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La Propiedad


Enviado por   •  13 de Enero de 2014  •  4.468 Palabras (18 Páginas)  •  223 Visitas

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El Alcoholismo

El cual puede verse como una Enfermedad crónica y habitualmente progresiva producida por la ingestión excesiva de alcohol etílico, bien en forma de bebidas alcohólicas o como constituyente de otras sustancias. El alcoholismo parece ser producido por la combinación de diversos factores fisiológicos, psicológicos y genéticos; se caracteriza por una dependencia emocional y a veces orgánica del alcohol, y produce un daño cerebral progresivo y finalmente la muerte.

Los primeros síntomas incluyen la preocupación por la disponibilidad de alcohol, lo que influye en la elección por parte del enfermo de sus amistades o actividades. Más adelante empieza a cobrar cada vez mayor importancia, en las relaciones personales, el trabajo, la reputación, e incluso la salud física. El sujeto va perdiendo el control sobre el alcohol y es incapaz de evitarlo o moderar su consumo.

La Criminalidad

Para Garófalo, también la criminalidad tiene su gestión en el ambiente social, por lo que toda misión represiva del delito debe tener en cuenta que la criminalidad es un fenómeno social; buscar causas que originen el delito es la misión de la Criminología, síntesis de la ciencia del delincuente y de la ciencia de la sociedad con relación al delito.

La criminalidad entendida como infracción de la ley penal, se nos muestra como un fenómeno natural, en el sentido de ser el fruto de la vida en sociedad, pues podríamos pensar que el hombre en un estado de aislamiento absoluto, no podría llegar a ser criminal, pues en estas condiciones gozaría de derechos absolutos sin deberes correlativos, por lo tanto su conducta no podría ser considerada ni social ni antisocial. ¿O podríamos considerar que el peor de los delincuentes podría llegar a cometer un asesinato estando en el mas completo aislamiento?, Seguramente que no, pues para que exista el delito es necesaria la presencia de un agresor y una víctima; en conclusión es innegable que el crimen social en su origen se torna antisocial en sus consecuencias.

En la criminalidad podemos observar un verdadero conflicto de voluntades, por un lado la voluntad perversa del hombre delincuente siempre dispuesto a atentar contra la vida, honra y bienes de sus conciudadanos, y del otro lado, la voluntad de la colectividad, siempre alerta a defender el bien jurídico tutelado de todos los elementos que la constituyen.

La infracción es, pues, el producto de dos factores, individuo y sociedad, cada uno de estos factores tiene una acción propia y caracterizada en la evolución y producción del fenómeno sociológico y criminal.

ALCOHOLISMO Y CRIMINALIDAD

16. Importancia. Es de real importancia dentro de la criminología, por eso es que se justifica el dedicarle una lección aparte, las realidades entre el alcoholismo como causa, por una parte, y las enfermedades mentales y la criminalidad como consecuencias, sobre los estudios importantes realizados sobre la materia, las opiniones emitidas por los autores son uniformes.

En el siglo XVIII Montesquieu ya se preocupaba cuando refiere a la distribución de los vicios y los delitos en Europa Meridional, corresponde un mayor alcoholismo en la Europa Septentrional, el alcoholismo y el delito se compensan, el primero es equivalente del segundo. Tiene relación directa con la delincuencia, es una droga tóxica, afecta a tejidos y al sistema nervioso central.

16.1 Efecto del alcoholismo.

Grado de atracción que el alcohol ejerce sobre el individuo. Esta variación, varía desde una notoria inclinación hasta una invencible repugnación, producida la embriaguez será diferente según la atracción o la repugnancia.

Sensibilidad individual frente al alcohol. También aquí se dan grados que van del individuo que puede ingerir cantidades relativamente grandes de alcohol sin sufrir grandes alteraciones corporales o psíquicas.

