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Nietzsche


Enviado por   •  1 de Abril de 2014  •  2.572 Palabras (11 Páginas)  •  333 Visitas

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1. La critica de Nietzsche a la Metafísica tradicional.

Nietzsche se ha caracterizado por hacer una crítica feroz a la Religión, la filosofía y la moral de la cultura Occidental. Su planteamiento es de repulsa total de la “cultura” tradicional que ha caracterizado a Europa y por ende a Ocdidente.

Dentro del concepto cultura se engloba por igual a la religión, la moral y la metafísica, a las que él consideró íntimamente vinculadas.

Según Nietzsche, todos los valores de la civilización occidental se basan en una gran mentira: suponer que más allá de las cosas mismas hay un orden racional eterno que el saber humano es capaz de reproducir.

Nietzsche enlaza socratismo y cristianismo. Para él, la revolución socrática proclamó la primacía del concepto descarnado como instrumento único de la verdad, abandonando la imaginación poética. Después Platón convirtió el concepto en idea, y estableció un mundo ideal que consideró como la auténtica realidad, y por ello se juzga éste, el mundo de los sentidos, como deficiente. El Cristianismo con su afirmación del Dios único afianzó este esquema.

Nietzsche pretende con esta crítica feroz destruir estas formas culturales para dar cauce al nuevo proyecto de hombre que el propugna: el ultrahombre.

Nietzsche cree que sólo disolviendo todo el sistema de valores vigentes hasta el momento, resultará posible un nuevo resurgir de la vida.

1.1 La crítica de Nietzsche a la metafísica.

Nietzsche ve la historia de la metafísica dominada desde sus inicios por el odio (o por el miedo) de los filósofos a la noción de devenir. Desde sus inicios, la metafísica ha intentado expulsar el devenir del ámbito del ser , negar auténtico ser al devenir, y al contrario, liberar al ser de toda forma de devenir. Con ello, se separa al ser del tiempo, y esta separación es presentada por Nietzsche como la doctrina de los dos mundos., como la distinción entre el mundo fenoménico y un trasmundo. Con lo cual, se ha desvalorizado, según él, el mundo real, el mundo que se nos muestra por los sentidos.

Para Nietzsche el error fundamental de la metafísica ha consistido en duplicar de existente en dos mundo: un mundo auténtico, y un mundo “aparente”. Para él, sólo existe un mundo, este mundo que vivimos, este mundo cambiante de los sentidos, caótico y sugerente, apasionado y doloroso al mismo tiempo, y la metafísica al crear su mundo ordenado de conceptos e ideas, su mundo lógico, ha negado la auténtica realidad de la vida.

Con la llegada el cristianismo, esa diferencia ontológica entre el ente auténtico y el inauténtico, pasó a ser la diferencia teológica entre lo relativo y lo absoluto, entre las cosas creadas y el Dios creador.

La propuesta de Nietzsche es la de invertir la base de partida de la metafísica tradicional. Nietzsche quiere luchar contra la idea de Dios, es decir, con la distinción entre lo auténtico y lo inauténtico, y proclama la no diferencia de la existencia. Nietzsche como Heráclito dirá que únicamente el devenir existe. Lo único existente es el mundo experimentable de los sentidos, el mundo móvil y viviente, cuyo principio ontológico de movimiento es la voluntad de poder.

1.2 La crítica a la epistemología.

Para Nietzsche otro error fundamental de la filosofía tradicional es que se guía por conceptos supremos y generalísimos. Es un pensar que se mueve con conceptos vacíos. Para Nietzsche la verdad del ente es conceptual, y la verdad del devenir, lo único existente, es intuitiva.

Sin embargo dice Nietzsche, todos esos conceptos referidos al ser como sustancia, ente, etc... son ficciones necesarias. En el mundo real todo fluye, nada es estable, pero los hombres no podemos vivir en el torbellino del mundo inestable. Y por eso hemos de cometer falsificaciones de la realidad y referirnos a ella mediante conceptos a ente estables que no existen.

En contraposición al poder metafísico, sería preciso partir de lo sensible, de lo real, de lo móvil, de la intuición, no del concepto. Pero le falta el lenguaje para expresar el devenir de la vida, ya que el lenguaje mismo es estabilizador. ¿ Cómo expresar, por tanto, el pensamiento de la vida ?.

Desde sus primeros escritos ve Nietzsche en el fenómeno de lo trágico la verdadera naturaleza de la realidad, y concibe el arte y la lírica como los órganos de la filosofía, capaces de llevarnos hasta la esencia del mundo. En la tragedia, y sobre todo en la tragedia griega, se expresan la continua construcción y destrucción del mundo. A este vaivén lo denomina Nietzsche contraposición entre lo apolíneo y lo dionisíaco. Apolo y Dionisos, son los representantes de los poderes básicos de la vida, de la realidad del mundo. Apolo simboliza el instinto figurativo, es el dios de la claridad, de la luz, de la medida, de la forma, de la disposición bella; Dionisos es, en cambio, el dios de lo caótico y de lo mesurado, de lo informe, del oleaje de la vida, del frenesí sexual, el dios de la noche, y, en contraposición a Apolo, que ama las figuras, el dios de la música, que desata las pasiones.

Pero Apolo y Dionisos no son sólo instintos artísticos del hombre; son también poderes ontológicos. Apolo es el poder ontológico que produce figuras e imágenes a través del principio de individuación. Dionisos es el uno primordial. Son poderes contrapuestos, pero cada uno necesita del otro. Lo apolíneo es un momento de lo dionisíaco. El fenómeno contrapuesto a la visión trágica de la vida es el socratismo. Que significó para Nietzsche el inicio del predominio de lo lógico, de la realidad intelectual.

1.3 Crítica a la moral.

Para Nietzsche el rango de una moral se define por su grado de verdad, es decir por la manera como se ajusta a la voluntad de poder y hasta dónde reconoce a ésta como principio de la creación de los valores. Esto significa que para Nietzsche el problema de la moral en última instancia es un problema de adecuación a la voluntad de poder, que es la esencia de la vida.

Todas las morales son productos de poder; la vida es el fundamento último de todos los valores. La posición de los valores de la vida, en el hombre y por el hombre, es la manifestación de la voluntad de poder. Y esta tiene dos formas de expresarse: el poder y la impotencia. En consecuencia, hay morales

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