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Nicolas Maquiavelo

MCTOSH3 de Abril de 2013

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NICOLÁS MAQUIAVELO

EL

PRÍNCIPE

Edición Original: Florencia 1513

Capítulo I –

De las varias clases de principados y del modo de adquirirlos

En diversos lugares del mundo se ejerció y se ejerce una autoridad soberana entre los hombres, las cuales fueron y son los principados o republicas. Los principados se dividen en hereditarios y en nuevos. Los hereditarios son quienes tienen la autoridad por herencia familiar y los nuevos son quienes adquieren la autoridad ya sea de manera violenta o no violenta.

Capítulo II –

De los principados hereditarios

En los estados hereditarios, se acostumbra a ver reinar a la familia del príncipe que se encuentra en el poder por muchos años, y con ellos hay menos dificultad de conservarlos que cuando son nuevos. Si el príncipe llegara a perder el poder podrá recuperarlo si se lo propone incluso por muy poderoso y hábil que sea el usurpador que se haya apropiado de dicha autoridad. En este caso cuenta mucho la antigüedad y la continuidad del reinado de la familia que se encuentra en el poder.

Capítulo III –

De los principados mixtos

El principado mixto se da cuando un principado antiguo se relaciona con uno nuevo. En este caso hay una infinita variedad de dificultades, tales como quitarle el poder al príncipe que se encuentra con la autoridad en mano; cuando esto sucede es porque la sociedad busca una mejoría de su suerte y es cuando deciden atacar a su gobernante y poner en puesto a otro. Con este acto la persona que usurpa al gobernante tiende a tener problemas con la sociedad, ya que no todos los habitantes están de acuerdo con las decisiones que algunos puedan tomar. Tal es el ejemplo de Luis XII quien después de haber ocupado a Milán con facilidad, lo perdió de inmediato con las tropas de Ludovico, puesto que los milaneses que le dieron la confianza al rey poco tiempo después la vieron defraudada. Cuando Luis XII recuperó por segunda vez los países que le habían revelado no los dejo perder tan fácilmente, en este gobierno fortaleció las partes más débiles que tenía en su gobierno anterior.

Se hizo una distinción. Los estados adquiridos se reunían en un estado ocupado desde hace muchos años por el que los obtenía. Éstos estados tienden a ser fáciles de conservar, más aún cuando un están habituados a vivir libres en república, para poder tenerlos con seguridad sólo bastaba extinguir la descendencia del príncipe que reinaba en ellos. Aun cuando existían diferencias de lenguaje las costumbres se asemejaban y se diría en armonía. Para conservarlas a necesitar hacer dos cosas: en primera, que se extinguiera el linaje del príncipe que poseía dichos estados, y en segunda que el príncipe nuevo no alterará las leyes ni aumentar los impuestos.

Cuando se adquieren estados con diferente lengua, costumbres y constitución, hay más dificultades para conservarlos. Una manera de conservarlos era que el príncipe viva en ellos, estando el príncipe en residencia en su nuevo estado, aunque existiera desorden puede reprimirlos, y es que si el príncipe residiera en otra parte, aún sin desorden tendría un gran problema para conservarlos. Además una vez que el príncipe haya vivido en su nuevo estado será más difícil perderlo ante un rival.

Después de todo, la mejor solución es que el príncipe forme colonias, se decía que esas colonias no costaba nada o casi nada, que eran más fieles y menos perjudiciales esto se debía a causa de la dispersión y de la pobreza.

Sin lugar de colonias estuvieran tropas en los nuevos estados, ya que es más difícil mantener las.

Un príncipe que adquiere una provincia, en donde su idioma y sus costumbres no son los de su estado principal tendrá que hacerse el jefe y el protector de los príncipes vecinos que tengan menos poder y seguida para ganarse a los príncipes que cuentan con menos poder no cuesta mucho trabajo, debido a que todos juntos forman un cuerpo con el estado que fue capaz de conquistar los, si acaso se tendría que tomar una precaución, que no adquieran demasiada fuerza y autoridad. El nuevo príncipe con ayuda de sus armas podrá abatir a los que son poderosos, para asi poder seguir siendo el más poderoso.

Quienes adoptaron siempre las prevenciones de las que se hicieron dueños en las provincias fueron los romanos, mandaron colonias tuvieron a raya a los príncipes con menos poder, se encargaron de derrotar a los que tenían un poder como ellos.