Cantidad y calidad de las bebidas. Este es un dato puramente objetivo, dentro de estas atracciones ha podido comprobar, por ejemplo que las bebidas destiladas ejercen una influencia mayor en la aparición de la embriaguez que el vino y la cerveza, lo mismo sucede con las especies de bebidas los cuales pueden tener agregados al alcohol, otros elementos que ejerzan una acción similar que se suma a la del primero, la multiplica o lo disminuye (son los casos de whisky, el ajenjo)

16.2. Causas del alcoholismo.

1) La herencia. La inclinación porque su influencia es frecuentemente sostenida y todavía no se ha dado pruebas para prescindir de ella, más puede suceder, como se explicará en la parte criminológica que se deba hallar principalmente de influencias congénitas ambientales, por ejemplo: un niño nacido en un hogar de alcohólicos se encuentra desde pequeño en condiciones adversas para llegar a desarrollarse normalmente desde el punto de vista corporal y psíquico.

2) El Biotipo. Las investigaciones hechas en base a la biotipología han llegado a conclusiones imprecisas, por lo tanto aquellos que tienen características temperamentales, creemos que ha hay escasas posibilidades de afirmar que existe estrecha relación entre constitución biotipológicas en inclinación hacia el alcoholismo peor si existe mucha diferencia cuando la estudiamos en forma individual por ejemplo.

- La esquizotimico. Hay prevalencia de causas internas según su propia psicología (descontento con el mundo y de la vida, angustia, deseo de huir del mundo, etc.)

- Los ciclotímicos. En ellos suelen prevalecer las ambientales (imitación, mal ejemplo familiar, etc.)

3) Enfermedades mentales o de otro género. Esto nos demuestra que el alcohol produce efecto mucho más profundos y duraderos en el individuo predispuesto por alguna enfermedad, sobre todo mental, en muchos casos las enfermedades son causas del alcoholismo y no su causa, esto nos conduce de que el alcohólico no deje de beber pese a que sufre penosas consecuencia, como la pérdida de trabajo, del prestigio, tormentos físicos y otras miserias.

4) Deseo de huir de situaciones dolorosas de la vida. Y consiguientemente, de buscar en ciertos medios, como el alcohol y los estupefacientes, un remedio para dolores físicos y psíquicos.

5) Por ansia de mayor felicidad. Por anhelo de placeres nuevos motivos estos que se encuentran no solo en las personas pobres o enfermas, sino que en personas de cultura refinadas y buena posición económica, al individuo que está cansado de la vida y que busca por todas partes la excitación de sensaciones nuevas, por ejemplo en la forma más aberrada en la excitación sexual.

6) Transformación no advertida del bebedor en alcohólico. Sucede a menudo que una pequeña dosis de alcohol concluye por crear un hábito del que luego resulta imposible librarse y que exige siempre más para ser satisfecho, aquí lo único evidente es que uno no llega a saberlo, ni quererlo, al lado de estos factores individuales, existen otras causas prevalentemente externas.

16.3. Factores externos.

1) La temperatura, sobre todo extremada, tanto el frío como el calor excesivo facilitan la asimilación del alcohol.

2) El ambiente familiar, la imitación tiene carácter más acentuado, en muchos hogares en que los padres son alcohólicos, los hijos también lo sean y no por supuesta transmisión hereditaria sino por fuerza de la imitación.

3) La situación económica, se puede hallar alcohólicos en todas las categorías económicas en número y calidad, los pobres para huir de las amarguras de la miseria a través de la embriaguez, entre los ricos existe un buen porcentaje de alcohólicos por razones ya expuestas.

4) La moda, es otra forma de imitación de base más extendida, esto demuestra como el alcoholismo se va haciendo más común a través de costumbres sociales, está demostrado también que a raíz de la igualdad de los sexos, hubo un aumento desmesurado de éste vicio entre las mujeres.

16.4. Formas de alcoholismo (458 Huascar) La división más aceptable, principalmente desde el punto de vista criminológico es la siguiente:

a) Embriaguez patológica. Es aquella que conduce, como su nombre lo indica, hasta estados patológicos, se dan inclusive delirios y alucinaciones. En lo criminal, acostumbra manifestarse por graves delitos de violencia sin causas aparente alguna o con causas desproporcionadamente pequeñas.

b) Embriaguez alcohólica aguda ordinaria. Es la menos grave de la que se enumera, se produce por ingestión relativamente considerable de alcohol, la que trae por consecuencia no sólo un trastorno en la composición química de la sangre sino también muchos síntomas psíquicos que la hacen semejar a las otras psicosis de origen tóxicos.

c) Alcoholismo crónico. Siempre el individuo presenta efecto de alcohol inclusive cuando el individuo no está ebrio, la degeneración personal es más profunda y permanente, y es resultado del uso continuo del alcohol, sus grados son muy variados; van desde sus inicios; cuando las alteraciones personales son apenas notadas en la familia o por los familiares, hasta los estados de demencia en que el manicomio es lugar obligado de internamiento.

