LOS PRESUPUESTOS FILOSÓFICO - ANTROPOLÓGICOS DE LASTEORÍAS DEL DESARROLLO
doekillr25 de Mayo de 2015
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1. INTRODUCCIÓN
La vuelta a Aristóteles en el pensamiento social está marcada por una crítica más o menos “de fondo” a los presupuestos moderno –liberales de la sociedad actual y las consecuencias que se han detectado en lo político, lo moral y la identidad sociedad, como es el caso de la posición de los comunitaristas (Sandel,Taylor, Walter, Mc Intyre, etc.) 1. Estas posiciones destacan el carácter social sociable del ser humano y cuestionan justamente cómo, en el proceso de modernización, este carácter se ha vuelto problemático, constituyéndose una ruptura o desgarro moderno de los lazos vinculantes que reúnen a los sujetos con la comunidad y con la naturaleza 2. El debilitamiento de la tradición y la crisis del poder unificador de lo religioso, en el marco secular - pluralista de la sociedad 3, así como la creciente diferenciación funcional y su impacto sobre el mundo de la vida corriente contribuyen a ésta crisis, percibida como un choque entre racionalidades: la instrumental, que va racionalizando el trato con las cosas y entre los seres humanos, y la razón ética que busca en principio nuestros principios de solidaridad y de justicia que convoquen a los sujetos.
Armando Di Filippo retoma a Aristóteles para darle una mirada más amplia al concepto de desarrollo, una mirada que por un lado critica el extendido en foque economicista que degrada el desarrollo al crecimiento económico 4, y por otro, trata de replantear las cuestiones valórico–éticas en el contexto de la sociedad moderna. Para ello comparte los recursos propios del Aristotelismo: un macro - concepto de naturaleza que permite hablar de “naturaleza humana”, un enfoque teleológico de dicha naturaleza y del comportamiento moral 5. El contenido de lo que es el desarrollo, al igual que la idea de virtud, está determinado por el carácter narrativo de las acciones humanas, narrativa a la vez anclada a determinados contextos socio
1 SALVAT, Pablo. El porvenir de la equidad. LOM ediciones/UAH. Santiago, 2002. Pág.: 81, 82
2 SALVAT, Pablo. El porvenir de la equidad. Op. Cit. Pág.: 85
3 SALVAT, Pablo. El porvenir de la equidad. Op. Cit. Pág.: 85
4 DI FILIPPO, Armando. Apuntes de curso “Desarrollo humano: claves teóricas e indicadores (texto no publicado)”. Pág.: 14.
5 SALVAT, Pablo. El porvenir de la equidad. Op. Cit. Pág.: 99
Culturales que el dan su sentido: mi desarrollo es un proceso que se extiende del nacimiento a la muerte, el cual mezcla la interpretación que tengo de mí mismo con la imagen que proyectan los otros sobre mí. En la medida que el desarrollo es fruto de una auténtica acción humana y no de un mero mecanismo biológico o social, se orienta por cuestiones éticas con contenido (sorbe lo bueno, lo justo, lo bello). El desarrollo de una sociedad sería el entrecruzamiento de las narrativas individuales, no como átomos sociales, sino como seres sociables impregnados de una tradición específica compartida por una comunidad 6. Ahora bien, dicha tradición conforma una serie de presupuestos de trasfondo que constituyen una meta–narrativa. En este sentido la meta – narrativa aristotélica tiene que ver con su concepción dinámica y teleológica del mundo, el carácter racional e inteligible de lo real, la combinación en lo humano de una pertenencia a la esfera vital animal junto con una determinación y orientación hacia una vida racional y razonable. Sobre esto último cabe decir que, si bien la racionalidad humana tiene primacía sobre la vida vegetativo–motriz y animal, no hay oposición abierta ni dualismo extremo: el ser consiente y razonable emerge del fondo de animalidad.
Di Filippo de manera similar fundamenta su noción de desarrollo en una descripción trans–histórica y normativa del ser humano, que sigue los pasos de la argumentación aristotélica, que se especifica en cuanto a lo social por medio interpretación sistémica de la sociedad humana, inspirada en la versión de Mario Bunge de la epistemología sistémica. Siendo DiFilippo escrupulosamente consiente de las dificultades de su propuesta teórica, deseamos buscar un dialogo crítico con sus posturas, en particular buscando esclarecer los presupuestos antropológicos de trasfondo que orienta su concepto de desarrollo.
