La ciencia y etica
alonsopdEnsayo12 de Noviembre de 2015
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La ciencia no tienen nada que decir sobre los valores y la ética contiene verdades que no pueden ser aprobadas o refutadas por la ciencia.
Tradicionalmente, el estudio de la ética consiste en dos partes: una concierne a las reglas morales, y la otra lo que es bueno por sí mismo.
Reglas morales como la prohibición social sobreviven a la decadencia de los sistemas teológicos primitivos. Cuando los hombres se hacen más reflexivos hay una tendencia a acentuar menos las reglas y más en los estados espíritu. Esto proviene de dos fuentes la filosofía y la religión mística.
Una de las maneras de eludir la necesidad de apelar a las reglas externas de conducta ha sido la creencia en la conciencia, especialmente importante en la ética protestante. Se ha supuesto que Dios revela a cada corazón humano lo que es correcto y lo que es malo. Sin embargo, hay dos dificultades en esta teoría: primero, que la conciencia dice cosas diferentes a diferentes hombres; segundo, que el estudio del inconsciente nos ha dado a una comprensión de las causas demasiado humanos de los sentimientos conscientes.
La conciencia es un producto de la educación, y puede ser ejercitada para que apruebe o repruebe, en la gran mayoría de la humanidad, lo que los educadores consideran conveniente. Los filósofos han llegado a una posición en la que las reglas morales de conducta ocupan un lugar subordinado.
La felicidad es preferible a la infelicidad, la amistad a la enemistad, y así sucesivamente. Las reglas morales, de acuerdo a una opinión, se justifican si promueven la existencia de lo que es bueno por sí mismo, pero no de otra manera.
Se tienen tres diferentes sentidos en que un acto puede ser éticamente recomendable:
1. Puede ser lo de acuerdo con el código moral aceptado.
2. Puede ser sinceramente intentado para producir buenos efectos.
3. Puede de hecho tener buenos efectos.
Cuando tratamos de definir lo que significamos al decir que esto o aquello es el bien, nos vemos envueltos en muy grandes dificultades. La creencia de Bentham de que el placer es el bien despertó una oposición furiosa, y se dijo que era una filosofía de cerdos.
Cuestiones como los valores se encuentran fuera del dominio de la ciencia, como los defensores de la religión lo aseguran enfáticamente. Por lo pronto, es obvio que toda idea de lo bueno y lo malo tiene alguna conexión con el deseo. Lo que deseamos todos es bueno y lo que todos tenemos es malo.
La ética es un intento de escapar a esta subjetividad. Así, la ética está estrechamente relacionada con la política: es un intento de imponer los deseos colectivos de un grupo a los individuos; o, es el intento de un individuo para hacer que sus deseos se conviertan en los de su grupo.
La ética es un intento de prestar significación universal, y no meramente personal, a ciertos deseos nuestros.
La destreza del predicador consiste en crear en los otros emociones semejantes a las suyas, o diferentes como si es un hipócrita.
La ética no contiene afirmaciones, ya sean verdaderas o falsas, sino que consiste en deseos de cierta clase general, a saber: aquellos que conciernen a los deseos de la humanidad en general. La ciencia puede examinar las causas de los deseos y los medios de realizarla, pero no puede contener ninguna sentencia ética genuina, porque se ocupa de lo que es verdadero o falso.
Puesto que no hay aún manera de imaginar como decidir una diferencia de valores, la conclusión forzosa es que la diferencia es de gusto, no respecto a ninguna verdad.
Los que creen en los valores objetivos alegan a menudo que la opinión por la que he estado abogando acarrea consecuencias inmorales objetiva.
Puedes decir no se que el deseo es el deseo del ser bueno, en un sentido que ya no admito. Pero cuando analizamos el deseo de ser bueno, generalmente se resuelve en el deseo de ser aprobado o como alternativa en mente, de actuar de manera de traer ciertas consecuencias generales que deseamos.
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