16.5. Síntomas del alcoholismo. La ingestión de alcohol se manifiesta, en primer lugar, por las alteraciones producidas en la constitución química y en el funcionamiento del cuerpo.

Las primeras dosis operan a modos de excitantes del sistema nervioso. Aumenta el número de pulsaciones cardíacas, se experimenta vasodilatación, aumento en la frecuencia respiratoria, es excitada la actividad funcional del tejido muscular, la secreción urinaria y (un poco menos), la salivar; la temperatura del cuerpo levemente desciende por la dispersión del calor producido por la vasodilatación.

Las alteraciones químicas se evidencias principalmente en la sangre, que actúa como vehículo en la alteración de diversos tejidos, principalmente en el nervioso.

Se nota gran excitación sexual, especialmente en el primer momento de la intoxicación aguda, pero con el progreso de ducha intoxicación puede fácilmente llegar al extremo opuesto, de la impotencia.

Los nervios sensitivos funcionan cada vez con menos agudeza, especialmente los que atienden la sensibilidad dérmica, queda disminuido los sentidos del equilibrio, del movimiento.

En cuanto a síntomas corporales y psíquicos encontramos la gastritis de defensa, con dolores de estómago, náuseas, etc., sobrevienen vómitos que son verdaderas tentativas de defensa orgánica, los riñones, con la orina.

A medida que el alcoholismo se agrava más o sea que alcance como forma de hábito crónico, estas características se agravan más ya se manifiesta desórdenes permanentes en el hígado, alteraciones en el tejido nervioso, atrofia de la corteza cerebral, trastornos en los riñones, órganos sexuales y otros de los sentidos.

16.6. Anormalidades de acuerdo a los tipos de fenómenos psíquicos.

a) Vida representativa: La intoxicación se traduce en la pérdida de gran parte de la agudeza y precisión de los sentidos con la consecuencia de que se pierde simultáneamente claridad y precisión en los elementos básicos para la vida representativa superior, que son las sensaciones. Las imágenes se deslizan y encadenan velozmente.

- Ilusiones y alucinaciones. Ambas anormalidades son síntomas de falta de adecuación al mundo real. Las imágenes resultantes son sumamente variadas, desde la muy agradable que se presenta en los primeros momentos de la intoxicación, hasta las terroríficas que se dan durante el delirium tremens. Las alucinaciones son de todos los tipos; visual, auditivo, dérmico y menos frecuentemente gustativo y olfativo.

Del terror, del miedo, suele pasar a la reacción cuya comprensión también supondrá el estudio de la personalidad anterior del sujeto. En efecto hay individuos que se encierran en sí mismos, aterrados, pero también los hay que tienden a reaccionar violentamente contra la supuesta hostilidad ambiental. En cuanto al deseo de fuga del mundo, el aislamiento, llegando hasta el extremo del suicidio.

- Delirios: Característica durante el período inicial del hábito, el alcoholismo crónico y la demencia alcohólica. En los primeros delirios generalmente de persecución, es posible que persista, en otros aspectos, la personalidad normal y que el paciente pueda seguir desempeñando su profesión u oficio, hay crisis de mal humor que dura largo tiempo. Desde el punto de vista criminológico, tienen gran relieve, en la intoxicación alcohólica, los delirios de celos que se presentan en la etapa crónica aunque se los pude a veces observar antes.

El alcohólico, precisamente por el vicio de que es esclavo, causa repugnancia a propios y extraños, incluyendo a su esposa, amante. Esto ocurre a causa de la decadencia moral, de la brutalidad, su desconsideración, la tornan poco atractivo. El alcohol, en un comienzo, tiene acción afrodisíaca; esto significa que el hombre quiere realizar el acto continuamente, estos actos son prolongados porque el alcohol retrasa la eyaculación, por lo que resulta un martirio para la mujer. Luego, entre el instinto exacerbado y la falta de delicadeza moral y de inhibiciones, el alcohólico busca satisfacciones aberradas que repugnan al cónyuge que termina por odiar la intimidad. Esto lo advierte en alcohólico y no tardará en atribuir a la existencia de un amante a causa de la resistencia y falta de interés del cónyuge, esto a lo largo inclusive lo lleva a la clara infidelidad y no siempre sospechado entre personas ajenas al círculo familiar; y es señalado culpable el hijo, padre, hermano, etc. Este delirio lleva a la muerte o lesiones graves en el cónyuge, actos de alteraciones sexuales: sadismo, masoquismo, exhibicionismo, etc. Por otra parte, el coito excesivamente prolongado, puede ser tan doloroso como para llevar hasta el suicidio al cónyuge o al alcohólico.

