Glovalización, Identidad Y Estado
danielbh7 de Agosto de 2013
2.579 Palabras (11 Páginas)373 Visitas
Esta ponencia analiza los cambios en la relación
entre identidades y estado en América Latina en el contexto
de la globalización. Se plantea en primer lugar el análisis
de la interacción entre globalización, identidades y estados
en base a la experiencia comparada a escala mundial. A
continuación, se analiza la especificidad de dichos procesos
en América Latina. Se señalan en fin cuatro problemas
fundamentales planteados a las políticas de Desarrollo
Humano en América Latina, sugiriendo algunas líneas de
acción pública encaminadas al tratamiento de dichos
problemas. La ponencia está basada en fuentes bibliográficas
y documentales que se citan en las referencias. No se trata,
sin embargo, de un análisis empírico propiamente dicho,
sino de una reflexión fundada en la observación de las
tendencias de cambio social global a fines del siglo XX.
1. Globalización
Globalización no es sinónimo de internacionalización.
En sentido estricto es el proceso resultante
de la capacidad de ciertas actividades de funcionar
como unidad en tiempo real a escala planetaria. Es
un fenómeno nuevo porque sólo en las dos últimas
décadas del siglo XX se ha constituido un sistema
tecnológico de sistemas de información, telecomunicaciones
y transporte, que ha articulado todo
el planeta en una red de flujos en las que confluyen
las funciones y unidades estratégicamente
dominantes de todos los ámbitos de la actividad
humana. Así, la economía global no es, en términos
de empleo, sino una pequeña parte de la economía
mundial. Pero es la parte decisiva. La economía
global incluye, en su núcleo fundamental, la
globalización de los mercados financieros, cuyo
comportamiento determina los movimientos de
capital, las monedas, el crédito y por tanto las
economías en todos los países. Los mercados de
divisas cambian diariamente 1,5 billones de dólares,
haciendo imposible para cualquier gobierno sostener
su divisa en contra de turbulencias masivas de los
mercados financieros. El desarrollo y creación de sofisticados productos financieros (derivados, nuevos
tipos de futuros, opciones etc.) articulan valores
bursátiles en distintos mercados, estableciendo su
interdependencia a través de transacciones
electrónicas que mueven miles de millones de dólares
en segundos. Según algunos cálculos, el valor de
mercado de la capitalización del total de productos
financieros derivados en 1998 era equivalente a 12
veces el valor estimado del producto bruto total del
planeta. No hay, hoy por hoy, control o regulación
de los flujos globales de capital, lo que convierte a
todas las economías, en dependientes del comportamiento
de los valores de sus empresas, acciones
y obligaciones, en los mercados financieros. La
globalización de la economía también incluye la
importancia creciente del comercio internacional en
el crecimiento económico, el aumento considerable
de la inversión extranjera directa, la globalización
de una parte esencial de la producción de bienes y
servicios en torno a empresas multinacionales y a
sus redes auxiliares, la interpenetración internacional
de mercados de bienes y servicios, la formación de
un mercado global de trabajadores de especial
cualificación (de los ingenieros de software a los
futbolistas) y la importancia de las migraciones
internacionales de mano de obra desplazada por las
crisis económicas hacia zonas con mayores oportunidades
de empleo y progreso. Junto a la globalización
económica en sentido estricto, asistimos también a la globalización de la ciencia, la tecnología y la
información; la globalización de la comunicación,
tanto en los medios de comunicación masiva
y multimedia, como en las nuevas formas de
comunicación a través de Internet; y, en una dimensión
más siniestra, la globalización del
crimen organizado tiende a penetrar las instituciones
de gobiernos en numerosos países, con efectos
perversos considerables sobre la soberanía y
la legitimidad políticas.
