LA ÉTICA DE LA GRECIA ANTIGUA
Jesus Aceves CastañonInforme17 de Septiembre de 2017
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COMPENDIO DE ETICA
Meter Singer (ed.)
Alianza Editorial, Madrid, 1995
Indice
1. EL ORIGEN DE LA ÉTICA . Mary Midgley 4
10 LA ÉTICA DE LA GRECIA ANTIGUA. Cristopher Rowe 14
11. LA ÉTICA MEDIEVAL Y RENACENTISTA. John Haldane 24
12. LA FILOSOFÍA MORAL MODERNA. J. B. Schneewind 34
13. EL DERECHO NATURAL. Stephen Buckle 43
14. LA ÉTICA KANTIANA. Onora O'Neill 54
15. LA TRADICIÓN DEL CONTRATO SOCIAL. WilI Kymlicka 63
16. EL EGOÍSMO. Kurt Baier 72
17. LA DEONTOLOGÍA CONTEMPORÁNEA. Nancy (Ann) Davis 78
18. UNA ÉTICA DE LOS DEBERES PRIMA FACIE. Jonathan Dancy 89
19. EL CONSECUENCIALISMO. Philip Pettit 98
20. LA UTILIDAD Y EL BIEN. Robert E. Goodin 107
21. LA TEORÍA DE LA VIRTUD. Greg Pence 114
22. LOS DERECHOS. Brenda Almond 122
23. LA POBREZA EN EL MUNDO. Nigel Dower 130
24. LA ÉTICA AMBIENTAL. Robert Elliot 139
25. LA EUTANASIA. Helga Kuhse 147
26. EL ABORTO. Mary Anne Warren 154
27. LA SEXUALIDAD. Raymond A. Belliotti 164
28. LAS RELACIONES PERSONALES. Hugh LaFollette 174
29. IGUALDAD, DISCRIMINACIÓN Y TRATO PREFERENTE. Bernard R. Boxill 180
30. LOS ANIMALES. Lori Gruen 188
31. LA ÉTICA DE LOS NEGOCIOS. Robert C. Solomon 196
32. CRIMEN Y CASTIGO. C. L. Ten 205
33. LA POLÍTICA Y EL PROBLEMA DE LAS MANOS SUCIAS. C.A.J. Coady 210
34. GUERRA Y PAZ. Jeff McMahan 219
35. EL REALISMO. Michael Smith 229
36. EL INTUICIONISMO. Jonathan Dancy 239
37. EL NATURALISMO. Charles R. Pigden 247
38. EL SUBJETIVISMO. James Rachels 256
39. EL RELATIVISMO. David Wong 264
40. EL PRESCRIPTIVISMO UNIVERSAL. R. M. Hare 271
41. LA MORALIDAD Y EL DESARROLLO PSICOLÓGICO. Lawrence Thomas 281
42. EL MÉTODO Y LA TEORÍA MORAL. Dale Jamieson 291
43. LA IDEA DE UNA ÉTICA FEMENINA. Jean Grimshaw 300
44. LA SIGNIFICACIÓN DE LA EVOLUCIÓN. Michael Ruse 308
45. MARX CONTRA LA MORALIDAD. Allen Wood 316
46. ¿CÓMO PUEDE DEPENDER LA ÉTICA DE LA RELIGIÓN? Jonathan Berg 326
47. LAS IMPLICACIONES DEL DETERMINISMO. Robert Young 333
10 LA ÉTICA DE LA GRECIA ANTIGUA. Cristopher Rowe
Peter Singer (ed.), Compendio de Ética |
Alianza Editorial, Madrid, 1995 (cap. 10, págs. 183-198) |
Resumen histórico
La tradición de la ética filosófica occidental -en la acepción general de la búsqueda de una comprensión racional de los principios de la conducta humana- comenzó con los griegos de la antigüedad. Desde Sócrates (469-399 a.C.) y sus inmediatos seguidores, Platón (c. 427-347) y Aristóteles (384-322) hay una clara línea de continuidad que, pasando por el pensamiento helenístico (es decir, en sentido amplio, postaristotélico), romano y medieval, llega hasta la actualidad.
Si bien es cierto que los problemas e intereses de los filósofos éticos modernos con frecuencia se separan de los de los antiguos griegos, sus discursos constituyen una reconocible continuación de los que tenían lugar en los siglos V y VI BCE. Esta vinculación no es puramente histórica. El estudio de los textos antiguos, al menos en el mundo anglosajón, constituye hoy día principalmente la labor de eruditos que son también filósofos, y que reconocen en ellos una relevancia y vitalidad inmediata que trasciende su época. Este proceso es bidireccional; por una parte, las ideas modernas dan una y otra vez una dimensión adicional a nuestra comprensión del pensamiento griego; por otra, las ideas del pensamiento griego conservan su capacidad de configurar directamente, o al menos agudizar, la reflexión contemporánea -especialmente en el ámbito de la ética (para dos ejemplos recientes, si bien de diferente género, véanse las obras Ethics and the limits of Philosophy de Bernard Williams y The fragility of goodness de Martha Nussbaum).