Las piedras angulares de la conceptualización del desarrollo de Di Filipposon 1) la idea o concepto de naturaleza humana 2) el uso de los conceptos de potencia y acto 3) la idea de virtudes 4) el enfoque sistémico de la sociedad humana
6 SALVAT, Pablo. El porvenir de la equidad. Op. Cit. Págs.: 105–105–106.
2. El desarrollo humano: los presupuestos de trasfondo desde la mirada aristotélica.
La idea de naturaleza resulta ser el paradigma, o el conjunto de presupuestos de trasfondo que permiten darle contenido a la noción de desarrollo. La naturaleza es una interpretación directriz del pensamiento griego, ella es concebida como movimiento, esencia y finalidad de los seres 7. El paradigma general griego es cosmológico, naturalista y antropológico: el cosmos es una totalidad que acoge en su seno la realidad viviente de la animalidad y a la humanidad, ambos dominios están impregnados por un orden o logos comprensible por el hombre.
Lo propio del ser humano es una propiedad emergente que se articula sobre la base de un devenir evolutivo cósmico, que luego alcanza la esfera de lo viviente en sus diversos grados hasta la forma humana de la cual emerge, la conciencia, el conocimiento, la voluntad y el pensar ético 8. Se puede caracterizar al ser humano como un conjunto de dimensiones que se van superponiendo, que determinan ciertas condiciones que deben ser satisfechas para que se vayan alcanzando las características específicamente intelectuales. Cada dimensión es un conjunto de capacidades que implican a su vez necesidades. No podemos alcanzar un modo de vida razonable si no suponemos cubiertas las necesidades que derivan de los dominios biológicos, lingüísticos y sociales del ser humano.
Cada dimensión impone su necesidad propia, y su insatisfacción implica una violencia: la negación de una capacidad que se expresa dramáticamente en el descontento, en el sufrimiento o la muerte 9. La vida intelectual del ser humano culmina en una vida éticamente vivida, pero este destino está atravesado por tensiones y dramas, que para el filósofo Eric Weil quedan expresados en última instancia en la oposición entre la violencia y la razón 10. La violencia que se alude aquí no es la amenaza de la naturaleza contra la vulnerabilidad humana, sino la violencia de la negación de la realización del ser humano como un ser dotado de lenguaje y razonable, violencia cuyo origen puede estar en sus necesidades vitales
7 DI Filippo, Armando. Lecciones de filosofía económica (sobre el estatus epistemológico y ético de la ciencia económica). Notas de clase, año 2006. Obra sin publicar. Véase sitio: www.difilippo.cl.Pág.: 28
8 DI Filippo, Armando. Lecciones de filosofía económica. Op. Cit. Págs. 31
9 DI Filippo, Armando.0020 Lecciones de filosofía económica. Op. Cit. Pág.: 29
10 JEREZ, Sergio. Contribución a la crítica de la razón política, una introducción al pensamiento de EricWeil. USACH, facultad de humanidades. Pág.: 15
Insatisfechas como en el modo en que ha organizado su vida en común 11. La expresión de su razonabilidad culmina, como en Aristóteles en la constitución de una vida moral y política colectivamente vivida, bajo la forma de virtudes.
La descripción antropológica transhistórica permite caracterizar las necesidades humanas en base a sus capacidades, las cuales dan forma a las necesidades reales de la persona concreta, las que se despliegan (o repliegan) en el contexto de unas determinadas relaciones sociales, bajo el marco de instituciones y leyes particulares, bajo una cultura y valores determinados, etc. no hay un proceso de desarrollo que este fuera de lo histórico–social. El desarrollo humano consiste en un proceso de humanización, que aquí equivale a desplegar las potencialidad es propiamente humanas en cada individuo, desde el animal gregario hasta el ser humano racional o razonable 12 bajo un determinado contexto sociocultural.
Para conceptualizar este proceso Di Filippo se sirve del análisis dinámico de la potencia y el acto. Ambas nociones se desprenden de la doctrina aristotélica delas causas, y por lo tanto, de la metafísica aristotélica en cuanto esté la define como una ciencia filosófica encargada de investigar las primeras causas u principios supremos, los modos más universales de significar al ser, y la investigación de la sustancia sensible y suprasensible13. La doctrina de las cuatro causas articula momentos fundamentales de la filosofía aristotélica como la imagen dinámica y teleológica del universo (causa eficiente y causa final) o la teoría hile mórfica (causa material y formal) 14. Di Filippo indica que los conceptos de potencia–acto ligan las causas eficiente y final: cada ser estaría determinado al cumplimiento de sus características propias, las que según la dinámica de su desarrollo se hallan y asea en potencia, o en acto.
Para las sustancias sensibles (por ejemplo: este hombre concreto llamado Martín) la potencia significa la capacidad de recibir la forma humana propiamente tal, la que lo distingue de un punto de vista ontológico y lógico de las bestias. El acto por su lado, implica la realización de dicha capacidad, su actualización en el hombre o mujer concreto 15. La privación es la inhibición de la actualización de la
11 JEREZ, Sergio. Contribución a la crítica de la razón política, una introducción al pensamiento de EricWeil. Pág.:
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