LA VISIÓN MARXISTA DEL HOMBRE
mabb9 de Septiembre de 2012
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LA VISIÓN MARXISTA DEL HOMBRE
LA CIRCUNSTANCIA MARXISTA
La llegada de la revolución industrial trajo consigo la aparición de dos grupos sociales antagónicos: propietarios o capitalistas y productores o proletarios. Asimismo, la revolución industrial afianzó al sistema capitalista , en el cual la clase dominante, los propietarios, se enriquecen, mientras que la clase sometida, el proletario, se empobrece. Ante esta situación surgen distintas posturas criticas, como el socialismo utópico, pero ésta no sobrepasó los márgenes de la teoría. Frente a esta concepción surge la figura de Carlos Marx, que, aun aceptando muchos de los presupuestos del socialismo utópico, no considera que sea efectivo a la hora de la acción y, que además, excluye al proletariado de todo protagonismo revolucionario. Frente a este socialismo utópico Marx propone un socialismo científico tomando como base el anterior y llevando a cabo una crítica del idealismo hegeliano.
Marx observa que en el sistema capitalista se producen toda una serie de contradicciones sociales que están dirigidas a la explotación de la clase trabajadora . En su obra el capital Marx analiza el origen y desarrollo del régimen capitalista, en donde entre los complejos conceptos de esta ciencia el hombre queda reducido , alienado y mediatizado en el proceso productivo que se le superpone. El marxismo será por tanto la reacción a este modelo social injusto en el cual el valor del hombre se reduce a su valor en la dinámica social. Visionaremos el esquema marxista en cinco núcleos.
NÚCLEO 1
En palabras del propio Marx, “la base de todo el orden social es la producción de bienes materiales “. El materialismo histórico de Marx , que aparece sintetizado en esta frase, gira en torno a dos ideas fundamentales:
1-Las relaciones de cada hombre con la naturaleza y con los otros hombres son de tipo material o económico.
2-Son éstas relaciones las que generan la ideología y la estructura jurídico-política del estado.
Este materialismo histórico se opone al idealismo de Hegel al reducir toda la historia de la humanidad a relaciones económicas.
NÚCLEO 2
La concepción de la historia en términos materiales constituye para Marx una teoría científica. La realidad es humana y social, formando un conjunto que impide cualquier separación de elementos. Sobre esta base Marx observa que la historia puede ser entendida por las claves que generan en determinados periodos, sin que esto implique causalidad o determinismo teleológico.
La sociedad vista desde los distintos modos de producción aparece:
-Como sociedad primitiva, con modos colectivos y propiedad común.
-Como sociedad esclavista, donde ya aparecen las relaciones de dominio y sometimiento.
-Como sociedad feudal, donde las relaciones de dominio continúan bajo una apariencia distinta.
-Como sociedad burguesa (contemporánea a Marx) o sociedad capitalista, donde igualmente han cambiado las relaciones pero se mantiene el esquema anterior, ya que pese al logro de los derechos del hombre se mantiene el sometimiento de un hombre a otro. Mientras el capitalista es propietario de las materias primas y los medios de producción el proletario solo posee su fuerza de trabajo.
Por tanto de aquí sacamos que es el sistema de producción de un determinado momento quien condiciona toda la historia humana, y que el esquema sometedor/sometido subyace a los distintos cambios.
Sobre esta base Marx diseñará lo que va a ser la nueva sociedad.
NÚCLEO 3
La contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción es el motor de la historia humana. Esta contradicción da lugar a dos cosas:
1-Al enclaustramiento de los hombres en virtud de la posición ocupada en el proceso productivo: capitalistas y proletarios.
2-Lucha de clases habida cuenta de su antagonismo.
La economía actúa de elemento estructural frente a una superestructura de valores alienantes añadidos. En términos dialécticos para Marx la afirmación o tesis estaría representada por los capitalistas, los poseedores de bienes y la negación o antítesis por los proletarios, desposeídos y débiles. Y como dialéctica significa supresión de uno de los contrarios, corresponde al proletario suprimir a la clase capitalista, dando lugar a una nueva sociedad regida por intereses comunes y no privados.
La lucha se ha convertido en mediación necesaria del progreso histórico.
NÚCLEO 4
La lucha dialéctica de clases que desemboca en la revolución del proletariado contra el capitalista. El fundamento de la revolución es intentar suprimir la causa que genera la ancestral opresión del hombre sobre el hombre y alcanzar así una sociedad sin clases. Esto se consigue aboliendo la propiedad privada, algo nunca pretendido por las revoluciones burguesas.
