Guion De El Censo Con Un Final Inventado

Personajes:

Remedios

Dora

Herlinda

Concha

El Empadronador 1

El Empadronador 2

El Empadronador 3

Paco

Lucho (Amigo de Paco)

Pedro

Petra

Brisa (Hermana de Petra)

Don Chuy (Dueño del puesto de tortas)

Margarita (Ayudante del puesto de tortas)

Sara (cliente de las tortas)

Rosy (cliente de las tortas)

Luisa (Estudiante)

Fernanda (Estudiante)

Juan (Estudiante)

Lugar: Una viviendo en el rumbo de la Lagunilla, 1945.

ACTO PRIMERO

Escena 1

REMEDIOS: Pues… Me veo un para buchona, ¿no?

DORA: (Angustiada) No, doña Remedio. Le queda muy bien, muy elegante.

HERLINDA: Ese espejo deforma mucho. Tenemos que comprar otro.

REMEDIOS: ¿No se respinga de atrás?

CONCHA: Si

REMEDIOS: ¿Verdad?

HERLINDA: No se le respinga nada. Esta concha no sabe de modas.

REMEDIOS: Pues yo me veo un respingo…

HERLINDA va y da a la falda un feroz tiro hacia abajo.

HERLINDA: Ahora sí. Muy bonito. Realmente nos quedó muy bonito.

DORA: Es un modelo francés.

Tocan el timbre. Dora va a abrir.

REMEDIOS: Pues creo que si está bien, ¿Cuánto falta darles?

HERLINDA: Doce pesos.

REMEDIOS: Me lo voy a llevar puesto.

Vuelve DORA, aterrada.

DORA: ¡Ahí están unos hombres del gobierno!

HERLINDA: ¿Qué quieren?

DORA: No sé.

HERLINDA: Pues pregúntales.

DORA: ¿Les pregunto?

HERLINDA: Claro.

Sale DORA.

HERLINDA: ¿Cuándo se manda a hacer otro?

REMEDIOS: Pues anda pobre la patria. A ver.

HERLINDA: Doña Remedios, nos llegaron unas telas preciosas, No tiene usted idea.

REMEDIOS: ¿Si?

HERLINDA: Preciosas, Hay un brocado amarillo… (Abre el ropero).

Mire, palpe, pura seda.

REMEDIOS: Ay, que chula esta. ¿Y esa guinda?

HERLINDA: Es charmes de seda. Me la trajeron de Estados Unidos. A nadie se las he enseñado todavía.

CONCHA dice por señas que no es cierto, <<Que va, son de aquí>>

REMEDIOS la ve, sorprendidísima.

REMEDIOS: ¿De Estados Unidos?

CONCHA insiste <<no, no, de aquí>>

HERLINDA: Si. Me las trae un sobrino, de contrabando.

Entro DORA, enloquecida.

DORA: ¡Que lo manda la Secretaria de Economía, y ya averiguaron que cosemos! ¡Esconde esas telas!

HERLINDA: ¡Cómo!

DORA: Traen muchos papeles.

REMEDIOS: ¡Papeles! Ay, Dios, lo que se les viene encima ¿Ustedes no están registradas?

DORA: ¿En dónde? Ah, no, doña Remedios, figúrese.

HERLINDA: (Codazo) Claro que sí, solo que Dora no sabe nada, siempre está en la luna.

DORA: Ah, sí, si estamos.

REMEDIOS: Leí que ahora se han vuelto muy estrictos. Pobres de ustedes. Ya me voy, no me vayan a comprometer en algo. Adiós, ¿eh?, ¡Que multa se les espera! (Sale. Se lleva su otro vestido al brazo.)

HERLINDA: Qué tienes que contarle a esta mujer…

DORA: Virgen, ¿Qué hacemos?

HERLINDA: ¿Los dejaste allá afuera?

DORA: Sí, pero les cerré la puerta.

