Nietzsche
Enviado por danielqwerty • 23 de Septiembre de 2014 • 2.415 Palabras (10 Páginas) • 166 Visitas
4. La propiedad de los difuntos pasaba a los demás miembros de la gens, pues no debía salir de
ésta. Dada la poca monta de lo que un iroqués podía dejar a su muerte, la herencia se dividía
entre los parientes gentiles más próximos, es decir, entre sus hermanos y hermanas carnales y el
hermano de su madre, si el difunto era varón, y si era hembra, entre sus hijos y hermanas
carnales, quedando excluidos sus hermanos. Por el mismo motivo, el marido y la mujer no
podían ser herederos uno del otro, ni los hijos serlo del padre.
5. Los miembros de la gens se debían entre sí ayuda y protección, y sobre todo auxilio mutuo
para vengar las injurias hechas por extraños. Cada individuo confiaba su seguridad a la
protección de la gens, y podía hacerlo; todo el que lo injuriaba, injuriaba a la gens entera. De ahí,
de los lazos de sangre en la gens, nació la obligación de la venganza, que fue reconocida en
absoluto por los iroqueses. Si un extraño a la gens mataba a uno de sus miembros, la gens entera
de la víctima estaba obligada a vengarlo. Primero se trataba de arreglar el asunto; la gens del
matador celebraba consejo y hacía proposiciones de arreglo pacífico a la de la víctima,
ofreciendo casi siempre la expresión de su sentimiento por lo acaecido y regalos de importancia;
si se aceptaban éstos, el asunto quedaba zanjado. En el caso contrario, la gens ofendida
designaba a uno o a varios vengadores obligados a perseguir y matar al matador. Si así sucedía,
la gens de este último no tenía ningún derecho a quejarse; quedaban saldadas las cuentas.
6. La gens tiene nombres determinados, o una serie de nombres que sólo ella tiene derecho a
llevar en toda la tribu, de suerte que el nombre de un individuo indica inmediatamente a qué gens
pertenece. Un nombre gentil lleva vinculados, indisolublemente, derechos gentiles.
7. La gens puede adoptar extraños en su seno, admitiéndoles, así, en la tribu. Los prisioneros de
guerra a quienes no se condenaba a muerte, se hacían de este modo, al ser adoptados por una de
las gens, miembros de la tribu de los senekas, y con ello entraban en posesión de todos los
derechos de la gens y de la tribu. La adopción se hacía a propuesta individual de algún miembro
de la gens, de algún hombre, que aceptaba al extranjero como hermano o como hermana, o de
alguna mujer que lo aceptaba como hijo; la admisión solemne en la gens era necesaria en
concepto de ratificación. A menudo, gens muy reducidas en número por causas excepcionales se
reforzaban de nuevo así, adoptando en masa a miembros de otra gens con el consentimiento de
esta última. Entre los iroqueses, la admisión solemne en la gens verificábase en sesión pública
del consejo de tribu, lo que hacía prácticamente de esta solemnidad una ceremonia religiosa.
8. Es difícil probar en las gens indias la existencia de solemnidades religiosas especiales; pero las
ceremonias religiosas de los indios están, más o menos, relacionadas con las gens. En las seis
fiestas anuales de los iroqueses, los sachem y los caudillos, en atención a sus cargos, contábanse
entre los "guardianes de la fe" y ejercían funciones sacerdotales.
9. La gens tiene un lugar común de inhumación. Este ha desaparecido ya entre los iroqueses del
Estado de Nueva York, que hoy viven apretados en medio de los blancos, pero ha existido en
otros tiempos. Todavía subsiste entre otros indios, por ejemplo entre los tuscaroras, próximos
parientes de los iroqueses. Aun cuando son cristianos, los tuscaroras tienen en el cementerio una
determinada fila de sepulturas para cada gens, de tal suerte que la madre está enterrada allí en la
misma hilera que los hijos, pero no el padre. Y entre los iroqueses también la gens entera asiste
al entierro de un muerto, se ocupa de la tumba, de los discursos fúnebres, etc...42
10. La gens tiene un consejo, la asamblea democrática de los miembros adultos, hombres y
mujeres, todos ellos con el mismo derecho de voto. Este consejo elige y depone a los sachem y a
los caudillos, así como a los demás "guardianes de la fe"; decide el precio de la sangre
("Wergeld") o la venganza por el homicidio de un miembro de la gens; adopta a los extranjeros
en la gens. En resumen, es el poder soberano en la gens.
Tales son las atribuciones de una gens india típica. "Todos sus miembros son individuos libres,
obligados a proteger cada uno la libertad de los otros; son iguales en derechos personales, ni los
sachem ni los caudillos pretenden tener ninguna especie de preeminencia; todos forman una
comunidad fraternal, unida por los vínculos de la sangre. Libertad, igualdad y fraternidad; ésos
son, aunque nunca formulados, los principios cardinales de la gens, y esta última es, a su vez, la
unidad de todo un sistema social, la base de la sociedad india organizada. Eso explica el
indomable espíritu de independencia y la dignidad que todo el mundo nota en los indios".
En la época del descubrimiento,
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