- La memoria: Se produce un progresivo debilitamiento de la memoria; se esto produce por falta de buenas percepciones de atención, de comprensión, sobre todo voluntaria, por la debilidad de la voluntad; por la confusión mental que se crea paulatinamente en el alcohólico habitual y en el crónico.

- Delirium tremens: Es un síndrome de excitación psíquica con desorientación espacial y temporal, violentas alucinaciones (preferentemente visuales y táctiles), temblor corporal que acompaña este trastorno, se da principalmente en individuos de cuatro a más décadas de vida y que se hayan dedicado habitualmente a la bebida. La gravedad criminal no puede aumentar por el hecho de que el ataque de delirium tremens coincide, a veces, con ataques epilépticos.

b) Vida afectiva: Para las dosis pequeñas de alcohol o en las etapas iniciales del alcoholismo crónico, se observa cierta tendencia a la euforia, a la felicidad, pero gradualmente, tal estado va tomándose de optimista en pesimista, apatía por el propio estado. Los enfermos sin faltar a las leyes de la honestidad, se limitan a descuidar los propios deberes, o la limpieza de una persona o las normas de cortesía, descuidan la vida pública y las luchas sociales, los sentimientos de religiosidad. En esta categoría se encuentran muchas pordioseras profesionales, ladrones habituales, madres que prostituyen a las hijas, padres incestuosos.

c) Vida volitiva: es el debilitamiento de la voluntad, se manifiesta sobre todo en la falta de frenos inhibitorios, esta ausencia de dominio sobre la conducta puede explicarse de la siguiente manera:

• Falta de dominio del pensamiento sobre los músculos.

• Por pérdida de la capacidad de valoración, sobretodo ética y estética.

• Por debilidad de la voluntad propiamente dicha (capacidad de elección y principio de acción)

Dipsomanía. Es la anormal tendencia de beber, puede presentarse por muchos factores o causas, de los principales es el alcoholismo crónico. Pero la propia dipsomanía puede ser causa de alcoholismo, cuando es síntoma de la existencia de otras enfermedades mentales que agravan el cuadro total.

La inclinación a las bebidas puede ser tan pronunciada que, para obtener su satisfacción, el ebrio no se detendrá ante consideraciones de honor, de vergüenza, ni siquiera ante delitos graves: finge, estafa, hurta, roba.

d) El alcoholismo y otras enfermedades mentales. La epilepsia no se manifiesta sino en circunstancias extraordinarias, bajo la influencia de emociones intensas. Puede también revelarse en forma de intolerancia o de reacción patológica al alcohol, el exceso del alcohol que provocan accesos convulsivos o crisis psíquicas, además de esto el alcoholismo tiene relación con varias enfermedades mentales, fuera de la epilepsia, ejemplo, la neurosis traumática, en la parálisis progresiva, en los estados de excitación maniática.

16.7. Alcoholismo y la criminalidad. El alcohol por sí solo no ha de considerarse como única causa importante para la ejecución del delito, sobre todo si éste es grave. Existen otras causas en relación con las cuales el alcoholismo es una fuerza más o una mera causa ocasional, por ello a veces sucede que entre los alcohólicos que han injerido la misma cantidad de alcohol, unos delinquen y otros no; esto es porque aquí llega a tallar la personalidad previa de los ebrios, la predisposición individual desempeña un papel importante, inclusive en la condición sine qua non del delito, para evitar confusiones, es preciso tener en cuenta que no siempre el delito y alcoholismo se manifiestan juntos, se puede atribuir aquél a éste ni siquiera como simple causa desencadenante, alcoholismo y delito son efectos de una causa común anterior. En los delitos culposos deriva de la falta de atención, coordinación, memoria, todos estos derivada del uso del alcohol, sobre todo en los delitos de tránsito, de omisión. De todo esto deducimos que el alcoholismo en cuanto a la criminalidad tiene más importancia que cualquier enfermedad mental.

