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Nicolas Maquiavelo

manemeno8 de Noviembre de 2012

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El escritor Nicolás Maquiavelo, lo dirige Lorenzo de Medicci, mediante el cual comienza diciendo que muchos de los que quieren dar un regalo al Príncipe siempre desean dar lo mejor de sus posesiones, tales como piedras preciosas, caballos, oro, es decir algo que sea digno del príncipe; y él solo tienen para ofrecerle como regalo su conocimiento que ha adquirido a través de los años y de la historia que ha leído, esperando le sea de utilidad al príncipe casi como una guía que debe de seguirse a efecto de poder gobernar bien un principado.

Principados

Menciona que existen diversas clases de principados tales como:

Principados hereditarios. Cuando la familia del que lo sostiene lo poseyó ya.

Principados nuevos. Nuevos en un todo, este tipo de principados están habituados a vivir bajo un príncipe nuevo o a ser libres, pueden ser adquiridos con las armas propias o las armas ajenas, o pueden ser adquiridos por la fortuna que se los proporciono o es deudor a ellos por su valor.

Principados mixtos. Principados nuevos añadidos al estado y hereditarios del príncipe que lo adquiere.

Principados hereditarios

Este principado es más fácil de conservarlos toda vez que hay que seguir a los lineamientos que su familia ha establecido ya; además para el caso de que sea perdido dicho principado, este es fácil de recuperar toda vez que el pueblo ha llegado a amar a esa familia y por lo tanto al príncipe, así también el paso del tiempo en este tipo de principados, ha hecho que el pueblo llegue a olvidar las ofensas y daños que les causo cuando este fue nuevo.

Principados mixtos

Aquí el principado es más difícil de mantenerlo, ya que el príncipe, tuvo la necesidad de levantarse en contra de su reinado y formar un nuevo principado, por lo tanto al obtener el principado, los príncipes tienen la necesidad de ofender a sus nuevos súbditos con las armas; por lo tanto tendrá como enemigos a los que se han ofendido a l ocupar el nuevo principado, y no se pueden conservar como amigos a los que te ayudaron a crear el nuevo principado toda vez que no podrás consentirlos en todas sus metas que ellos tenían en mente, por muy poderoso que sea el nuevo principado siempre tendrá necesidad del favor de aquellos que sometió.

Cuando se crea un nuevo principado de esta clase y se unen a un hereditario con la misma lengua y costumbres, hay gran facilidad para conservarlos, ya que solo se necesita extinguir la herencia del anterior principado y que el nuevo príncipe no altere sus leyes ni aumente los impuestos.

Cuando se adquiere un principado mixto con costumbres y lenguas diferentes, para poderlo conservar se requiere que el príncipe vaya a residir en el principado, ya que puede reprimir prontamente los desórdenes que puedan presentarse, y así los súbditos estarán contentos de poder acudir a un príncipe que se encuentra cerca de ellos, y así formar colonias que puedan controlar el nuevo principado; si en vez de colonias se utilizan tropas, no es conveniente toda vez que el gasto es mucho mayor para mantener a dichas tropas y en vez de ser algo productivo y obtener ganancias, se obtendrán pérdidas y por lo tanto el debilitamiento del principado.

Un principado puede ser regido por el príncipe y súbditos que son elegidos por el príncipe para ayudarle a gobernar a los cuales se les da un poder pero no superior a éste; o bien pude ser asistido por varones elegidos por la antigüedad de su familia, los cuales tienen preeminencias personales que el Rey no les puede retirar.

Principiados nuevos

Se deben de arruinarlo, ir a vivir a ellos o dejar a estos pueblos sus leyes obligándolos a pagará contribución anual y creando un tribunal de corto número que cuide de conservar a los fieles.

Una ciudad habituad a vivir libre se conserva fácilmente a través de sus propios ciudadanos.

No ha medio más seguro de conservar este tipo de principados que arruinándolos ya que si no se desunen y dispersaran a sus habitantes, no olvidaran nunca a sus estatutos y recurrirán a ellos.

Soberanía nueva que uno adquiere con sus propias armas y valor.

Estos son los principados nuevos en todo, hay más dificultad de conservarlos, y estos si no se adquieren a través de las armas, es más fácil de conservarlos, ya que cuando exista una ocasión propicia de perder sus armas su principados los perderá inmediatamente, y sus dificultades emanan del establecimiento de nuevos estatutos, este tipo de principados se encuentran con mayores retos y dificultades a su camino ya que siempre están en peligro.

Principados nuevos que se adquieren con armas ajenas y buena fortuna.

