Leyes Del Universo

La Ley de la Vibración

Todo en el universo vibra, todo está emitiendo constantemente energía. Y como discutimos antes, todo está en constante movimiento.

Has escuchado a alguien decir “esa persona tiene buena vibra” o “ese lugar me da mala vibra”, pues eso sucede cuando ha captado la energía que transmiten los demás. Esa vibración que transmitimos es fruto de nuestros sentimientos y emociones, por eso cuando captamos la vibración negativa de alguna persona -sin necesidad de leer sus pensamientos- sabemos que en su mente hay infelicidad e insatisfacción.

De igual manera, nuestros pensamientos los estamos constantemente enviando al exterior a través de vibraciones, como ondas cósmicas de energía que penetran el tiempo y el espacio.

Por ejemplo, si un ser querido está de compras en París mientras usted le piensa con insistencia, posiblemente él o ella sentirá lo que le transmite porque sus pensamientos viajarán rompiendo las barreras espaciotemporales.

El pensamiento es la vibración más potente que existe, es el preámbulo de todo lo que ha existido, existe y existirá.

Cuando pensamos y hablamos emitimos vibras, éstas al mismo tiempo atraen más situaciones o personas que estén emitiendo la misma vibra. Si cada vez que le pregunten cómo está, usted contesta “regular” o “mal, muy enfermo”, esa serán las vibras que estará emitiendo y por atracción hará que se le acerquen más personas negativas o situaciones que le hagan permanecer en un estado de enfermedad. De la misma manera si estamos felices y sonreímos transmitimos vibras de dicha y plenitud.

Utilice su cerebro como un instrumento para cambiar sus vibraciones, imagine que este órgano fuera una caja de cambios entonces elija el tipo de energía que quiera emitir. Cuando pensamos activamos células cerebrales que afectan el sistema nervioso y nos hacen vibrar, entonces llénese de pensamientos positivos para que sólo transmita y atraiga buenas vibras del Universo.

La Ley de la Polaridad

El planteamiento de esta ley se basa en que todo tiene un opuesto, por ejemplo: caliente/frío, arriba/abajo, bueno/malo, grande/pequeño, gordo/flaco, rico/pobre, masculino/ femenino. De igual manera podríamos decir que hay tres pies de distancia entre el piso y la mesa así como existe la misma distancia entre la mesa y el piso. Si usted considera una experiencia de su vida es mala, significa que es tan sólo un “poquito” buena, entonces trate de concentrarse en eso bueno que hubo en tal experiencia.

Tomando en cuenta que cuanto nos rodea tiene en sí dos polaridades es conveniente crear el hábito de inclinarnos siempre a ver el polo positivo y así usar esta ley a nuestro favor.

Cada situación es cómo es y usted lo inclina hacia el polo negativo o positivo. Nuestro problema es que estamos programados para ver todo positivo o negativo.

Utilicemos el ejemplo de dos negociantes quienes en medio de una crisis económica uno se queja de la mala situación y el otro usa su creatividad para sacar el mejor provecho, ambos están en la misma ciudad y se dedican al mismo ramo, sin embargo, quien percibe la crisis como algo totalmente malo está perdiendo, y quien considera que la crisis es un reto para demostrar que puede sacar su negocio adelante está ganando, todo depende de la percepción de cada uno.

Existe un pasaje en Tesalonicenses, Versículo 16 de la Biblia que dice: ‘Siempre regocíjate en el Señor’. No importa que circunstancias que vengan debemos mantener una sonrisa en nuestro rostro, nos deberíamos levantar todos los días muy felices independientemente de lo que nos esté sucediendo.

Ponga atención a una historia real de dos parejas jóvenes que estudiaban en la Universidad para recibir sus títulos de postgrado. Ambas parejas vivían en el mismo complejo de apartamentos y se hicieron buenos amigos, la diferencia era que a una de las parejas todo le salía siempre muy bien, vivían en el apartamento de la esquina el cual era más grande y más bonito que el de la otra pareja, mientras ellos tenían el apartamento completamente amoblado, la otra pareja tenía tan sólo una mesita, un pequeño televisor y una cama. La pareja afortunada vestía ropa nueva y de buena calidad, mientras que la otra pareja siempre vestía la misma ropa día tras día.

Cuando ambos caballeros postularon por el mismo empleo de asistente de profesor, el más afortunado lo consiguió y además recibió un automóvil nuevo como regalo de navidad de sus padres, mientras la pareja vecina tenía un pequeño carrito viejo y sin aire acondicionado, en el cual se movilizaban sudando. Todas esas circunstancias hicieron que el estudiante menos afortunado empezara a deprimirse, a sentirse mal y ver todo a su alrededor de una manera negativa.

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