Capítulo IV –

Por qué, ocupado el reino de Darío por Alejandro, no se rebeló contra sus sucesores después de su muerte

La pregunta era que cómo era posible que Alejandro Magno se haya hecho dueño de Egipto y de Asia en tan pocos años aún con grandes dificultades para conservar un estado recién adquirido, y que haya muerto al poco tiempo de haber conseguido esos territorios, cuando sus sucesores en este caso los conservaron y no tuvieron un obstáculo que el de su ambición entre ellos mismos. La respuesta está en que de todas formas sería gobernado por cualquiera de los dos principiados ya conocidos, el primero que consiste en serlo por un príncipe asistido de otros individuos y el segundo por la antigüedad de la familia. Un ejemplo de estos gobiernos son los del sultán de Turquía y el rey de Francia.

En la monarquía del sultán de Turquía se encuentra gobernada por un señor único cuyos adjuntos no son más que criados suyos. En el caso del rey de Francia se halla en medio de un sinnúmero de personajes ilustres por la antigüedad de su familia, señores que ellos mismos son respectivos de sus estados quienes les profesan afecto.

Una de las razones de las dificultades de Turquía para ocuparlo son que el conquistador no puede ser llamado ahí de las provincias de aquel imperio ni esperar ser ayudado en la empresa por la rebelión de las que el soberano conserva; aún cuando todo son sus esclavos no es posible corromper los tan fácilmente, y aunque se llegará a lograr la utilidad no sería mucha mientras que el soberano tenga el apoyo del pueblo. En Francia sucede todo lo contrario con los reinados gobernados, se puede entrar con una mayor facilidad y nunca falta el amigo, el noble de genio descontento y el conquistador del camino para la posesión del estado, y más aún que le faciliten la victoria.

Considerando ahora el gobierno de Darío, tiene grandes semejanzas al gobierno del sultán de Turquía. Fue necesario a Alejandro asaltarlo para ganar la campaña. Después de este triunfo murió Darío quedando en el estado con pleno poder de conquistador de manera segura; y si los sucesores de Alejandro hubiesen continuado unidos hubieran podido gozar del triunfo sin menor dificultad.

Capítulo V –

De qué manera deben gobernarse los Estados que, antes de ocupados por un nuevo príncipe, se regían por leyes propias

Para que un príncipe pueda conservar los estados que estaban habituados a vivir con propia legislación y un régimen de República, era precisa una de estas resoluciones: arruinarlos, a vivir en ellos o dejar al pueblo con su código tradicional y obligarlos a pagarle anualmente y con ello hacer que el país tuviera menos gente que cuidara consolidar ahí su poder. Cuando el príncipe no podía tener amistades o una dominación, él sabía que tenía la necesidad de tener una gran autoridad. Cuando en una ciudad cedí vía libre y un príncipe quería conservarla se contiene más fácil por medio del influjo directo hacia los ciudadanos que de cualquier otro modo. Cuando alguien se hace señor de una ciudad en la que se acostumbra a vivir libre, y no se descompone su régimen político debe contar con ser derrotado por ella. Cuando en las ciudades se acostumbra a vivir bajo las órdenes de un príncipe, el pueblo se acostumbra a seguir obedeciendo, y cuando eligen a uno nuevo, carecen de su antiguo señor.

Capítulo VI –

De los principados que se adquieren por el valor personal y con las armas propias

En los principiados que son nuevos en todos los aspectos y que tienen un soberano nuevo hay más o menos dificultad en conservarlos, porque supuestamente el que lo tiene es más o menos valeroso. Los hombres que por su propio valor y no por manifiesto de la fortuna llegan a ser príncipes como Moisés, Ciro, Teseo, Rómulo y otros, y llegan a ser los más dignos. Que llegan a ser príncipes por sus propios méritos no adquieren una soberanía sin trabajo, y las dificultades con las que se encuentran provienen en gran parte de las nuevas leyes e instituciones cual se ven obligados a introducir para fundamentar su estado y para proveer su seguridad.

Moisés, Ciro, Teseo, Rómulo, no hubieran podido conseguir que se observaran sus constituciones por mucho tiempo, si no hubieran estado armado como le sucedió al fraile Jerónimo Savonarola. Cuando llegan al triunfo y empiezan a ser respetados quedan al fin asegurados con una reverenciados, poderosos y dichosos.

Una clase revelante fue la de Hieron el Siracusano, quien de ser una persona igual que los demás pasó a ser el príncipe de Siracusa, sin que la fortuna lo procurará u otro recurso que le fuera favorable.

Capítulo VII –

De los principados nuevos que se adquieren por la fortuna y con las armas ajenas

Algunos particulares que tenían fortuna, fueron elevados y llegaron al principiado sin mucho trabajo y esfuerzo. Al ser elevados al poder sin dificultad consiguen esos estados de dos maneras: comprándolos o haciéndoselo dar por favor. Por otra parte ellos no saben ni pueden mantenerse en esas alturas. Fuera

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