El proletariado se convierte por tanto en protagonista de la historia y devolver así al hombre aquella vieja armonía primitiva dislocada paulatinamente en la historia y definida por el capitalismo.
La revolución será un proceso que requerirá de distintas fases. Distinguimos tres:
Etapa democrática: La toma del poder político da lugar a una dictadura del proletariado que tendrá que obligar a la burguesía a ceder sus privilegios económicos y políticos.
Etapa socialista: El estado democrático a la vez que potencia el desarrollo de los medios de producción y fomenta la riqueza social va a abolir las clases sociales.
Etapa comunista: Meta final del proceso revolucionario. Abolida la propiedad privada y las clases sociales el estado pierde sentido y se extingue.
Proceso Revolucionario: político –económico –social. Forma una unicidad con tres momentos interconexionados.
NÚCLEO 5
La sociedad capitalista es esencialmente mala y en ella ninguna de las clases de hombres que la integran se realizan. La revolución pone fin a la sociedad capitalista y genera la sociedad socialista.
Según Marx el trabajo es esencial para el hombre, y de él depende su autodesarrollo y autoperfeccionamiento. En el trabajo confluyen hombre y naturaleza, el hombre se crea a sí mismo y transforma la naturaleza.
En el trabajo debe existir la separación productor – producto pero ambos deben reconciliarse después, el producto debe volver al trabajador y esto no ocurre en el capitalismo, en donde el trabajador queda reducido a mercancía de su propio producto.
En la sociedad comunista el hombre trabaja y a la vez percibe el fruto de su trabajo. Las relaciones personales y la cooperación serán quienes vertebren la nueva comunidad donde rige la libertad, la igualdad y la fraternidad.
Por tanto se cierra aquí el círculo donde el hombre vuelve a sus orígenes, a la humanidad en su estado puro.
CONCEPTO MARXISTA DEL HOMBRE
En su concepción del hombre Marx tiene en cuenta las consideraciones de dos autores alemanes: Feuerbach y Hégel. Del primero Marx asume su aceptación del hombre como una esencia universal introduciendo la visión dinámica y dialéctica de Hégel como realidad procesual, pero rechazando la identificación del hombre idealista hegeliano con el espíritu o el pensamiento o la conciencia, aceptando su materialismo.
Sobre esta base cuatro son las notas definitorias del hombre Marxista.
1-El hombre es un ser natural-activo: natural aquí posee el sentido de material, materia no entendida como inerte sino de materia dotada de una movilidad capaz de evolucionar. Por tanto el hombre no es algo dado como definitivo pese a su estable apariencia. Para Marx el hombre es una realidad abierta y dinámica rumbo a una plenitud por principio inalcanzable. Por tanto no existe a juicio de Marx una esencia humana común y universal porque esto desemboca en un ser dado e inmutable. El hombre tiene la tarea de hacerse a sí mismo, acto que lo distingue de los animales, de producir sus propios medios de subsistencia.
Un hombre aislado de las relaciones sociales y de la historia es una entelequia, un ser abstracto y para Marx sólo existe el hombre concreto o sujeto real, “El conjunto de las relaciones sociales”.
2-El hombre es un ser esencialmente social: Consecuencia de lo anterior porque si no hay una naturaleza humana individual o esencia universal, esto implica que estamos conectados con los demás de alguna manera.
Excluyendo algunos hechos biológicos como comer, beber o dormir, nada tenemos los hombres en común, y por tanto, lo que es asumido como valor humano en una época, no lo es en otra posterior. El hombre ha de aprender sus haceres desde lo más individual, maneras de comer, vestir, hablar, a lo más declaradamente social como la actividad productiva. Por tanto lo que somos y lo que hacemos depende de la sociedad en que vivimos.
3-El hombre es un ser histórico: Frente a cualquier idealismo, el motor de la historia son las relaciones económicas de la producción. El hombre es un ser histórico en una doble vertiente, primero porque es agente de sí mismo, se hace en la historia, y segundo porque al existir únicamente el hombre concreto, protagoniza aquella al construirse. Para el hombre de Marx la historia aparece como tarea suya y de su trabajo.
4-El hombre es un ser práxico: Es uno de los rasgos más significativos del hombre marxista. El hombre debe, más que pensar o criticar la realidad , lo que debe hacer es transformarla. Aquí Marx antepone la praxis a la actitud comtemplativa de Feuerbach, porque solamente por la praxis el hombre se libera de la opresión y se pone en camino de lograr su plena realización en tanto que hombre. A esto alude
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