Huehuetlatolli: Testimonios de la Antigua Palabra

Huehuehtlahtolli Testimonios de la Antigua Palabra.

Retomando la historia de los antiguos mexicanos; Huehuehtlahtolli: El lenguaje de los sabios, una alternativa pedagógica para el logro de una mejor sociedad.

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En el presente ensayo, buscaré explicar la educación familiar dada en la etapa del México indígena, concentrada en los Huehuehtlahtolli la cual para la época en la que ésta se movía, es considerada como una educación bastante avanzada.

Posteriormente, una vez clarificada, la educación familiar de dicha época, proseguiré a entablar, la importancia que este tipo de educación tiene, la gran influencia que tuvo en el devenir de los años y el cómo ésta podría ser una significante para la educación familiar de hoy en día, así como el impacto que tendría el retomar esta clase de ideales y de qué forma, se puede tener una mejora en la sociedad mexicana.

Pues bien, comenzaré, dando una pequeña reseña de la educación  del México Indígena, Huehuehtlahtolli es el lenguaje empleado por los ancianos, los cuales eran los considerados como aquellos dotados de sabiduría; es decir el lenguaje de los sabios.

En este clase de lenguaje se reflejaban dos principales figuras: El tlamatini, que es el filósofo y el temachtiani que es el maestro, o bien el médico del alma, ambas figuras, son símbolos de sabiduría.

Los Huehuehtlahtolli, es una especie de tradición oral, la cual consistía principalmente en la transmisión de valores, virtudes, que pedagógicamente hablando es un proceso formativo, de humanización, de percibir al otro, como un ser existente, el cual también es atravesado por emociones, sentimientos y que por consiguiente también requiere de un respeto. Estas transmisiones es más una educación familiar, o una educación no formal, es decir, aquella educación que se da en casa, la cual es muy importante y fundamental.

En estos se plasmaba, que vivimos en un mundo en el que no existe la felicidad eterna, dan una visión realista, y también en la trasmisión de valores se busca algo primordial; ser mejores, buscar que este mundo sea mejor, es la manera de ser sabios. Bien aquí dice:

“Oye bien, hijita mía, niñita mía: no es lugar de bienestar en la tierra, no hay alegría, no hay felicidad. Se dice que la tierra es lugar de alegría penosa, de alegría que punza. Así andan diciendo los viejos: para que no siempre andemos gimiendo, para que no estemos llenos de tristeza, el Señor nuestro nos dio a los hombres la risa, el sueño, los alimentos, nuestra fuerza y nuestra robustez y finalmente el acto sexual, por el cual se hace siembra de gentes.”  

Pues bien, la tradición oral, además de buscar un mundo mejor, plantea una idea semejante al pensamiento aristotélico, es decir, la idea del justo medio. El ir por la vida en el camino recto, se busca formar, hombres buenos, es una guía para el buen vivir. El hombre, que consiga, ser bueno, humilde, respetuoso hacía con los otros, que preste atención a la vida, es sinónimo de hombre feliz,  de aquel que vive en la tranquilidad.

Pero, bien, toda esta educación que hasta cierto punto me parece llena de beldad, me causa cierta inquietud, en si pedagógicamente, puede ser posible el replantear esta educación, esta tradición oral, donde el discurso familiar se vuelva de vital importancia y también de vital práctica, y conseguir un mundo mejor, o si no un mundo, al menos una mejor sociedad mexicana, la cual este llena de valores, de virtudes, de personas con cierta clase de educación.

¿Será posible conseguir este tipo de educación nuevamente?

¿Cómo replantear este tipo de tradición oral a los tiempos que actualmente vivimos?

Este debería ser un nuevo reto para el pedagogo, en donde, en medio de una sociedad tan enajenada y concentrada siempre en obtener bienes económicos a cuesta de todo y encima de todos, lograse que se despierte, que salga de esa red embriagante, donde el hombre se la vive trabajando, donde ya no le importa el cómo se siente el otro, con el que a diario convive, vivimos en un país, donde a diario hay muertes y masacres y nadie siente nada, donde ya parece común ver como todo se pudre en violencia y corrupción.

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