guía: la fe en Dios o la razón?

Durante el extenso periodo medieval, algunos autores retomaron el pensamiento de Platón y leyeron sus obras a la luz del modo de vida del cristianismo. Otros consideraron que el sistema filosófico de Aristóteles era el que mejor se adecuaba a la visión que del hombre y la naturaleza tenía el catolicismo.

Periodo moderno

La modernidad está marcada por un firme e incesante proceso de secularización en todas las áreas de la vida humana, es una separación en cada una de las esferas de la vida (política – cognoscitiva – ética). La crisis del mundo feudal, culmino en un nuevo modo de pensar todas las relaciones del ser humano con el cosmos, con la naturaleza y con sus congéneres. Simplificando en gran medida este fascinante proceso de cambios, podríamos decir que durante esta época el ser humano, tras separar las orbitas de Iglesia-Estado y de religión-ciencia, procura colocarse a sí mismo en el centro de las reflexiones, en una posición de autonomía, el hombre pasa a ser autor de su propia vida, en tanto ser racional dotado además de libertad y voluntad. Para utilizar la expresión de Immanuel Kant en su célebre artículo “¿Qué es la ilustración?”, el hombre se concibe ahora como “mayor de edad”, dejando de lado la necesidad de cuidado y protección del Padre – Dios, en la medida en que ya puede valerse de su razón. Esta mayoría de edad consiste, en el tener el valor de servirse de la propia razón.

Desde esta nueva perspectiva, los filósofos modernos intentaron explicar el surgimiento de la sociedad política y se retomaron las preguntas que el mundo clásico había llegado a formular.

La idea de que existe un “contrato social” que funda toda sociedad humana, y con el cual todos acordamos fue formulada y discutida por no pocos pensadores en esta época. Argumentaban que ese contrato permitía cierta tranquilidad y estabilidad social. Esta idea de un contrato fundante volvió necesaria la existencia de un gobernante capaz de vigilar que todos respetemos el contrato y que este socialmente autorizado a castigar a quienes no sigan las ordenes. Los filósofos modernos se cuestionaron también el origen de problemas sociales, el significado de la educación, de las leyes, de las normas éticas, de la belleza, de la religión.

El potencial casi inconmensurable que veían los modernos en la capacidad racional humana llevo a pensadores, planearse objetivos de producción intelectual gigantescos, en elaborar una enciclopedia, que contuviera todo el conocimiento humano. La obra se concretó entre 1751 y 1772, con aportes de muchos intelectuales de la época. Su objetivo no solo era conservar el conocimiento adquirido por la humanidad, sino también transmitirlo y ampliarlo todo lo posible.

Se dice que en la modernidad se produjo una revolución copernicana, que así como Nicolás Copérnico demostró que en el centro del universo no estaba la Tierra sino el Sol puso al hombre en el centro del pensamiento: “los enciclopedistas son los militantes de la razón”

Periodo contemporáneo

De esta época es más difícil trazar una historia, sin embargo es evidente que los problemas filosóficos que se sitúan en el centro de la escena son desarrollos ulteriores de la herencia moderna.

Así, la secularización como una emancipación de los seres humanos de toda tutela religiosa, avanzo hacia la emancipación de toda autoridad política, intelectual, institucional e ideológica, con una consecuente sensación de desorientación moral, puesto que los valores en los que se sostenían la ética y la moral, antes firmemente establecidos, aparecen ahora negados o relativizados. Por otra parte, el desarrollo científico y tecnológico avanzo también hasta colocar al hombre en un lugar privilegiado dentro de la historia de la humanidad.

El relativismo extremo y el individualismo, son fenómenos que caracterizan lo que ciertos filósofos en los años 70 llamaron “posmodernidad”. La misma palabra señala la contraposición con la modernidad. Si esta era un proceso secularización, la posmodernidad se presenta como un proceso de fragmentación del sentido en varias direcciones:

La caída de los ideales del conocimiento de la modernidad, por medio del rechazo de la idea moderna de verdad. “No hay verdades universales, necesarias ni definitivas, sino más bien verdades provisorias y contingentes”.

La crítica y rechazo de los ideales éticos y del proceso social inherente a la modernidad. No solo se descree de las grandilocuentes construcciones teóricas del pensamiento moderno sino también la posibilidad de acceder por medio de ellas a un “progreso social”.

Los cuestionamientos a la ciencia y el cientificismo: críticas tanto al desarrollo absolutamente ilimitado de la ciencia cuanto a la desmesurada adoración a esta. La posmodernidad inaugura un tiempo en el cual se cierra el supuesto incuestionado de la esencial bondad del conocimiento científico. El desarrollo de dicha investigación, no debería ser considerado un fin en sí mismo, sino un bien cuyo valor principal ha de ser medido sobre la base de criterios de impacto social.

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