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LA RISA SOCIALMENTE PELIGROSA.


Enviado por   •  1 de Julio de 2015  •  1.824 Palabras (8 Páginas)  •  399 Visitas

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LA RISA SOCIALMENTE PELIGROSA.

(Por: Jesús Esteiner Alonso, Universidad Diego Portales, 2014. Teorías del Humor, Jesus.Alonso@mail.udp.cl)

Aunque pareciera algo no muy serio, el tema de la risa y el humor en verdad sí que lo son. En la historia del pensamiento importantes autores se han ocupado de este tema. Desde Platón en adelante, pasando por Aristóteles, Kant, Nietzsche y muchos otros dedicaron páginas a la risa y el humor. Dijo Wittgenstein: Podría escribirse una obra filosófica buena y seria compuesta únicamente de chistes. ¿Qué tan cierto podría ser ésta afirmación?, tendríamos que seguramente entrar a discutirlo, pues suena algo muy encapsulado en principio; pero es verdad que el humor permite descubrir algunos aspectos del mundo en que vivimos que un pensamiento excesivamente adusto se empeña en ocultar.

Uno de los aspectos que puede focalizarnos acerca de la risa, es la consideración muchas veces de esa risa subversiva, socialmente peligrosa. Dice Platón: Tampoco conviene que nuestros jóvenes sean propensos a la risa. Una risa violenta trae generalmente consigo una violenta alteración del ánimo. (…) Es pues inadmisible presentar a hombres dignos o de respeto dominados por la risa, y mucho menos a los dioses. (República, 388). Y en la novela de Umberto Eco, El nombre de la rosa, el bibliotecario del convento asesina a varios monjes para ocultar el desaparecido segundo libro de la Poética de Aristóteles, que trata supuestamente de la risa y la comedia. ¿Por qué esta sospecha de que la risa es socialmente peligrosa?, tal vez, podríamos catalogar el humor y su consecuente, la risa, como la total desconfianza que provocan a veces.

La exhortación de Platón a evitar la risa en las personas principales y los dioses, y la ocultación del libro de Aristóteles sobre la comedia que nos cuenta Umberto Eco, sugieren una función implícita que el humor ejerce ante situaciones represivas. El poder, cuando se convierte en opresión, desconfía siempre del placer, de la alegría, de las manifestaciones de júbilo. Y la risa es incompatible con estos sentimientos. La risa, la burla, ponen en su lugar a quienes pretenden situarse por encima de sus semejantes. Por eso todos los poderes dictatoriales son serios y solemnes: tienen que evitar la función implícita y crítica del humor, que los pone en su lugar como seres humanos a veces ridículos y siempre pequeños y vulnerables ante una sociedad o grupo.

Al intentar acercarnos más al tema: ¿cómo funciona el humor? ¿Cuál es la razón por la cual encontramos cómica una situación? No solo el hombre es el único animal que ríe: también es el único que hace reír. La naturaleza infrahumana no nos causa ninguna gracia. Si nos reímos de un animal, es porque se parece o imita al hombre. En este sentido el mono es el animal cómico por excelencia, porque es casi –subrayo el casi– humano. Pero no nos reiríamos de una serpiente ni de un cuervo, ni de un escarabajo. Sí de un pingüino, que nos evoca un hombre vestido con frac que camina de un modo grotesco o de un cachorro que parece un niño y se mueve como un payaso. Si nos reímos de un sombrero o de una prenda de vestir, es porque lo imaginamos en el cuerpo humano que lo lleva. ¿Por qué será? Esta pregunta es importante y nos va a llevar a entender la función que cumple la risa en la vida humana, y sobre todo en la vida social. La razón de este carácter social de la risa, se puede resaltar en la búsqueda de un grupo determinado, como una manera de asegurar su propia identidad. Aquí la característica importante de la risa en su carácter social. Podemos, a veces –reírnos para adentro-, pero normalmente lo cómico es compartido. Y no solo buscamos, sino que queremos de inmediato ir a un grupo o lugar social y escupir esas palabras describiendo esta situación cómica, esa nueva historia graciosa que acabamos de escuchar. Bergson desarrolla esta idea en el siguiente texto: “No se saborearía lo cómico si se sintiera uno aislado. Es como si la risa necesitase un eco. (…) Nuestra risa es siempre la risa de un grupo. Quizás os ha sucedido alguna vez, en un vagón de tren o ante la mesa de un hotel, oír a unos viajeros contarse historias que eran cómicas para ellos, ya que se reían de buena gana. Y vosotros os hubierais reído como ellos si hubieseis formado parte de su grupo. Pero no perteneciendo a él, no sentíais ninguna gana de reír. (…) ¿Cuántas veces se ha dicho que en el teatro la risa del espectador es tanto más amplia cuanto más llena esté la sala? Por otra parte, ¿cuántas veces se ha hecho observar que muchos efectos cómicos son intraducibles de un idioma a otro, porque son relativos a las costumbres y a las ideas de una sociedad en particular?”.

Lo que caracteriza la vida humana es la flexibilidad, la adaptación al entorno decidida por propia voluntad y no siguiendo reglas fijas que no dependen de nosotros: el resto de la naturaleza sigue normas ya establecidas, que solo deben adaptarse al ambiente y no pueden ser alteradas por la libre voluntad de sus actores. Lo cómico aparece siempre que la conducta de un ser humano se parece al funcionamiento rígido y mecánico de esa naturaleza que sigue fielmente sus propias leyes. Se trata de la transformación de una persona en cosa, en palabras de Bergson. Por ejemplo: la persona que camina con aire distinguido de pronto pisa una cáscara de plátano y se va al suelo. O se va a sentar y le quitan la silla. En ese momento su cuerpo se convierte en una cosa obediente a ley de la gravedad y deja de realizar una conducta propiamente humana. Los movimientos de los payasos recuerdan a los muñecos articulados. Chaplin, en la famosa escena de Tiempos modernos repite

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