Estos llegan sin mucho trabajo, pero para conservarlo les es difícil, y cuando lo logran se les presentan muchos obstáculos, estos se adquieren comprándolos o haciéndolos dar por favor, estos principados no tienen más voluntad que las que les establecen aquellos que los exaltaron, estos no saben mantenerse en el principado y no cuenta con tropa alguna que le tenga fidelidad.

Estados que se forman repentinamente

Estos principados no se pueden mantener mucho tiempo, ya que los arruinara el primer choque de adversidad.

Principado por medio de maldad

De este tipo de principado hay dos formas de llegar a él, el primero cuando un particular asciende al principado a través de perversidades y delitos sin el apoyo de ningún otro principado y con su propio valor, y los medios con los que se puede adquirir éste tipo de principado son la matanza de sus conciudadanos, la traición de sus amigos, su absoluta falta de fe, de humanidad y de religión, pero no adquiere con ninguno de ellos alguna gloria.

Para poder conservar estos principados depende mucho de la forma en que se utilice la crueldad

Buen uso de la crueldad. Son los actos de crueldad que se ejercen de una vez únicamente por la necesidad de proveer a su seguridad sin continuarlo después y que al mismo tiempo trata uno de dirigirlos, cuando es posible, hace la mayor utilidad de los gobernados, cuando se abrazan a los principios divinos y humanos pueden remediar su situación.

Mal uso de la crueldad. Cuando son menos que los principios van siempre en aumento, y se multiplican de día en día en vez de disminuirse y ver su fin.

Es menester que el que obtenga un principado tienen que poner atención a los actos de rigor que le es preciso hacer, a ejercerlos todos de una sola vez, e inmediatamente al momento de tomar dicho principado.

Un Príncipe, ante todas las cosas, ante sus subordinados, debe de conducirse con seguridad, porque si no, no le queda tiempo para remediar el mal.

El otro es cuando se llega al principado a través de sus ciudadanos:

Principado civil

Es cuando los conciudadanos ayudan al particular a reinar en su patria, esta se da de dos formas: Cuando el pueblo no quiere ser gobernado y oprimido por los grandes. Cuando los grandes desean gobernar y oprimir a los ciudadanos.

Del choque de ambas inclinaciones, da como resultado una de estas tres cosas: El establecimiento del principado. En cuanto al principado se produce su establecimiento por el pueblo o por los grandes, cuando los magnates ven que ellos no pueden resistirse al pueblo, comienza formando una gran reputación de uno de ellos, hacerlo después príncipe, a fin de dar, a la sombra su soberanía de los grandes, rienda suelta a sus inclinaciones; el pueblo puede hacer los mismo, es decir elegir a uno solo, cuando ve que no puede resistir a los poderosos, a fin de que le proteja su autoridad. El establecimiento de una república. El establecimiento de una anarquía.

Un prudente príncipe, debe de imaginar un modo, por cuyo medio sus gobernados tengan siempre, en todo momento, una grandísima necesidad de su principado, es la forma más segura para hacerlos fieles para siempre.

Los principados eclesiásticos

En este principado, para adquirir la posesión de ella hay necesidad de valor o de una buena fortuna, se sostienen a través de instituciones fundadas antiguamente que son tan poderosas que ellas conservan al príncipe al en su estado de cualquier modo que el prosea y se conduzca, tienen estados sin necesidad de defenderlos, y súbditos sin la molestia de gobernarlos.

Especies de tropas

Las armas con las que un príncipe defiende a su estado, son de diversas clases: Las armas mercenarias. Estas son inútiles o peligrosas, ya que un príncipe que utiliza este tipo de armas no estará firme ni seguro nunca, porque ellas carecen de unión, son ambiciosas, indisciplinadas, infieles, fanfarronas con los propios y cobardes contra los enemigos, no tienen temor de dios ni buena fe con los hombres. En tiempo de paz te pillan ellas y en tiempo de guerra dejan que te despojen los enemigos. En este tipo de ejércitos los capitanes mercenarios son excelentes o no lo son si no lo son no se pueden fiar de ellos, porque aspiran a ellos mismo a la grandeza, sea oprimiendo al príncipe, a los otros. Con este tipo de ejército las conquistas son lentas, tardías, débiles y las pérdidas repentinas e inmensas.

Los soldados auxiliares

Considerándolas también como inútiles, son las que otro príncipe presta para ayudar al príncipe y defenderlo. Con este tipo de ejército si se pierde la batalla quedas derrotado y para el caso contrario si la ganas, te haces prisionero de algún modo del otro principado. Si un principado decide atacar con las armas ajenas, estas se te caen de los hombros, o aprietan mucho o te pesan mucho.

El que estando al frente de un principado no descubre el mal en su raíz, o no lo conoce hasta que éste se manifiesta, no es verdaderamente sabio, pero esta acordada a pocos príncipes esta

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