La importancia de los profesores

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¿Qué esperas tú? Cambios trascendentes.

Índice.[pic 3]

1. Introducción (pág. 3).        

1. Desarrollo (pág. 4-6).

1. Conclusión (pág. 7).

Introducción.

Lo que nosotros pensamos al momento de elegir nuestro futuro, sobretodo el profesional, no es ni siquiera similar a lo que pensamos en el transcurso de esta metamorfosis, de un estudiante que sólo sabe que el futuro se compone de lo que le sucederá el día siguiente a otro que comprende mejor que cada paso que da puede influir tanto mañana, como el mes siguiente, como el año siguiente. Las visiones se tornan más claras, se adquieren conocimientos que hace un par de años, cuando uno era un par de centímetros más pequeño, eran ignoradas casi en su totalidad.

¿Cómo se relacionan dichas visiones? ¿Qué importancia tiene ver el futuro de uno mismo a través de los ojos de lo que uno quiere y lo que uno será de manera estricta? Es lo que pienso retratar en este ensayo, que según su servidor es más que eso, es contar detalles de lo que pensé acerca de mi futuro como docente antes de entrar a la carrera (cambiarme a la carrera mejor dicho) y lo que pienso actualmente, que con la ayuda de mis profesores, forjé con una mirada totalmente distinta.

Desarrollo.

        Aquel que lea este ensayo podrá preguntarse “¿por qué se hace tanto hincapié  en las diferencias que puedan tener ambas visiones?”, la respuesta es bastante clara y la explicaré con un simple ejemplo: Consideremos la vida de Thomas Alexander Luksic Pérez, un estudiante de 4to Medio de un colegio común y corriente, ambientado socioeconómicamente en la clase media (insisto, es sólo un ejemplo). El señor Thomas quiere ser ingeniero cuando grande, pero hay un pero muy grande: el porqué. Si tú le preguntas a Thomas porqué rayos quiere ser ingeniero, lo más probable es que te responda “por plata”. Obviamente lo que sabe don Thomas Luksic Pérez de lo que significa ser ingeniero equivale en cantidad al coeficiente intelectual de un maní.

        A lo que quiero llegar con esto es que la visión que tiene cada uno al salir del colegio es demasiado simple, es un dibujo de un niño de Kinder promedio comparado a la obra de arte al estilo Pablo Picasso que significa el futuro. Nosotros a esas alturas rara vez sabemos qué queremos o lo que queremos hacer por el resto de nuestras vidas, últimamente sólo sabemos qué necesitamos para sobrevivir durante todos esos años, hablo de dinero, comida, agua, necesidades fundamentales en general.

        Personalmente hablando, debo decir que lo que sucedió con el señor Luksic Pérez fue algo no tan alejado lo que me sucedió a mí al momento de elegir mi futuro, si, así es, yo quise ser ingeniero para vivir con todas las comodidades habidas y por haber. Claro, los ingenieros ganan mucho dinero y pueden darse los lujos que algunos merecen más que ellos, como lo son las personas que tomaron el disco de mi gramófono (vitrola para el habla más coloquial) y lo dieron vuelta, provocando en mi mente un cambio radical que hasta el día de hoy me alegro haber experimentado.

        ¿Bomberos? Sí, lo merecen, pero no, no fueron ellos. ¿Carabineros? Menos (exigir licencia de conducir a un skater es algo que es igual de cuestionable que llevar preso a un niño pequeño por pisar una hormiga argumentando maltrato animal). La respuesta es obvia, al menos para mí: Los profesores. Aquellos que educan a la gente para que forme parte de los andamios de la sociedad, aquellos que forjan las armas de los guerreros que luchan contra la vida misma. Pueden decir que abuso de la exageración, pero no es así. Si nos ponemos a pensar, es la pura y santa verdad: Sin profesores, no hay profesionales, y sin profesionales… ¿qué sería de la sociedad?

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