El nuevo sistema global que se constituye
a partir de redes de intercambio y flujos de comunicación
es a la vez extremadamente incluyente y
extremadamente excluyente. Incluyente de todo lo
que tiene valor según los códigos dominantes en los
flujos y excluyente de todo aquello que, según dichos
códigos, no tiene valor o deja de tenerlo. En la medida
en que la globalización se ha desarrollado,
esencialmente, como instrumento de articulación de
mercados capitalistas, la rentabilidad económica (ya
sea mediante ganancia o acrecentamiento del valor
patrimonial, según los casos) se convierte en el
criterio fundamental para la inclusión o exclusión en
las redes globales. Se constituye así un sistema
extraordinariamente flexible y dinámico, pero sometido
a fuertes oscilaciones y a una dinámica
competitiva que no admite tregua o error. Las redes
globales articulan individuos, segmentos de población,
países, regiones, ciudades, o barrios, al tiempo que excluyen otros tantos individuos, grupos sociales o
territorios. Todos los países y territorios están
atravesados por dicha lógica dual, de forma que se
crean redes transnacionales de componentes dinámicos
de la globalización, al tiempo que se segregan
y excluyen segmentos sociales y territorios al interior
de cada país, región o ciudad. Naturalmente, en
proporciones altamente variables según las zonas
del mundo en que opere la competitividad. Si en
Africa, la gran mayoría de la población está excluida
del sistema globalizado (aunque sufre las consecuencias
de lo que ocurre en dicho sistema), en Estados
Unidos la proporción oscila en torno al 20%, aunque
en el centro-sur de Los Angeles asciende al 30%. Esta
geografía diferencial de la exclusión social se complica
aún más con la geometría variable de la globalización,
cuando turbulencias informativas en los mercados
financieros propulsan sectores económicos y
territorios hacia la prosperidad (valores Internet) o
la desintegración (Indonesia, 1998) según procesos
que sólo parcialmente responden a cálculos
estrictamente económicos.
Las fuentes de productividad y competitividad
en la nueva economía global dependen fundamentalmente
de la capacidad de generación de conocimiento
y procesamiento eficaz de la información.
La cual depende, a su vez, de la capacidad cultural
y tecnológica de las personas, empresas y territorios.
En la economía informacional, la educación y la innovación se constituyen en fuerzas productivas
directas. Pero siendo condiciones necesarias para el
nuevo modelo de desarrollo, no son suficientes.
Porque en la medida en que el excedente se transfiere
al mercado financiero, el comportamiento del
mercado financiero, sometido a percepciones de
psicología colectiva y a turbulencias informativas
de todo origen, influye decisivamente en la riqueza
y la pobreza de las naciones. En este nuevo modelo
de desarrollo informacional, la sociedad y las
instituciones juegan un papel decisivo. Ello es así,
por un lado, porque la productividad y competitividad
dependen de la calidad de los recursos humanos y
de la capacidad estratégica, de instituciones y
empresas para articular dichos recursos en torno a
proyectos de inversion viables y sustentables. Por
otro lado, porque la estabilidad social y política
y el eficaz funcionamiento de las instituciones
son factores psicológicos esenciales para los
inversores globales, de cuyo comportamiento
depende, finalmente, el valor de empresas y países
en los mercados financieros.
La globalización, en su encarnación actual
de capitalismo informacional desregulado
y competitivo, supera a los estados, pero articula
a los segmentos dinámicos de las sociedades
en todo el planeta, al tiempo que desconecta
y margina a aquellos que no tienen otro valor que el de su vida.
2. Identidad(es)
La informacionalización y la globalización son
procesos centrales de la constitución de una nueva
economía y una nueva sociedad en el cambio de
milenio. Pero junto a ellos, y en interacción compleja,
otro fenómeno, de indole cultural y política, está
transformando el mundo. El reforzamiento de las
identidades culturales como principio básico de
organización social, seguridad personal y movilización
política. Identidad, en terminos sociológicos, es el
proceso por el cual los actores sociales construyen
el sentido de su acción atendiendo a un atributo
cultural (o conjunto articulado de atributos culturales)
al que se da prioridad sobre otras fuentes posibles
...