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Filosofia medieval


Enviado por   •  15 de Mayo de 2022  •  Apuntes  •  1.357 Palabras (6 Páginas)  •  43 Visitas

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CÁTEDRA DICTADA POR PROFESOR JUAN MANSILLA

Teoría de la Ciencia 29-03-2021

La Filosofía Medieval

  • Primer periodo: desde el siglo I hasta el siglo VIII a.C. Durante esta etapa se producirá el encuentro de una nueva verdad que aparece: la verdad cristiana, se interpone la teología como disciplina mas importante. Este periodo se va a denominar La Patrística, porque en esta etapa los denominados Padres de la Iglesia y otros pensadores cristianos, dirigieron su esfuerzo hacia dos objetivos principales:
  1. Defender intelectualmente al cristianismo frente a la incomprensión y persecución de los primeros siglos.
  2. Definir el dogma: Dogma como verdades irrefutables, aquí se producían discusiones amplias y eternas, a las cuales se les denominaba bizantinas. Defender el dogma frente a las herejías y otros movimientos filosóficos y religiosos. Se denominaba herejía a doctrinas que no estaba dentro de sus planteamientos.

Encontramos aquí la ortodoxia (planteamientos que están enmarcados en una doctrina especifica).

La tarea de los representantes de La Patrística les hizo entrar en una estrecha relación con la cultura helenística (cultura griega). En los primeros siglos, la tarea fundamental de los autores cristianos fue la de hacer entender el mensaje de Cristo y diferenciarlo de otras propuestas, todo el conocimiento científico, intelectual, procedimental, se comenzó a centrar en la teología (disciplina que estudia a Dios), y para ello se adoptaron conceptos de la filosofía griega y se afrontó el problema principal, que es la relación entre Fe y Razón. Esta labor se llevo a cabo tanto en Oriente como en Occidente, en griego y en latín.

Los Padres apologetas o apologistas, fueron los que defendieron la Patrística y estas personas, dedicaron sus esfuerzos a defender el cristianismo de las acusaciones y persecuciones del que empezó a ser victima en el siglo II. En sus escritos llamados Apologías, se ve la necesidad de argumentar desde la razón y no desde la fe, para contrarrestar a sus oponentes. Esta situación, hace que se plantee como problema importante que es la relación entre Fe y Razón y así, autores que no se proponen a hacer filosofía, en su afán de mostrar a los perseguidores del cristianismo lo valioso de esta religión, en sus propuestas comienzan a poner las bases del pensamiento filosófico cristiano.

San Agustín de Hipona

Considerado uno de los principales intelectuales que tuvo la Edad Media. San Agustín realizó la sistematización de lo que conocemos como filosofía cristiana, siendo a partir de entonces, la máxima autoridad Medieval en el campo del pensamiento. Su afán por encontrar la verdad lo llevo a buscarla entre una serie de pensamientos muy diversos y él se acerco mucho a Platón. San Agustín se esforzó en seguir a los platónicos lo más lejos que permitía la fe católica, el fruto de ese esfuerzo lo heredo toda la Edad Media y buena parte de la filosofía. Dos fueron los objetivos fundamentales de su ser filosófico:

  1. El conocimiento del alma del ser humano.
  2. El conocimiento de Dios, su esencia y su existencia.

Su tesis central es la relación entre Fe y Razón, el que conlleva a un conflicto en la ciencia. San Agustín comienza de un hecho: que Dios es la verdad. Esta es la verdad que debería alcanzar quien busca la felicidad y este es el Dios que habría de amar para cumplir con su religión. La prueba central y favorita de la existencia de Dios presentada por San Agustín parte del pensamiento, se apoya en la intimidad misma de la conciencia. Toda verdad, por el hecho de ser verdad, es necesaria, inmutable y eterna, si algo cambia es que no fue verdad.

¿Cómo explicar la presencia de nuestra alma de verdades universales necesarias y eternas? Porque ninguno de los objetos sensibles es necesario, inmutable y eterno, por el contrario, todos son contingentes, cambiantes, pasajeros, en consecuencia, no pueden ser los objetos sensibles ni el conocimiento de ellos el origen y fundamento de las verdades universales. Si las verdades conocidas no tienen su origen en experiencias sensibles (lo que veo, lo que escucho, etc.) ¿será la propia mente la fuente de nuestros fundamentos de todos los conocimientos verdaderos? La respuesta a esta interrogante es no, también nosotros somos contingentes, cambiantes y pasajeros, no podemos corregir ni construir la verdad, nuestra mente reconoce la verdad, la acepta y ante ella se inclina. La verdad del pensamiento ni la inventamos ni depende de nosotros, por el contrario, la reconocemos porque se nos impone en forma necesaria. Así, dice San Agustín, toda verdad es universal, necesaria, eterna y nosotros somos contingentes, particulares y temporales, sometidos a cambios. Si nuestra mente no puede ser la fuente de nuestros conocimientos verdaderos, si esto se nos impone de forma necesaria y no podemos sino reconocerlo para San Agustín la conclusión es evidente, la verdad es superior a la mente, al alma que aparece y la trasciende. La mente, la razón, capta con mayor claridad la verdad mientras que toda verdad permanece siempre la misma, por tanto, verdad está en la razón, pero por encima de ésta.

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