La Universidad Necesaria

"La universidad es un ente vivo. Está enclavada en la historia como respuesta a las necesidades del desarrollo en un pueblo y se va haciendo con la historia de ese pueblo... constituye una comunidad autentica, orgánica y dinámica en la que todos sus miembros participen de un conjunto vivo".

Tünnermann, 2003.

Para saber, cual es la Universidad que se necesita, es significativo tener vigente que las universidades del presente son fruto de su evolución histórica y al igual que la sociedad, estás cambian y se transforman. La Universidad ha pasado del conocimiento como contemplación, al conocimiento como praxis, donde se necesita saber, sí; pero un saber que sea útil, donde el valor del complemento se pueda demostrar, lo cierto es que la naturaleza de la Universidad no puede sólo privilegiar el carácter tecnológico y tecnocrático de sus funciones, sino debe ser el lugar idóneo para la investigación, el cuestionamiento colectivo y la conciencia crítica.

Ante la globalización, que comprende no sólo los aspectos políticos, económicos y de mercado, sino también los educativos y culturales, la Universidad debe transformarse fortaleciendo los valores culturales y la identidad nacional, forjando programas, con plena conciencia de lo que significa la supervivencia del propio perfil como nación, donde se reivindica la cultura y valores de profundidad, en la libertad, en la verdad, en la justicia, en la tolerancia y en el respeto al ambiente.

Ahora bien la Universidad que necesitamos desde la perspectiva de una nueva geometría del poder construida en los principios de inclusión, participación y soberanía, que exige el modelo universitario en el momento histórico actual para la transición al socialismo, que permitirá la transformación para el desarrollo sustentable considera, el aprovechamiento de las potencialidades dentro del territorio, identificando las necesidades sociales, las capacidades humanas, al igual que las científico y tecnológicas, es la puesta en marcha de una nueva misión y visión, de nuevos fines y objetivos, nuevos perfiles, en fin, de un nuevo currículo para la educación universitaria venezolana.

El gran desafío no es sólo que todos tengan acceso a la educación, sino que se preparen de una manera diferente, donde la disminución de las desigualdades invite a la reeducación de la humanidad, la educación debe favorecer al nuevo tratamiento de las cuestiones económicas, culturales, sociales, éticas e internacionales, así como el respeto por el ser humano; la Universidad que necesitamos exige poner atención al desarrollo sustentable y a usar sabiamente las nuevas tecnologías y los medios modernos de comunicación, así como diseñar una política organizacional para el uso de ellas, que promueva un cambio de actitudes, aptitudes y hábitos de trabajo con la necesaria adecuación de las estructuras académicas administrativas, y de su funcionamiento.

Además, la ciencia debe estar orientada principalmente a dar respuestas y explicaciones a los procesos de conflicto y cambio que sacuden a la sociedad. Los investigadores deben cumplir la función de clarificar a la sociedad sobre los procesos económicos, políticos y socioculturales que han permitido, que la dependencia y subdesarrollo se prolonguen por décadas y siglos, a fin de facilitar su comprensión y profundizar en la determinación de nuevos rumbos para la transformación y la construcción del socialismo del siglo XXI, como un proceso fundamental de la República Bolivariana de Venezuela, que comprende inevitablemente una redefinición teórica y práctica de la forma de construir y transmitir el conocimiento científico.

Asimismo, el modelo de desarrollo endógeno, el enfrentamiento con la principal potencia imperialista, la promoción de instituciones como el ALBA, el Banco del Sur, los procesos de integración y desarrollo económico, la democracia participativa como superadora de la democracia representativa liberal, el objetivo de cambiar las relaciones capitalistas de producción, a favor del cooperativismo y la autogestión son aspectos trascendentales del plan de desarrollo nacional, que deben ser incorporados como ejes transversales de todo el currículo de la Educación Universitaria en Venezuela, si esto no se declara en el sistema educativo, difícilmente se podrá transitar por el camino de la construcción del socialismo.

Por esta razón, el currículo debe estar tutelado bajo una concepción humanista, con pertinencia social, cultural, con primacía de los valores de uso, donde la economía, la ciencia y la tecnología estén al servicio de los seres humanos, la tecnología debe generar empleo, que no depreda al ambiente, adaptada a las necesidades reales de las comunidades.

La Universidad debe, superar las prácticas educativas tradicionales, memorísticas y repetitivas, desarrollando métodos y estrategias didácticas no estandarizadas y producir recursos para el aprendizaje flexible y contextual, en las que se incluya una reflexión crítica sobre los sistemas de evaluación aplicados por los docentes y la evaluación de la actividad profesoral, sin dejar de ser democrática y respetuosa de la diversidad epistémica, que permita introducir un espíritu de trabajo y un mecanismo de crecimiento personal y colectivo.

Por otra parte, la extensión universitaria debe construir relaciones sólidas entre la universidad y la comunidad, impulsando propuestas en áreas de interés social, como salud, educación, vivienda, servicios públicos, en conjunto con las organizaciones sociales de los consejos comunales, sindicatos, cooperativas, que este más próxima a la realidad social, por principio tiene que ejercerse interdisciplinariamente, pues es la única manera de acercarse a la realidad.

En conclusión, la Universidad que necesitamos, es la Universidad que queremos, es la Universidad necesaria, que debe ser un espacio donde se conceptúe, transforme y se desarrolle el conocimiento, que produzca nuevas ideas y fragmente los viejos paradigmas, como parte de la gestión intelectual, donde la teoría y la práctica se articulen, la universidad debe, socializar el conocimiento para que el pueblo se apropie de él. La Universidad debe enfocar su mirada sobre el problema social y los modos de producción, tocando hasta lo más profundo de sus raíces y presentando opciones que vinculen a la universidad con la sociedad.

De ahí que, el humanismo, debe ser su bandera para fortalecer el espíritu, la recreación, los valores y la belleza estética de lo académico. Por consiguiente, la inconformidad con dialéctica, debe predominar en sus debates y diálogos para ser capaz de fomentar una comunidad en constante debate de ideas y pensamientos para transformar, donde todos participen, obreros, estudiantes,

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