16.8. Consecuencia del consumo del alcohol.

Llamaremos criminalidad directa o directamente derivada del uso del alcohol: relación entre el estado alcohólico y el delito es evidente.

Criminalidad indirecta: resulta del alcoholismo, pero a través de mecanismos más complicados y ocultos, difícil de establecer el nexo causal con el delito.

Criminalidad por degeneración hereditaria. Como consecuencia del alcoholismo de los antepasados, presumiblemente trasmitido a sus descendientes la criminalidad o alguna anormalidad biológica favorable a la aparición de la criminalidad.

a.

b. Criminalidad directa. En su base está la destrucción de la personalidad normal y su debilitamiento, consecuencia del uso del alcohol en todos los estados de embriaguez. La influencia de esta en la criminalidad es evidente en las llamadas curvas semanales de criminalidad, atribuibles, sobre todo en los delitos por lesiones, la mayor cantidad de alcohol que se consumen en los días feriados y fines de semana.

c. Criminalidad indirecta. Esta especie de criminalidad es más importante que la criminalidad directa, estos efectos indirectos son más serios que los directos, se manifiestan en la incapacidad de mantener a la propia familia y la deteriorización de la vida familiar primera causa indirecta a la delincuencia, empeoramiento del ambiente familiar, mal ejemplo de los padres a jóvenes y niños que están en edad de imitación, la familia es indisciplinada y para restablecerla se recurre a medios brutales, se pierde el respeto por el padre, la madre ebria y peor cuando ambos lo son, los niños salen por las calles parte de sus vidas, lejos del ambiente hogareño, se integra a bandas infanto juveniles y se dedican a pequeños delitos.

d. Criminalidad por degeneración hereditaria. En criminología, se complica, porque no se trata simplemente de establecer la relación alcoholismo-alcoholismo, sino también y quizás más importante, alcoholismo-delincuencia y delincuencia-alcoholismo. Los autores consideran no probada aún la influencia hereditaria del alcoholismo. Lombroso, no solo acepta esta tesis, sino que pretende ilustrarla con ejemplos escogidos a propósito.

o Arresto y multa. Las más ineficaces. Sufren los más pobres.

o Prohibicionismo da lugar más bien a un incremento de la delincuencia.

3. Trastorno psíquico temporal de carácter tóxico que altera los procesos cognoscitivos y disminuye el control voluntario de los actos.

1. Fortuita. O involuntaria, es la ingestión de una o varias copas de alcohol, pero que para la naturaleza del sujeto es excesiva, razón que cae en embriaguez aguda. Es eximente.

Culposa. O voluntaria. Ingestión ocasional o habitual sin moderación, pero sin intensión de embriagarse. Es atenuante, si es semiplena.

Dolosa. O premeditada. Ingestión con intensión de cometer un delito o de obtener un eximente ("actio liberae in causa", CP, 19). No es eximente, en los demás casos es delito culposo.

Plena. O completa, es el pleno estado de confusión donde el ebrio está privado totalmente de la inteligencia y carente completamente de la voluntad.

Semiplena. O incompleta. Aún tiene capacidad de querer y comprender aunque no lucidamente.

2. CLASIFICACIÓN

3. DETERMINACIÓN DE LA CULPABILIDAD

1) Si la embriaguez alcohólica es fortuita y plena, es eximente, si es semiplena es atenuante.

2) Si es culposa, responde a título de culpa.

3) Si es embriaguez dolosa , responde a ese título.

LECCIÓN XVII

DROGADICCIÓN Y CRIMINALIDAD

17. Estupefacientes. Definición

El término "toxicomanía" proviene del griego "toxicon", que significa "veneno", y del latín "mania", que sería algo así como una locura caracterizada por delirio y agitación. Es decir, etimológicamente, la toxicomanía sería una alteración mental que induce al individuo al consumo de un veneno.

El Comité de Expertos de la Sociedad de las Naciones, en 1957, pronunció que la toxicomanía es un estado de intoxicación periódica o crónica, provocada por el empleo reiterado de ciertas sustancias tóxicas.