HERLINDA: Tu eres nuestra sobrina, ¿lo oyes?

CONCHA: Yo no, qué.

HERLINDA: Las groserías para después. Tú eres nuestra sobrina, y aquí no hacemos más ropa que la nuestra…

DORA: ¿Y el letrero de la calle?

HERLINDA: Y la de nuestras amistades. Y ya.

DORA: Ay, yo no creo que…

HERLINDA: ¡Esconde ese vestido! (El de la cama.)

HERLINDA duda un instante. Abre.

EL EMPADRONADOR 1: (Fuera.) ¿Se puede?

DORA: (Grita casi.) ¡Ya se metió! (Y se deja caer en una silla.)

HERLINDA duda un instante. Abre.

HERLINDA: (Enérgica.) ¿Qué se les ofrece señores?

EL EMPADRONADOR 2: (Avanza un paso.) Buenas tardes. Venimos de la…

HERLINDA: ¿Puede saberse quien los invito a pasar?

EL EMPADRONADOR 3: La señora que salía nos dijo que pasáramos y…

HERLINDA: ¡Salgan ustedes de aquí!

EL EMPADRONADOR 2: Oiga usted…

DORA: ¡Ay, Dios mío!

HERLINDA: (Gran ademán.) ¡Salgan!

EL EMPADRONADOR 1: (Cobra ánimos.) Un momento, ¿echa usted de su casa a unos empadronadores de la Secretaría de Economía? ¿Y en frente de testigos?

HERLINDA: No, tanto como echarlo, no. Pero… ¡Yo no les autorice a entrar!

EL EMPADRONADOR 1: Mire: Estoy harto. El sastre nos amenazó con las tijeras, en la tortillería nos insultaron…

EL EMPADRONADOR 2: ¿Ve usted estas hojas? Son actas de consignación. Si usted se niega a recibirnos, doy parte de ello.

HERLINDA: ¿Pero qué es lo que quieren?

EL EMPADRONADOR 3: Empadronarlas.

EL EMPADRONADOR 2: ¿Qué horas son?

EL EMPADRONADOR 3: (Busca el reloj.) ¡Es tardísimo!

EL EMPADRONADOR 1: En estos momentos se están levantando en toda la república el censo industrial, comercial y de transportes. Nosotros somos los encargados de empadronar esta zona.

EL EMPADRONADOR 3: Aquí en la boleta dice (Se apodera de una mesa, saca sus papeles) que todos los datos son confidenciales y no podrán usarse como prueba fiscal o…

HERLINDA: Entonces esto es del fisco.

EL EMPADRONADOR 2: ¡No señora! ¡Todo lo contrario! (A prisa.) La Dirección General de Estadística y el Fisco no tienen nada que ver. Un censo sirve para…

HERLINDA: Pero ustedes hablaron del Fisco.

EL EMPADRONADOR 3: Para explicarle que nada tienen que ver…

HERLINDA: (Amable, femenina.) Pues esto no es un taller, ni… Miren, la jovencita es mi sobrina… (Por lo bajo a DORA.) Dame cinco pesos. (Alto.) Es mi sobrina, y la señora es mi cuñada, y yo…

DORA: ¿Qué te de qué?

HERLINDA: (Con los dedos hace “cinco”). Somos una familia, nada más.

CONCHA niega con la cabeza. LOS EMPADRONADORES no la ven.

EL EMPADRONADOR 1: (preparando papeles y pluma) Un tallercito familiar…

HERLINDA: (Menos, por lo bajo.) ¡Cinco pesos!

DORA: Ah. (Va al ropero.)

HERLINDA: No, taller no… ¡Dora! (Se interpone entre DORA y el ropero.) si ni vale la pena que pierda el tiempo…

DORA: (Horrorizada de lo que iba a hacer.) Ay, de veras. Pero… (Azorada, ve a todos.) Concha, ¿no tienes…? ¿Para qué quieres cinco pesos?

