FILOSOFIA
loreley1567 de Septiembre de 2012
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as disputas entre los filósofos se acabarían estableciendo incuestionablemente cuales podrían ser el objetivo y el método de una investigación filosófica.
La tesis metafísica nos da el conocimientote una realidad que va más allá del mundo de la ciencia y el sentido común. La manera de atacar a un metafísico que dijera tener el conocimiento de una realidad que trascendiese el mundo fenoménico sería investigar a partir de que premisas se dedujeron sus proposiciones. Para un metafísico, las afirmaciones están basadas, fundamentalmente, sobre la evidencia de los sentidos. Él está dotado de una facultad de intuición intelectual intelectual que le permite conocer hechos que no podrían ser conocidos por medio de la experiencia sensorial.
La metafísica trascendente es una crítica de la naturaleza de las declaraciones reales que lo abarcan. Ayer mantiene que ninguna declaración referida a una realidad que trascienda los límites de toda posible experiencia sensorial puede tener ninguna significación literal.
Kant también condenó la metafísica trascendente, dijo que el conocimiento humano se perdía en contradicciones y que para trazar un límite al pensamiento tendríamos que pensar en los dos lados de ese limite.
La acusación contra el metafísico no estriba en que este pretenda utilizar el conocimiento en un campo en el que no pueda aventurarse provechosamente, sino en que produce frases que no logran ajustarse a las condiciones que una frase ha de satisfacer, necesariamente, para ser literariamente significante.
El criterio que utilizamos para probar la autenticidad de aparentes declaraciones de hecho es el criterio de verificabilidad. Una frase es factualmente significante para toda persona dada, siempre y cuando esta persona conozca como verificar la proposición que la frase pretende expresar, es decir, si conoce que observaciones le inducirán, bajo ciertas condiciones, a aceptar la proposición como verdadera o a rechazarla como falsa.
Hay una distinción entre verificabilidad práctica y verificabilidad en principio. Ayer conoce proposiciones que han tomado el trabajo de verificar y también otro gran número que no podemos verificar porque carecemos de los medios prácticos para ponernos en situación y por tanto la proposición es verificable en principio pero no en la práctica, y es por lo tanto, significante.
Se dice que una proposición es verificable en el sentido fuerte del término siempre y cuando, su verdad pueda ser concluyente establecido mediante la experiencia y verificable en el sentido débil, si es posible para la experiencia hacerla probable.
Se reconoce que las proposiciones de leyes generales están destinadas a abarcar un número infinito de casos, entonces debe admitirse que no pueden, ni siquiera en principio, ser verificados concluyentemente. Estamos obligados a tratar estas proposiciones de leyes generales del mismo modo en que tratamos las declaraciones del metafísico.
Una hipótesis no puede ser concluyentemente refutada más que si puede ser concluyentemente verificada. Porque, cuando consideramos la presencia de ciertas observaciones como prueba de que una determinada hipótesis es falsa, presuponemos la existencia de ciertas condiciones.
¿Serían determinadas observaciones adecuadas para decidir de su verdad o de su falsedad? Si se da una respuesta negativa se dice que la declaración es absurda.
Una proposición que registra una observación real o posible esa una proposición experiencial.
Ayer condena la afirmación de que el mundo de la experiencia sensorial es totalmente irreal porque piensa que es absurdo; esto no quita que los sentidos muchas veces engañen y se quiera sentir algo que una vez experimentado no es así. Además ninguna observación demuestra que sea irreal.
La cuestión metafísica relativa a la sustancia es rechazada por nuestro criterio ya que no se puede demostrar ni que unas teorías sean verdaderas ni que lo sean otras.
Los realistas e idealistas presentan un aspecto metafísico. Su controversia no puede ser rechazada sin mas porque los realistas demuestren que es real aplicado en el sentido de que no es imaginario. La disputa es relativa al análisis de las posiciones existenciales. Esta disputa resulta falsa si se le da una interpretación metafísica.
La filosofía como autentica rama del conocimiento debe ser distinguida de la metafísica. La mayoría de los grandes filósofos no eran metafísicos.
El principio de verificabilidad dice que toda hipótesis factual esta remitida a una experiencia de la realidad.
Las expresiones de la metafísica no son proposiciones. Además todas las proposiciones significantes son o tautologías o empíricas, con lo que no son metafísica, y si no son significantes son absurdas.
