Las Esculelas Filosóficas Del Derecho
cerezocarolina2 de Septiembre de 2014
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LAS ESCUELAS FILOSÓFICAS DEL DERECHO
EN EL SIGLO XX
EL MARCO HISTÓRICO CULTURAL.-
Las escuelas filosóficas del siglo XX son el resultado de cinco acontecimientos que marcaron con indelebles señales el siglo que concluye. Estos grandes fenómenos y acontecimientos fueron los siguientes:
1. El imperialismo.-
Se define como una doctrina, conducta, tendencia o sistema político, que conduce al dominio de un estado sobre otros, mediante empleo de la fuerza militar, económica o política. También se lo denomina como: el periodo que va de 1871 a 1919, en que se produjo una verdadera carrera para construir imperios coloniales, principalmente con el llamado reparto de África. Desde 1870 –aproximadamente- hasta 1919 (tras el fin de la Primera Guerra Mundial) se da lo que algunos historiadores han llamado la “Era del Imperialismo”. Este período está caracterizado por una intensa expansión colonial en la que los países más poderosos salen a dominar territorialmente enormes regiones dando origen a grandes imperios coloniales. El imperialismo intenta justificarse por diversas causas: desde demográficas (la intención de incrementar la superficie de la nación) hasta económicas (para satisfacer las necesidades propias), pasando por motivos propios de la ciencia (como el deseo de investigar en otros territorios). Sin olvidar tampoco que existen otras causas de gran importancia como pueden ser las técnico-políticas y las estratégicas. Es decir, el imperialismo se fue desarrollando y extendiendo también porque los gobernantes necesitan nuevos territorios para olvidar la pérdida de otros, para contar con puntos estratégicos en sus rutas comerciales y también para poseer enclaves que les sirvieran para desarrollar una importante defensa desde un punto de vista militar. Las consecuencias más importantes del fenómeno que nos ocupa hay que destacar la pérdida de valores tradicionales culturales, un proceso de proletarización en la sociedad de los territorios conquistados o la destrucción de ecosistemas naturales.
El desarrollo del capitalismo en los países más beneficiados con el sistema los había convertido en imperios que se disputaban todas las zonas de materias primas. En el mundo se cernía la amenaza de grandes guerras mundiales y el hombre inerme del siglo XX era incapaz de detenerlas: surge la filosofía existencialista.
2. El surgimiento del pensamiento marxista.-
La aparición en el último cuarto del siglo XIX, de una corriente del pensamiento, científico filosófico, conocido con el norme de “marxismo” y que puso en discusión y crítica todo el pensamiento filosófico anterior que explicó el problema del imperialismo como fuente generadora de guerras regionales y mundiales y la única posibilidad del hombre para detenerlas era la revolución social y la nueva concepción del derecho. El marxismo se define como: el conjunto de doctrinas políticas y filosóficas derivadas de la obra de Karl Marx, filósofo, economista, periodista y revolucionario alemán de origen judío, quien contribuyó en campos como la sociología, la economía, el derecho y la historia. Como filosofía, el marxismo es una doctrina realista, pues considera que existe una realidad objetiva fuera de la mente; naturalista, ya que explica el desarrollo del hombre y de la sociedad mediante las leyes de la naturaleza; historicista, pues pretende establecer leyes universales del desarrollo histórico; y cientificista, ya que considera que el único conocimiento válido es el que proviene de las ciencias positivas. Como doctrina socio-política se caracteriza por ser una crítica del capitalismo; por defender como método de análisis de las sociedades el materialismo histórico; por ofrecer una teoría de la historia centrada en la lucha de clases (patricios y plebeyos, señores y siervos, burgueses y proletarios); por aportar una teoría para la práctica de la revolución, en la que se explica la necesidad y las formas de sustituir el capitalismo por el socialismo; y por diseñar una futura sociedad ideal, el comunismo, en la que habrán desaparecido las clases sociales y el Estado. Karl Marx afirmaba que la riqueza sólo es fruto del trabajo; el capital carece de valor y los obreros no deben estar retribuidos con salarios, sino percibir los beneficios de su esfuerzo.
Karl Marx: Pensador socialista y activista revolucionario de origen alemán (Tréveris, Prusia occidental, 1818 - Londres, 1883). Karl Marx procedía de una familia judía de clase media (su padre era un abogado convertido recientemente al luteranismo). Estudió en las universidades de Bonn, Berlín y Jena, doctorándose en Filosofía por esta última en 1841.