La cuestión de dónde concluye la ética griega es una cuestión discutida. Por ejemplo, Lucrecio y Cicerón, los dos primeros escritores filosóficos más importantes en latín, aspiran sobre todo a interpretar las fuentes griegas para un auditorio romano, y fue el pensamiento griego principalmente el estoicismo en sus diversas formas- el pensamiento dominante de la vida intelectual de Roma desde el final de la República en adelante. Pero en el contexto actual la «ética griega» engloba el período que va desde Sócrates a Epicuro (341-271) inclusive y a los fundadores del estoicismo griego, Zenón de Citio (334-262), Cleantes (331-232) y Crisipo (c. 280-c. 206).
Crisipo fue especialmente prolífico y se dice que escribió más de setecientos «libros» (es decir, rollos de papiro); Epicuro escribió cerca de la tercera parte. Pero de toda esta producción queda muy poco: no poseemos ninguna de las obras de Crisipo, y sólo tres resúmenes y una recopilación de las «doctrinas básicas» de Epicuro. El poema de Lucrecio Sobre la naturaleza de las cosas nos ofrece una presentación bastante completa de los principios del epicureísmo, aunque con escasa referencia a las doctrinas éticas, y Cicerón ofrece lo que parecen descripciones muy competentes de las características básicas del sistema epicúreo, del estoicismo y también de la versión del escepticismo adoptada por la Academia de Platón en los siglos III y II. Por lo que hace referencia al resto, la evidencia relativa a la época helenística -que también incluye a otras escuelas menores como los cínicos- ha de recopilarse sobre todo a partir de escritos y referencias dispersas de escritores posteriores, muchos de los cuales son testigos característicamente hostiles.
Pero en los casos de Sócrates, Platón y Aristóteles, que sin duda alguna pueden considerarse los representantes más influyentes de la ética griega, estamos en mejor posición. De hecho, el propio Sócrates no escribió nada, pero podemos hacernos una buena idea de sus ideas y métodos característicos a partir -entre otras fuentes- de los diálogos iniciales de Platón como el Eutifrón o el Laques, cuya principal finalidad parece haber sido continuar la tradición socrática de filosofía oral en forma escrita. En obras posteriores como la República (obra de la cual el importante diálogo Gorgias puede considerarse una suerte de esbozo preliminar), Platón sigue desarrollando una serie de ideas que le separan cada vez más de Sócrates, aunque sin duda las habría considerado una extensión legítima del enfoque socrático: sobre todo lo que llegaría a conocerse como la «teoría de las formas», y una teoría del gobierno estrechamente vinculada a aquélla. Por su parte, Aristóteles no querrá saber nada de la teoría platónica de las formas, que parece haber rechazado poco después de incorporarse a la Academia, a los diecisiete años de edad. Pero con esa gran excepción, sus dos tratados de ética, la Ética a Eudemo y la Ética a Nicómaco (ambas escritas tras la fundación de su propia escuela, el Liceo o Perípatos) se basan directamente en esta herencia de la Academia, como también su tratado titulado Política. De hecho. escritores posteriores como Cicerón no percibieron una diferencia esencial entre la filosofía platónica y la aristotélica, aunque esto fue sustancialmente desde la perspectiva de un contraste entre éstas y la de Epicuro. Cuestión más compleja es la de la relación de los filósofos helenísticos con Aristóteles, y con Sócrates y Platón, pero no hay duda de que en general escribieron con un buen conocimiento de sus antecesores.
2. Temas y cuestiones de la ética griega
La ética griega de todos los períodos gira sustancialmente en torno a dos términos, eudaimonía y areté; o bien, según su traducción tradicional, felicidad» y «virtud». Estas son quizá las mejores traducciones posibles, pero -como veremos- en muchos contextos pueden resultar muy equivocas. Así pues, no estará de más comenzar por aclarar el significado verdadero de estos dos términos nucleares.
Veamos en primer lugar la eudaimonía. La versión habitual de este término al español, «felicidad», en la actualidad denota quizás ante todo una sensación subjetiva de satisfacción o placer (como en la expresión, «más feliz que un niño con zapatos nuevos»). Sin embargo, los griegos atribuían la eudaimonía a alguien haciendo referencia más bien a lo que normalmente sería la fuente de estos sentimientos, es decir, la posesión de lo que se considera deseable, algo más parecido a un juicio objetivo.
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