HERLINDA: (Furiosa.) ¡Para nada!

DORA: A ver si Paco… (Sale.)

HERLINDA: Es muy tonta, pobrecita. Perdónenme un instante. (Sale tras la otra.)

CONCHA corre con EL EMPEDRONADOR 3

CONCHA: Si es un taller, cosemos mucho. Y aquí, mire, esto está lleno de telas, y las venden. Dicen que son telas gringas, pero las compran en la Lagunilla. Me pagan re mal, y no me dejan entrar al Sindicato. ¿Usted me puede inscribir en el Sindicato?

EL EMPADRONADOR 3: No, yo no puedo, y… No sé. ¿Qué sindicato?

CONCHA: Pues… no sé. Si supiera me inscribiría yo sola. ¿Hay muchos sindicatos?

EL EMPADRONADOR 3: Sí, muchos. De músicos, de barrenderos, de… choferes, de… Hay muchos.

CONCHA: Pues no. En esos no…

EL EMPADRONADOR 3: (Confidencial.) A usted le ha de tocar el de costureras.

CONCHA: ah, ¿sí? Déjeme apuntarlo. Nomás entro y me pongo en huelga. Esa flaca es mala. Ayer corrió a Petrita porque su novio la (Ademán en el vientre.) Y ya no podía coser. Le quedaba muy lejos la máquina. Y a mí, me obligo a raparme. Figúrese, dizque tenía yo piojos. Mentiras, ni uno. Pero me echo D.D.T., ¡y arde!

EL EMPADRONADOR 3: Ah, ¿y no tenía? (Retrocede, se rasca nerviosamente.)

CONCHA: Ni uno.

Entra HERLINDA.

HERLINDA: ¿Qué estás haciendo ahí?

CONCHA: Yo, nada. Le decía que aquí no es taller.

HERLINDA: Bueno, joven (le da la mano), pues ya ve que esta es una casa decente y que… (Le sonríe como cómplice, le guiña un ojo.) Que todo está bien.

EL EMPADRONADOR 3: ¿Y esto? (HERLINDA le puso en la mano un billete.) ¿Diez pesos?

HERLINDA: Por la molestia. Adiós. Los acompaño.

EL EMPADRONADOR 3: Oiga, señora…

HERLINDA: Señorita, aunque sea más largo.

EL EMPADRONADOR 3: Señorita, esto se llama soborno. ¿Qué se ha creído? Tenga. Con esto bastaba para que levantara un acta y la encerrara en la cárcel. Voy a hacer como que no pasó nada, pero usted me va a dar sus datos, ya. Y a prisa, por favor. (Ve el reloj, se sienta, saca la pluma.)

A HERLINDA le tiemblan las piernas, se sienta en una silla. Ahora sí está aterrada.

EL EMPADRONADOR 1: ¿Razón social?

HERLINDA: ¿Cómo?

EL EMPADRONADOR 1: ¿A nombre de quién está esto?

HERLINDA: No está a nombre de nadie.

EL EMPADRONADOR 1: ¿Quién es el dueño de todo esto?

HERLINDA: El jefe de esta casa es Francisco Ríos.

EL EMPADRONADOR 1: (Escribe.) ¿Cuánta materia prima consume al año?

HERLINDA: (Horrorizada.) ¡Materia prima!

EL EMPADRONADOR 1: Sí. Telas, hilo, botones. Al año, ¿cuántos carretes de hilo usarán?

HERLINDA: Dos, o tres.

EL EMPADRONADOR 1: ¡Cómo es posible!

Entra DORA, ve los diez pesos sobre la mesa. Desfallece.

DORA: ¡Jesús!

EL EMPADRONADOR 1: (Mueve la cabeza.) Habrá que calcular… ¿Hacen trabajos de maquila?

HERLINDA: No, señor. Cosemos.

EL EMPADRONADOR 1: Eso es. Pero ¿con telas ajenas? ¿O venden telas?

...