Desde esa época, el pensamiento de Marx quedaría asentado sobre la dialéctica de Hegel, si bien sustituyó el idealismo de éste por una concepción materialista, según la cual las fuerzas económicas constituyen la infraestructura que determina en última instancia los fenómenos «superestructurales» del orden social, político y cultural.
En 1843 se casó con Jenny von Westphalen, cuyo padre inició a Marx en el interés por las doctrinas racionalistas de la Revolución francesa y por los primeros pensadores socialistas. Convertido en un demócrata radical, Marx trabajó algún tiempo como profesor y periodista; pero sus ideas políticas le obligaron a dejar Alemania e instalarse en París (1843).
Por entonces estableció una duradera amistad con Friedrich Engels, que se plasmaría en la estrecha colaboración intelectual y política de ambos. Fue expulsado de Francia en 1845 y se refugió en Bruselas; por fin, tras una breve estancia en Colonia para apoyar las tendencias radicales presentes en la Revolución alemana de 1848, pasó a llevar una vida más estable en Londres, en donde desarrolló desde 1849 la mayor parte de su obra escrita. Su dedicación a la causa del socialismo le hizo sufrir grandes dificultades materiales, superadas gracias a la ayuda económica de Engels.
Marx partió de la crítica a los socialistas anteriores, a los que calificó de «utópicos», si bien tomó de ellos muchos elementos de su pensamiento (de autores como Saint-Simon, Owen o Fourier); tales pensadores se habían limitado a imaginar cómo podría ser la sociedad perfecta del futuro y a esperar que su implantación resultara del convencimiento general y del ejemplo de unas pocas comunidades modélicas.
Por el contrario, Marx y Engels pretendían hacer un «socialismo científico», basado en la crítica sistemática del orden establecido y el descubrimiento de las leyes objetivas que conducirían a su superación; la fuerza de la Revolución (y no el convencimiento pacífico ni las reformas graduales) serían la forma de acabar con la civilización burguesa.
En 1848, a petición de una Liga revolucionaria clandestina formada por emigrantes alemanes, Marx y Engels plasmaron tales ideas en el Manifiesto Comunista,un panfleto de retórica incendiaria situado en el contexto de las revoluciones europeas de 1848.
Posteriormente, durante su estancia en Inglaterra, Marx profundizó en el estudio de la economía política clásica y, apoyándose fundamentalmente en el modelo de David Ricardo, construyó su propia doctrina económica, que plasmó en El Capital; de esa obra monumental sólo llegó a publicar el primer volumen (1867), mientras que los dos restantes los editaría después de su muerte su amigo Engels, poniendo en orden los manuscritos preparados por Marx.
Partiendo de la doctrina clásica, según la cual sólo el trabajo humano produce valor, Marx denunció la explotación patente en la extracción de la plusvalía, es decir, la parte del trabajo no pagada al obrero y apropiada por el capitalista, de donde surge la acumulación del capital. Criticó hasta el extremo la esencia injusta, ilegítima y violenta del sistema económico capitalista, en el que veía la base de la dominación de clase que ejercía la burguesía.
Sin embargo, su análisis aseguraba que el capitalismo tenía carácter histórico, como cualquier otro sistema, y no respondía a un orden natural inmutable como habían pretendido los clásicos: igual que había surgido de un proceso histórico por el que sustituyó al feudalismo, el capitalismo estaba abocado a hundirse por sus propias contradicciones internas, dejando paso al socialismo. La tendencia inevitable al descenso de las tasas de ganancia se iría reflejando en crisis periódicas de intensidad creciente hasta llegar al virtual derrumbamiento de la sociedad burguesa; para entonces, la lógica del sistema habría polarizado a la sociedad en dos clases contrapuestas por intereses irreconciliables, de tal modo que las masas proletarizadas, conscientes de su explotación, acabarían protagonizando la Revolución que daría paso al socialismo.
En otras obras suyas, Marx completó esta base económica de su razonamiento con otras reflexiones de carácter histórico y político: precisó la lógica de lucha de clases que, en su opinión, subyace en toda la historia de la humanidad y que hace que ésta avance a saltos dialécticos, resultado del choque revolucionario entre explotadores y explotados, como trasunto de la contradicción inevitable entre el desarrollo de las fuerzas productivas y el encorsetamiento al que las someten las relaciones sociales de producción.
También indicó Marx el sentido de la Revolución socialista que esperaba, como emancipación definitiva y global del hombre (al abolir la propiedad privada de los medios de producción, que era la causa de la alienación de los trabajadores), completando la emancipación meramente jurídica y política realizada por la Revolución burguesa (que identificaba con el modelo francés); sobre esa base, apuntaba hacia un futuro socialista
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