Logica Dialectica
Siselis4 de Abril de 2014
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LOGICA DIALECTICA HEGEL Y MARX
HEGEL
La importancia de HEGEL (1770-1831) en la filosofía occidental es innegable. En esta parte se tratará de comprender su planteamiento con respecto a Kant.
Kant había sostenido que la metafísica es imposible como ciencia, que la mente humana no puede alcanzar el conocimiento teórico de toda la realidad. Esto significa en el lenguaje kantiano que el hombre solo puede conocer los fenómenos, la “cosa” como se nos aparece pero no lo nouménico, “la cosa en sí”. Desde este punto de vista los fenómenos son particulares y así los capta la mente del hombre, la totalidad no se puede conocer.
El movimiento del idealismo alemán del siglo XIX, formulado por Fichte (1762-1814), Schelling (1775- 1854) y Hegel, apareció poco después de la filosofía crítica de Kant. Kant significó una reacción contra las pretensiones de los racionalistas, quienes suponían que la razón podía penetrar los secretos de la realidad última inclusive lo metafísico. Este planteamiento condujo al racionalismo a discusiones sobre Dios, el alma, el bien, categorías muy importantes, seguramente, para los seres humanos pero no para fundamentar la ciencia moderna.
En contra de la propuesta racionalista, Kant plantea su concepción crítica de la filosofía que consiste en describir los límites más allá de los cuales la mente no puede avanzar. El argumento en el que basa su concepción propone que la mente está estructurada de tal modo que se ve impedida a llegar más allá del campo de la experiencia sensorial. Además nuestra interpretación del mundo está permanentemente fijada por las categorías que la mente impone a los objetos.
El resultado del método de Kant es que además del mundo de la experiencia, el de los fenómenos existe el mundo ”detrás” de los fenómenos, que él llama mundo nouménico. El aspecto nouménico de cualquier objeto es cuando no se imponen las categorías mentales. Es la cosa-en-sí, jamás podremos saber nada sobre la cosa -en-sí misma porque las categorías de la mente pueden aplicarse solo al mundo fenoménico y no a la cosa-en-sí misma ( Ding an Sich). Finalmente, producto de ésta argumentación, dado que para Kant, la realidad última era la cosa-en-sí misma, afirmar que no podemos tener conocimiento de ella significa que no podemos tener conocimiento de la realidad.
Esta contradicción en los razonamientos de Kant sobre la cosa-en-sí misma llevó a los idealistas alemanes -y especialmente Fichte a plantear: ¿cómo se puede afirmar algo sobre lo que no podemos saber nada? Si decimos que existe ¿acaso ya no estamos sabiendo algo? Además Kant afirmaba que la cosa -en-sí es la causa de toda sensación.
Respecto a la categoría causa-efecto, Kant, había afirmado con suficientes argumentos que no se podía utilizar para proporcionar conocimiento del mundo nouménico. Cuando Kant dice que la cosa -en-sí misma es la causa de nuestras sensaciones, está contradiciendo su propia regla que limita el uso de las categorías a los juicios sobre los objetos de la experiencia sensorial. Inclusive, afirmar que la cosa-en-sí misma existe es salirse de los límites impuestos por Kant al conocimiento, porque la existencia es una categoría aplicable solamente a los objetos que experimentamos por medio de nuestros sentidos.
El argumento más sólido de Kant en contra de los escolásticos era que dotaban erróneamente de existencia a supuestos seres y realidades fuera de la experiencia sensorial.
Con su planteamiento de la cosa - en-sí misma Kant demostraba haber conservado en su filosofía crítica lo que suponía haber eliminado. El concepto de la cosa-en-sí misma se derrumbó, porque infringía las propias reglas de Kant en cuanto a la limitación de las categorías de causa y existencia a los objetos de su experiencia sensorial.
Los pensadores de la filosofía clásica alemana (Fichte, Schelling, Hegel) avanzaron en la tesis opuesta, es decir, que todo lo que es, es cognoscible. Fichte pensaba que Kant había logrado verdaderos progresos en materia de filosofía y se propuso llevar adelante el método de Kant sin la cosa -en- sí misma incognoscible. En pocas palabras estos filósofos tomaron la teoría de Kant acerca de que -la mente impone sus categorías a la experiencia y las transformaron en las teorías de que todo objeto y en consecuencia, el universo entero, es un producto de la mente.
“TODO LO RACIONAL ES REAL Y TODO LO REAL ES RACIONAL”
Hegel estuvo de acuerdo con Fichte (1762-1814)y Schelling (1775-1854) en que no puede existir una cosa-en-sí misma incognoscible y, además, con Kant, que el saber es posible porque la mente misma produce las formas del conocimiento por medio de sus diferentes categorías.
