La educación es la única posibilidad de una revolución

                           “La educación es la única posibilidad de una revolución sin sangre”

                                                                 -Fernando Savater-

Distinguidas autoridades educativas que nos honran con su presencia, respetables invitados de honor, señores padres de familia y alumnos graduados, tengan todos ustedes muy buenos días y bienvenidos.

En el transcurso de la vida son diversas las etapas que culminamos, cada ascenso al peldaño, a la escalera de la vida es un paso seguro, no puedo negar que siento vértigo y una extraña sensación sublime por saber qué es lo que pasara en el mañana y puedo asegurar que la mayoría sienten lo mismo, sienten emoción y felicidad por haber culminado otra etapa más y al mismo tiempo sé que sienten tristeza por saber que estamos creciendo.

Aún recuerdo cuando llegamos por primera vez a esta institución, justo a este auditorio, realizamos los actos cívicos de cada inicio de ciclo escolar, se presentaban los nuevos maestros para nosotros, los de 2do y 3ro gritaban con una chispa tan grande que se hacia la piel chinita, y nosotros estábamos ansiosos por saber en qué grupo estaríamos. Caras nuevas y unas cuantas conocidas de la secundaria, ilusiones, sueños, miedos y alegrías se podían ver al pisar nuestro nuevo salón. En los primeros días fue muy pesado acostumbrarnos a lo nuevo. Todo empezó a cambiar con aquellas risas tan profundas y sonrisas grandes, con las ideas distintas, con aquellos amores platónicos y los que se cumplieron, con cada problema nuevo donde no veías solución, pero al final lo terminabas afrontando con la frente en alto.

Aquí fue donde formamos una nueva familia, personas que tocaron nuestro corazón, y no solo se convirtieron en nuestros amigos sino en nuestros hermanos, esas personas que siempre estuvieron para nosotros, cuando más lo necesitábamos, con las que pasamos los mejores momentos de luchas continuas y con aquellos ataques de risa que consiguen dejarte sin aire, los que nos ayudaron en un trabajo o simplemente nos escucharon ante un problema. Nos hemos apoyado en las flaquezas y fortalezas de los otros. Algunos se quedaron a mitad de camino por circunstancias adversas y en la tristeza, también vimos partir de esta vida a algunos compañeros.

Recuerdo a Eduardo Galeano que un día escribió: somos un mar de fueguitos, cada persona brilla con luz propia entre toda la demás, “No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende". Querida escuela, nos llevamos ese fuego que aquí encontramos, intenso, apasionado, lleno de actitud positiva, para encender y entender a los demás. Resaltando ante todo el prestigio que nos llevamos al haber estudiado en la Escuela Preparatoria Oficial más importante de las más de 100 que se encuentran en ésta la región.

...