Humanismo, técnica y tecnología primera

Juan Manuel Silva Camarena,   Humanismo, técnica  y tecnología primera, segunda y tercera parte.

El humanismo, en general, es un comportamiento o una actitud que exalta al género humano. Bajo esta idea, el arte, la cultura, el deporte y las actividades humanas generales, se vuelven trascendentes. Dicha trascendencia podía conseguirse a través de la exaltación y la experimentación de las propias facultades.

Técnica sirve para describir a un tipo de acciones regidas por normas o un cierto protocolo que tiene el propósito de arribar a un resultado específico, tanto a nivel científico como tecnológico, artístico o de cualquier otro campo.

En la enciclopedia Británica se refiere al humanismo diciendo que constituye una actitud de la mente que atribuye la mayor importancia al hombre y a los valores humanos, y en ese mismo párrafo como dato orientador se señala que el humanismo abarca cualquier actitud que exalta las relaciones del hombre con Dios, su libre voluntad y su superioridad sobre la naturaleza. 

Para poder entender con alguna seguridad, hay que considerar que el humanismo no es ni estudio ni exaltación de nada, no es en lo esencial un mero estudio ni un entusiasmo, lo que sí es claro es que vivimos bajo los efectos del desencanto, el cual viene de que no entendemos por haber confiado demasiado en el “entendimiento” del sentido común, ese que define al humanismo de ese modo, como estudio de las humanidades o como exaltación de la religiosidad, la libertad y el dominio de la naturaleza. Entonces se debe considerar que el humanismo consiste básicamente en una actitud del ser humano a través de la cual volvió su mirada hacia sí mismo, pero solo podría afirmarse eso bajo la suposición de que el humanismo fuera una especie de concentración del hombre en sí mismo.
El humanismo como la actitud del hombre que quiere realizarse verdaderamente como ser humano y no como un ser que come, sueña y se reproduce, no cosiste en resaltar sus relaciones con Dios, la libertad de su voluntad o su superioridad con la naturaleza, el humanismo en todo caso no es la adopción de una doctrina o un conjunto de ideas, de los clásicos o los sabios de la Antigüedad griega y romana, es más bien una griega y romana, es más bien una “forma de ser”.

En el artículo de la enciclopedia Británica sobre el humanismo incluye la inadmisible afirmación de que filosóficamente, el humanismo hace del hombre la medida de todas las cosas, y no basta para los efectos de una aclaración pertinente el decir sencillamente que en ningún caso la expresión “filosóficamente” puede sustituir correctamente al término “sofísticamente ya que la filosofía es el pensamiento autentico y por lo tanto no puede pensar sofísticamente.

La tecnología parece brindar nuevas posibilidades de éxito, pues pareciera que el hombre junto con la ayuda de la tecnología, anhela convertirse en la medida de todas las cosas, incluyendo las de su propio ser.

Por otro lado la técnica es una respuesta a la necesidad y algo más, ese plus o algo más podría revelarnos el secreto de la tecnología, por eso el ser humano es un ser que hace cosas, con las cosas y consigo mismo. 

En la segunda parte el autor nos señala cual es el significado de la palabra técnica, las definiciones de un diccionario nos ofrecen varias caracterizaciones pero solo la siguiente: “lo perteneciente o lo relativo a las aplicaciones de las ciencias y las artes”, nos promueve la tentación de preguntar en qué sentido la técnica podría ser la aplicación de las ciencias o las artes. Pues en la ciencia y las artes es inadmisible la idea de aplicación, porque la ciencia y las artes no son aplicables a nada: sólo producen saber y placer estético.

La ciencia no se puede usar la ciencia en el sentido estricto de la palabra ciencia, que es el de teoría, pues ésta sólo consiste en ver bien, para comprender. En la ciencia solo se “usa” la razón para aplicarla”, esto es, para ofrecerla, para dar razón de lo que son las cosas, y para poder dar la razón de la realidad, para decir qué es y cómo es lo que es mientras cambia, se requieren de procedimientos adecuados, los cuales desde el nacimiento de la ciencia y la filosofía en Grecia se denominaron métodos y no técnicas, ya que estos constituyen un conjunto de reglas más o menos ya establecido para conseguir el saber de no hemos obtenido.

Ferrater Mora en su definición filosófica de la técnica dice que la técnica es toda serie de reglas por medio de las cuales se consigue algo, y también afirma que la meditación sobre la técnica pertenece propiamente a la Edad Moderna, especialmente a partir de la enciclopedia francesa, el autor nos afirma que unos filósofos han distinguido y clasificado diversas formas de la técnica, mientras otros como Ortega han llevado a cabo la distinción de las etapas de su evolución, donde la distingue por tres estadios necesarios: la técnica del azar (la del hombre primitivo), la del artesano (de la Antigüedad y la Edad Media), y la técnica del técnico (de la Edad Contemporánea). El arte o Técnica que no es naturaleza si no acción humana es un medio por la cual ella puede hacer que las cosas son del mejor modo posible y que ellas localizan alguna medida lejos de la perfección, platón afirma que sin el arte o técnica de los razonamientos, uno puede confiar en el argumento como verdadero y después opinar que es falso.

La razón como principio de la técnica es culpable; se impone un retorno a la producción artesanal, para Abbagnano los males de la técnica son reales y es necesario encontrar una salida así como el progreso de la técnica no puede detenerse por los denominados valores del espíritu. El razonamiento de que la técnica se ahogaría sin la creatividad humana es claro, porque aunque ella es una respuesta a la necesidad se lleva a cabo con libertad.

En el artículo Spengler parte de la idea común de que el maquinismo, como técnica de producción moderna que sustituye el trabajo humano con la máquina, en otro extremo su ideal de Spengler era exclusivamente lo útil, ya que todo lo fuese útil para la humanidad pertenecía a la cultura, era cultura, lo demás era lujo superstición o barbarie, a su vez el autor nos menciona que el fin de la humanidad consistía en aliviar al individuo de la mayor cantidad posible de trabajo, cargándolo a la máquina.
Spengler considera que no hay que partir de la técnica maquinista para comprender la esencia de la técnica, y menos aún quedar atrapado en la idea engañosa de que la construcción de máquinas y herramientas sea el fin de la técnica, y no se trata en la fabricación de cosas si no en el manejo de ellas no se trata de armas, si no de la lucha. La técnica es antiquísima no es alguna particularidad histórica, es universal y pertenece a la vida misma no solo a las plantas, los animales y los seres humanos.
En el texto surge una pregunta donde nos manifiesta ¿Que si la técnica es realmente más antigua que el hombre? No lo es existe una gran diferencia entre el hombre y los animales, la técnica de los animales es técnica de la especie, y el hombre no lleva nada a cabo que no sea accesible a la vida en conjunto. La técnica humana y solo ella es independiente de la vida de la especie humana es el único caso de toda la historia de la vía en que el ser individual escapa a la coacción de la especie “la técnica en la vida del hombre es consciente, voluntaria, invariable, personal e inventiva.

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