Es digno destacar que se le otorga a las sustancias tóxicomanigenas la calidad del veneno, lo cual es correcto, toda vez que ellas poseen una marcada toxicidad propia (algunos la denominan "poder tóxicomanogeno", amén de la toxicidad derivada del uso prolongado o repetido.

En el orden clínico, los franceses Antonine y Maurice Porot, definen: la toxicomanía es una apetencia normal y prolongada manifestada por ciertos sujetos hacia sustancias tóxicas cuyos efectos analgésicos, euforísticos o dinámicos han conocido accidentalmente o buscado voluntariamente; apetencia que se ve convertida en hábito tiránico y comporta, casi inevitablemente, un aumento progresivo de la dosis.

La LEY 1340/88 "QUE MODIFICA Y ACTUALIZA LA LEY No. 357/72. QUE REPRIME EL TRÁFICO ILÍCITO DE ESTUPEFACIENTES Y DROGAS PELIGROSAS Y OTROS DELITOS AFINES Y ESTABLECE MEDIDAS DE PREVENCIÓN Y RECUPERACIÓN DE FARMACODEPENDIENTES" en su CAPÍTULO I - DISPOSICIONES GENERALES: Art. 1o. - Esta Ley considera sustancias estupefacientes y drogas peligrosas a: a) Las incluidas en la lista anexa a la Convención Única sobre Estupefacientes y al Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas, ratificados por las Leyes Nos. 338 y 339 del 17 de diciembre de 1971. b) Todas aquellas de origen natural o sintético que pueden producir estados de dependencia, estimulación o depresión del sistema nervioso central o que tengan como resultado alucinaciones, trastornos de la función motora y sensorial y modificar el comportamiento, la percepción o el estado de ánimo, o cuyo consumo pueda producir efectos análogos a los de cualquiera de las sustancias indicadas en el inciso a) de este artículo. c) Las sales, preparaciones y especialidades farmacéuticas o cualquier producto empleable en su elaboración, transformación o industrialización. Las sustancias y drogas mencionadas en los incisos b) y c) deberán ser establecidas por Decreto del Poder Ejecutivo originado en el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, conforme a un listado que deberá ser actualizado en el mes de diciembre de cada año e identificadas por el nombre genérico adoptado por a la Organización Mundial de la Salud, sin perjuicio de que dicha actualización sea efectuada en cualquier momento que sea necesaria.

La Organización Mundial de la Salud en el año 1965 sugirió reemplazar las denominaciones "adicción" y "hábito", por "dependencia respecto a las drogas". No obstante, se continúa utilizando la palabra "hábito" para clasificar los efectos de aquellas drogas que provocan sólo dependencia psíquica, y el término "adicción" para las que generan dependencia física.

El Comité de Expertos de la Organización Mundial de la Salud, dice: "...dependencia respecto a las drogas es el estado que resulta de la absorción de una droga, repetida periódicamente o continuamente".

17.1. Clasificación de los estupefacientes, propuesta en 1928 por Ludwing Levin quién dividió a estas sustancias en cinco grupos.

a) Euphorica.- Comprende los venenos sedativos del espíritu, tales como el opio y sus derivados: morfina, heroína, codeína, dionina. Dicho autor incluye en este grupo la cocaína, sobre la cual haremos luego una pequeña consideración.

b) Phantástica.- Comprende los venenos alucinatorios de los sentidos: LSD, mescalina ( de ciertos cactus alucinógenos), psilocibina (de ciertos hongos alucinatorios) y, aunque ciertos permisionistas opinen lo contrario, la marihuana.

c) Inebrantia.- Se incluyen en este grupo los venenos embriagadores, como el alcohol y el éter, debiéndose incluir también los inhalantes, lamentablemente difundidos hoy entre los adolescentes (nafta, ésteres, hidrocarburos aromáticos, etcétera)

d) Hipnótica.- Comprende las sustancias narcóticas como los barbitúricos, benzodiacepinas, fenotiacinas, metaqualona, mazindol.

e) Exitantias.- Sustancias estimulantes del psiquismo, tales como la cocaína, las anfetaminas y el cath y, en menor grado, la cafeína y el tabaco.

