Filósofos presocráticos

Filósofos presocráticos

El arjé o arché es un concepto filosófico originado en la antigua Grecia. Su significado está vinculado con el inicio del universo o el génesis de todas las cosas. Fue considerado una de las principales características de la filosofía presocrática ya que representa el comienzo del universo o el primer elemento de todas las cosas, sustancia o materia. Los filósofos tratan de explicar por medio del arjé una respuesta a la pregunta acerca del origen y constitución del cosmos. Algunas de sus aportaciones fueron dadas por filósofos como Tales de Mileto, a quien se le considera el primer filosofo presocrático, para él el origen (arjé) esta en el agua, es decir, para él todo era agua y estaba lleno de dioses. Otros filósofos presocráticos y sus aportaciones fueron:

Anaximandro quien afirmo que la tierra es esférica y ocupa el centro del mundo, para el origen de todas las cosas es el ápeiron, es decir, se trata de un elemento no empírico y por su carácter indefinido, permite explicar la derivación de todas las cosas mejor que de un elemento como el agua. El ápeiron es inmortal e indestructible, eterno y sin envejecimiento; de él se engendran todas las cosas. Todo sale y vuelve al ápeiron según un ciclo necesario, medidos por periodos rítmicos. Concibe el orden necesario del mundo como un orden jurídico y moral: Toda existencia individual y todo devenir son una usurpación y una injusticia que se paga con la muerte.

En cambio, para Anaxímenes es el aire, para él el principio primordial es infinito, pero no lo afirma indeterminado, sino determinado y también concibe el mundo como algo vivo, "de la misma manera que nuestra alma, que es aire, nos sostiene, igualmente un soplo y el aire envuelven el mundo entero".

Heráclito de Éfeso, por su parte, ve en el fuego el arché del universo, que se enciende y se apaga con medida. No sólo las cosas individuales salen del fuego y vuelven a él, sino que es el mundo entero el que perece en el fuego, para volver a renacer. Afirma que este logos o razón está también en el hombre haciendo su propia razón. Una misma razón rige el mundo y la mente humana. Heráclito se lamenta de que los hombres, en vez de atender a la razón dentro de ellos, viven de sueños y distraídos. Elabora una teoría del hombre: el alma es una parte del cosmos y por eso permanece modificándose experimentando la tragedia del devenir y la contradicción. La misión del alma es conocer el logos universal pero también penetrar en sí misma, lo cual es lo mismo.

Para Pitágoras, por el contrario de los filósofos presocráticos anteriores, su arjé no fue algo indefinido o sustancial, sino que para él los números son los principios de todas las cosas. Un rasgo característico de ellos es el dualismo. El dualismo y la doctrina del número lo que implica una doctrina de armonía; las cosas similares no tienen ninguna necesidad de armonía, pero las que son distintas tienen necesidad de reunirse por esta armonía, esta es la unidad de las mezclas y concordancia de las discordancias.

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