Sin embargo, mientras Kant sostuvo que las categorías apriori reciben su material de lo dado por la experiencia, de una cosa-en-sí misma externa-,los idealistas sostienen que tanto el contenido como las formas del conocimiento deben ser producto de la mente. De éste modo llegan a la conclusión que todo objeto del conocimiento, incluso las cosas, son producto de la mente. Ello significaría, como afirma Hegel, que toda realidad es racional y que lo racional es real, y dado que no puede haber nada incognoscible, los idealistas alemanes confiaban en que les sería posible conocer los secretos de la realidad absoluta, la realidad como totalidad que debe ser alguna forma de racionalidad.
LA IDEA ABSOLUTA
Hegel piensa que se tiene experiencia de un mundo de cosas externas que se reconocen como existentes independientemente de nosotros y que no hemos creado. Si todos los objetos de nuestro entendimiento son productos de la mente pero no de nuestras mentes debe aceptarse que son producto de una inteligencia diferente de la de un individuo finito. Hegel llegó a la conclusión de que todos los objetos del conocimiento, y, por lo tanto, todos los objetos y el universo entero, son productos de un sujeto absoluto, una mente universal.
LA IDENTIDAD ENTRE EL SER Y EL PENSAR, PUNTO DE PARTIDA DE LA FILOSOFÍA HEGELIANA
Kant significó una reacción contra cierto tipo de racionalismo que suponía que la razón humana podía penetrar los secretos de la realidad última. En su texto “Crítica de la razón pura” plantea que el pensamiento del hombre tiene límites más allá de los cuales su mente no puede avanzar. Su concepción propone que la facultad de conocer del hombre está estructurada de tal modo que se ve impedida para llegar más allá del campo de la experiencia sensorial, el campo de los fenómenos o apariencias. Los objetos dados en la experiencia gracias al espacio-temporalidad, junto a las categorías apriori del entendimiento, posibilitan el conocimiento.
Su concepción plantea que además del mundo de la experiencia, del mundo de los fenómenos, existe el mundo de la “cosa en sí”, que llama mundo nouménico. De este mundo no podemos saber nada, porque las categorías de la mente solo pueden aplicarse al mundo fenoménico y no a la “cosa en sí misma”. Pero cuando Kant afirma que la realidad última era la “Ding an sich” afirmar que no se puede tener conocimiento de ella significa decir que no se puede tener conocimiento de la realidad.
Además, sostener que algo es incognoscible es contradictorio, porque una afirmación tal implica que ya sabemos que algo es y, con este alcance, es conocido. El concepto de la “cosa en sí” se derrumba bajo los ataques de Fichte, Schelling y Hegel, quienes afirman que todo lo que es es cognoscible.
EL PLANTEAMIENTO DE HEGEL
En la introducción a la “Fenomenología del espíritu” Hegel plantea que el conocimiento se ha tomado como un medio o como un instrumento para aprehender la realidad y que, en ambos casos, produce un efecto contrario al objetivo que se propone, es decir, el conocimiento de la verdad, el conocimiento de lo absoluto. “Y si el instrumento se limitara a acercar a nosotros lo absoluto como la vara con pegamento nos acerca el pájaro apresado, sin hacerlo cambiar en lo más mínimo, lo absoluto se burlaría de esta astucia, si es que ya en sí, y para sí, no estuviera y quisiera estar en nosotros; pues el conocimiento sería, en este caso en efecto una astucia, ya que con sus múltiples afanes aparentaría algo completamente diferente del simple producir la relación inmediata y, por tanto, carente de esfuerzo” 20.
Es importante tener en cuenta aquí la aseveración de que lo absoluto, (lo verdadero), está en nosotros. Hegel en la Fenomenología somete a juicio la certeza inmediata y a diferencia de Descartes, cuya duda se instaura como punto de partida que debe ser sobrepasado antes de comenzar toda filosofía, despliega la ciencia ante la conciencia como un camino de purificación de las certezas aparentes. Partiendo de lo inmediato sensible, el camino de la ciencia irá librando la conciencia de su unilateralidad, hasta llevarla a la unidad del sujeto y el objeto.
“Mientras que Descartes parte de la duda como método, la Fenomenología comienza por someter a juicio la certeza inmediata o de lo inmediato. Esto la lleva a una duda más radical; en cuanto que el proceso fenomenológico pasará revista a todas y cada una de las posibles posturas de la conciencia ante su objeto para descubrirlas, en su encadenamiento necesario, como etapas de una purificación que culmina en el verdadero saber. Si el filósofo francés considera la duda como condición previa al filosofar, Hegel en cambio presenta el camino de la duda como un filosofar en acto’’ 21.
A lo largo de la Fenomenología subsiste la diferencia entre el sujeto y el objeto. La superación de dicha diferencia la considera Hegel como una necesidad,
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