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Las Coeforas


Enviado por   •  26 de Marzo de 2015  •  1.956 Palabras (8 Páginas)  •  180 Visitas

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Notas sobre Aristóteles y Esquilo

Submitted by admin on Wed, 03/12/2008 - 00:04

A. Explique y comente las razones que llevan a Aristóteles a considerar que la sabiduría práctica no puede ser concebida como epistéme. Señale en qué medida estas consideraciones suponen una toma de distancia respecto del proyecto platónico de una ética intelectualista.

Respuesta.

Epistéme para Aristóteles es el conocimiento de las naturalezas esenciales captadas por medio de verdades universales y necesarias, lógicamente deducibles de ciertos principios filosóficos, y en ese sentido sin consecuencias directas con los asuntos humanos y con la sabiduría practica.

Como las ciencias médicas, la sabiduría práctica (el logos ético) se ocupa de particulares y solo la experiencia permite captarlos adecuadamente. Para Aristóteles, hay diversas formas de indagación en las ciencias, en algunas como la astronomía y la geometría solo se busca el conocimiento y la comprensión, en otras, en cambio, su naturaleza práctica es más importante que el conocimiento obtenido, tal es el caso, de la política (ethos).

La ética es importante por su contribución concreta a la mejora de la vida humana. En el caso de las otras ciencias, su aporte no tiene un impacto directo sobre nuestras valoraciones acerca de la vida o la forma como decidimos. No necesitamos ser buenos matemáticos para llevar una vida buena. Ni necesitamos definir con precisión que es la vida buena para vivirla. Sin embargo, este aparente carácter instrumental de la ética necesita una reflexión que la ponga en un horizonte de verdad, que pregunte en que consiste, para lograr la clarificación individual de los fines y el acuerdo colectivo sobre ellos.

Aristóteles no quiere decir que las ciencias prácticas no deban adquirir conocimiento ni que las ciencias de la naturaleza no puedan tener aplicaciones prácticas. Lo que quiere precisar es que debemos tener muy claro el objetivo de una disciplina. La ética indagará en la forma, el contenido y la intención de la conducta humana y sus fines buscando poner en escena los conflictos humanos para responder de manera tentativa a las diversas situaciones personales y colectivas. El ejercicio de las virtudes -modo de ser selectivo determinado por la recta razón- es aquello que elegiría el hombre prudente para lograr la eudaimonía. Se basa en la sensibilidad deliberativa y se concretará en la ley.

Sócrates por otro lado creía que todas las virtudes eran formas de conocimiento, de tal manera –por ejemplo- que seriamos justos si conociéramos lo que es la justicia, igualando virtud y conocimiento. Para él, la causa que los hombres obren mal reside en un error intelectual (“se yerra involuntariamente”) y no en una debilidad moral como en el caso de Aristóteles. Por ese motivo, realiza una indagación conceptual para clarificar las virtudes morales. Sin embargo, más que respuestas, formula excelentes preguntas que desnudan la fragilidad de nuestras convicciones morales.

Platón en cambio –al parecer- desde una perspectiva histórica logra comprender que los conceptos morales sólo me son comprensibles sobre el fondo de un determinado orden social –por ejemplo, las virtudes de los mitos homéricos- y los inscribe en una justificación en función de un orden cósmico. Platón supone que deben existir normas objetivas para el lenguaje ético (el uso de los predicados de los conceptos morales) y observó que su uso alude a objetos que no deberán pertenecer al mundo cambiante y múltiple de los sentidos sino a otro mundo inmutable (el mundo de las ideas) que solo puede ser captado por el intelecto a través de la reflexión. A estos objetos los llamó Formas y dedujo que los objetos de la percepción sensible tienen sus características por imitación de éstas. Entonces se trata de que solo podemos comprender lo que son la bondad, la justicia y las demás virtudes si llegamos a conocer las Formas. Platón supera a Sócrates en profundidad pero no puede superar la herencia de que sólo la posesión del conocimiento es garantía de virtud. Aristóteles en cambio advertirá que el lenguaje ético responde más criterios prácticos que a un saber teórico.

La ética intelectualista de Platón consistirá pues en llegar a entrar en contacto con las Formas a través de un proceso de demostración racional. Aristóteles toma distancia de este enfoque debido a las dificultades prácticas que presenta. Está seguro que no solo tenemos que comprender las interrelaciones lógicas de los conceptos y otros elementos similares sino también la finalidad y el propósito a que obedecen. No se puede confundir entre el tipo de justificación que tiene lugar en las ciencias de la naturaleza como la geometría y el que se presenta en asuntos relacionados con la conducta.

Hay otra dificultad práctica, según Platón el conocimiento de las formas solo es accesible a unos pocos y solos a aquellos que se han preparado gracias a la educación que han recibido o bien nacieron con una especial una inclinación filosófica. Si fuese así, entonces solo una minoría sería capaz de este conocimiento y por lo tanto la mayoría tendría que aceptar los conceptos por persuasión o por la fuerza. Esta situación sería insostenible.

Aristóteles está seguro que si “existe algún ser unitario que es el bien y es predicado de cosas diferentes en virtud de que ellos participan de algo o existe en si mismo en forma separada, evidentemente no seria algo que el hombre habría de alcanzar o realizar, sino precisamente a aquello que estamos buscando en su momento”. De esta forma, toma distancia de la noción singular y unitaria de lo bueno expresado en la Forma de Bien que sostiene Platón. Para Aristóteles usamos la palabra Bien en diversas categorías: sujetos, modos de sujetos, tiempo, cantidad, disciplina, aspecto de la vida, uso de bien y bien buscado. La multiplicidad de lo bueno no puede ser identificada con una Forma pues hace imposible

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