El ejemplo de “los mártires existen”,”los mártires sufren” gramaticalmente iguales pero a la vez muy distintas. Además el “ser” no puede ser atributo de nada porque el ser mismo no se le puede atribuir a una cosa que no existe, por tanto, si existe “es” y como conclusión no es un atributo, sino estaríamos ante una tautología.
Una cosa parecida pasa con las frases “los perros son leales” y “los unicornios son fabulosos” gramaticalmente siguen siendo iguales, pero para que un perro pueda ser leal tiene que existir, sin embargo a los unicornios les decimos que son algo pero no existen con lo que empíricamente no es correcta aunque a estas frases ya las admitimos como semicorrectas.
Para toda frase o palabra que pueda ser el tema gramatical de una oración tiene que haber, en alguna parte, una entidad real correspondiente. Porque aunque empíricamente no existan como los unicornios, se les remite a un mundo especial, por tanto son semirreales.
Estos ejemplos nos dan a entender como se formulan la mayoría de las afirmaciones metafísicas. Esto demuestra que se escriben muchas oraciones gramaticalmente correctas pero que luego son un absurdo. Un buen número de los tradicionales problemas de la filosofía son metafísicos y por consiguiente artificiales.
Se puede decir que los metafísicos son poetas desplazados ya que no se puede decir ni que sus teorías sean falsas o verdaderas por tanto solo sirven para crear emociones en la persona que lo lee. Esto se basa en que ambos escriben absurdos. Pero no es tampoco así porque el fin de los metafísicos no era crear belleza, sino intentar explicar la realidad, solo que cae en errores de gramática o razonamiento.
Capítulo II
La misión del filosofo, piensan muchos que es la de construir un sistema deductivo. Pero aunque no sea así el filósofo no prescinde del método deductivo.
Los primeros principios que nos dan los filósofos no pueden ser las leyes de la naturaleza ya que intentan explicarnos un conocimiento.
Descartes pretendía derivar el conocimiento humano de premisas cuya verdad era intuitivamente cierta pero todos los hombres no son igual de crédulos y lo q él hacía era basar el conocimiento en proposiciones que sería auto-contradictorio negar.
Que un pensamiento se haya producido en un momento dado, no implica que haya habido otro conocimiento en otro momento y tampoco que se pueda construir un yo único porque haya habido suficientes pensamientos.
Los principios tienen que ser obtenidos inductivamente, no se puede hacer solo por deducción por tanto la idea de la metafísica no es acertada y además, basar un sistema deductivo en proposiciones que describen lo que es inmediatamente dado está condenado a fracasar.
No es posible deducir todo nuestro conocimiento de primeros principios. Los que dicen que la función de la filosofía es llevar a cabo la deducción están a la vez diciendo que no es una rama autentica del conocimiento. La filosofía es una verdad acerca de las ciencias y el filósofo se interesa por igual en cada una de las ciencias y al decir esto desechamos la posibilidad de que pueda ser alineada con las ciencias existentes. En un principio, todos los campos de la experiencia pueden ser explicados por las leyes científicas.
La función de la filosofía es enteramente crítica. La labor del filosofo es la de determinar la verdad o falsedad de toda proposición dada.
Las ciencias naturales pueden ser consideradas como respetables hasta que los filósofos solucionen el problema de la inducción que es encontrar un modo de probar que determinadas generalizaciones empíricas que se derivan de la experiencia del pasado van a servir para el futuro. La uniformidad de la naturaleza no hace más que establecer, de un modo engañoso, el supuesto de que la pasada experiencia es un guía digno de confianza para el futuro, mientras que el principio de la limitada variedad independiente lo presupone. Y el resto de los principios empíricos de la inducción escapan de esta cuestión. Además el hecho de que ese razonamiento haya tenido validez en el pasado no quiere decir que lo vaya a tener en el futuro aunque el ser racional implica ser guiado de un modo especial por la pasada experiencia.
Por sí mismo, el análisis de un principio sintético no nos dice nada acerca de su verdad y esto no lo suelen tener en cuenta los filósofos que se ocupan de la llamada teoría del conocimiento. Es un error pensar que estos no pueden creer en la existencia de cosas materiales a no ser que pueda darse un análisis satisfactorio. Lo que nos hace poder creer en la existencia de las cosas materiales
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