4. EMBRIAGUEZ ALCOHÓLICA

5. 17.2. Dependencia. Tipos

Los grupos de estupefacientes que establece Levin se diferencian puramente en los efectos fisiológicos que producen sobre el adicto, lo cual no es, en absoluto, terminante. Caso clásico lo constituye la cocaína, incluida por dicho autor en el grupo "euphorica". Durante la llamada "borrachera cocaínica" se producen, en el adicto agudo, tres fases, que corresponderían a tres grupos distintos de la clasificación enunciada.

Como ya hemos dicho, la Organización Mundial de la Salud sugiere reemplazar el término toxicomanía por dependencia, que sería más apropiado de acuerdo con los conceptos que luego enunciaremos. Dicha organización establece siete tipos de dependencia, que son las siguientes:

o Dependencia morfínica;

o Dependencia cocaínica;

o Dependencia cannábica;

o Dependencia barbitúrica;

o Dependencia anfetamínica;

o Dependencia alucinógena;

o Dependencia alcohólica.

A continuación se describirán brevemente las características más salientes de cada una de dichas dependencias.

a) Dependencia morfínica.- Se llama comúnmente "adormidera" una variedad de amapola ordinaria del Asia Menor. Su nombre botánico es Papaver Somniferum, y de sus cápsulas (frutos) se extrae, mediante una adecuada incisión, un látex que, por oxidación al aire adquiere un color pardo oscuro: es el opio, producto rico en ciertos alcaloides provistos de potente acción farmacológica: morfina, papaverina, codeína y tebanía. Del opio se obtiene la morfina, polvo blanco cristalino, que mediante un proceso químico relativamente sencillo se transforma en heroína (diacetil morfina)

Cada planta de amapola rinde unos cinco gramos de opio bruto, que contiene alrededor del 10% de la morfina.

Tanto la morfina como la heroína son utilizadas por los adictos por vía endovenosa, mediante la autoinyección. Ambos alcaloides producen efectos hipnóticos y analgésicos de gran intensidad. Engendran verdadera dependencia física, con un dramático síndrome de abstinencia (en ese estado el adicto es capaz de realizar cualquier delito para lograr la droga)

La codeína es otro alcaloide del opio, también capaz de engendrar dependencia, aunque en menor gravedad. Los adictos la utilizan como droga supletoria, ingiriendo comprimidos de medicamentos y jarabes antitusígenos de fabricación comercial, en grandes cantidades (decenas de comprimidos, varios frascos de jarabe)

b) Dependencia cocaínica.- La cocaína es un alcaloide que se extrae de las hojas de un arbusto ordinario de América del Sur, el Erythoroxylon Coca. Desde tiempo inmemorial, los indígenas de extensas zonas de Bolivia y Perú mascan las hojas del arbusto, práctica denominada "coqueo", a fin de aumentar su resistencia a la fatiga, el hambre y la sed. Las hojas contienen alrededor del 1% de un alcaloide denominado cocaína, que transformado en clorhidrato por aspiración del producto tal cual, que constituye un polvo blanco cristalino, el cual se absorbe a través de la mucosa nasal, pasando rápidamente a la sangre (cocainomanía), y de ahí al sistema nervioso central.

La facilidad de la disolución del clorhidrato en agua contribuye al uso de esta droga por vía inyectable, con frecuentes accidentes tóxicos, y aún fatales, por sobredosis.

En los últimos tiempos se ha difundido el fumado del alcaloide en su forma básica, es decir, no salificado como clorhidrato, mezclado con tabaco o marihuana, modalidad llamada "crak". El alcaloide es absorbido en este caso por vía pulmonar, llegando al cerebro en contados segundos y produciendo un intenso y súbito "rush", una enorme euforia, que dura varios minutos para pasar luego a una muy desagradablemente depresión, lo que lleva al adicto a volver a fumar; de esta manera se suceden euforias y depresiones, lo que puede conducir al sujeto al paro cardiorrespiratorio fatal. Tradicionalmente se consideró que la cocaína no producía dependencia física. Con la aparición del "crack" esta afirmación se desvanece: un adicto a la cocaína, que utiliza tal forma de consumo, no deja de fumar mientras disponga de droga, o de los medios para conseguirla. La demanda psíquica es de una violencia tal que el sujeto constituye un serio peligro para el personal médico y de seguridad.

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