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Notas sobre la Teoría del Estado de Karl Marx


Enviado por   •  8 de Octubre de 2014  •  Resúmenes  •  2.873 Palabras (12 Páginas)  •  262 Visitas

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Notas sobre la Teoría del Estado de Karl Marx

Este trabajo ofrece una aproximación a la teoría marxista del Estado.

Para Karl Marx, tanto la esfera política como la esfera jurídica deben comprenderse en el marco general de las condiciones materiales de vida.

Partiendo de la crítica de la filosofía del derecho y del estado de Friedrich Hegel, Marx invierte la relación tradicional Estado y sociedad civil y propone una teoría del Estado vinculada con la teoría general de la sociedad y de la historia a partir del estudio de la economía política.

Según Norberto Bobbio, pueden señalarse cinco características de la teoría marxista del Estado: a) la crítica de las teorías precedentes; b) la teoría general del Estado; c) la teoría del Estado burgués; d) la teoría del estado de transición; y e) la teoría de la extinción del Estado.

(i) Crítica de las Teorías Precedentes

Las teorías precedentes a la teoría marxista, de Thomas Hobbes a Friedrich Hegel, afirman que el Estado es la forma racional de la existencia social del hombre:

a) El Estado es el garante del orden y la paz social, único interés que todos los individuos (que, libres y a su arbitrio, se comportarían como “lobos”) tienen en común en una sociedad (Thomas Hobbes).

b) El Estado es el árbitro imparcial que dirime las controversias en un marco pluralista, tolerante y protector de la propiedad privada y la libertad individual (John Locke).

c) El Estado es la expresión de la “voluntad general” plasmada en un “contrato social” en virtud del cual cada individuo renuncia a su libertad natural (de “buen salvaje”) a favor de los demás, adquiere la libertad civil o moral y es más libre que antes (Jean-Jaques Rousseau).

d) El Estado constituye la totalidad organizada en cuyo seno el individuo encuentra su función y su identidad como ser “racional” y a la que debe servir (Hegel).

En oposición a las teorías políticas clásicas precedentes (específicamente, la de Hegel) que otorgan prioridad al Estado sobre la sociedad civil y las esferas que históricamente lo preceden, Marx sostiene que dichas teorías no respetan la realidad histórica (son “ahistóricas”) ni estudian cómo efectivamente se forma el Estado moderno, sino que parten de una idea abstracta de Estado como totalidad superior.

En tal sentido, el análisis de Marx identifica al verdadero sujeto (el individuo que vive y actúa en el mundo “material” / “real”) y señala el proceso de su “objetivación” en las instituciones políticas del Estado. El mundo real no debe deducirse del ideal; al contrario, debe entenderse como resultado del mundo histórico real.

Según Marx, particularmente el método seguido por Hegel es especulativo.

Para Hegel, la “sociedad civil” (que abarca las relaciones económicas ubicadas fuera de la estructura jurídica y política del Estado) es un ámbito de egoísmo desenfrenado donde se incita a cada hombre a competir contra sus semejantes. Se trata de un ámbito “no-ético”. Sin embargo, los hombres son seres racionales en la medida en que aceptan el orden del Estado, un ámbito universal opuesto a los intereses egoístas de las acciones en la “sociedad civil”. Por lo tanto, el Estado está separado de la vida de los individuos y posee una prioridad lógica sobre los sujetos particulares. El individuo queda subordinado a los ideales de participación política encarnados en el Estado, considerado la fuerza motriz del desarrollo social.

Marx rechaza este método especulativo (al que denomina “misticismo lógico”), invierte la relación entre sociedad civil y Estado y afirma en consecuencia que la solución del problema de la sociedad civil no radica en su subordinación al Estado sino, por el contrario, en la absorción del Estado por parte de la sociedad civil.

Por tal motivo, Marx sostiene que en toda constitución política la participación general en la vida política es el ideal y que la persecución de intereses particulares es la realidad (invirtiendo el método hegeliano). Afirma al respecto: “Hasta ahora la constitución política ha sido el ámbito religioso, la religión de la vida del pueblo, el cielo en su universalidad, en contraste con la existencia mundana concreta de su realidad actual” (Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel, 1844).

(ii) Teoría General del Estado

Tal como señala Bobbio, la inversión de la relación entre Estado y sociedad civil realizada por Marx “marca una verdadera ruptura con toda la tradición de la filosofía política moderna”.

Mientras esta filosofía resuelve los conflictos de la sociedad “preestatal” (el estado de naturaleza -Hobbes, la sociedad natural -Locke, el estado primitivo -Rousseau, o la familia y la sociedad civil -Hegel) en la estructura del Estado, como única estructura en la que el hombre puede conducir una vida racional, Marx considera al Estado como un conjunto de instituciones políticas dotado de la máxima fuerza imponible y disponible en una sociedad determinada. El Estado, para Marx, es una superestructura respecto de la sociedad “preestatal” (que es el lugar donde se forman y desarrollan las relaciones materiales de existencia) destinada a desaparecer en una futura sociedad sin clases sociales.

La filosofía política anterior a Marx procede siempre hacia un mayor perfeccionamiento del Estado; Marx, inversamente, hacia la extinción del mismo. Si dicha filosofía política considera a la sociedad “preestatal” como el reino de la fuerza ilegítima e irregular (signada por el estado de guerra permanente, el derecho del más fuerte sobre el más débil o la falta de garantías jurídicas), para Marx el Estado es el reino de la fuerza en el que impera la “violencia organizada y concentrada de la sociedad” (El Capital, 1864).

Para Marx, el Estado no implica la abolición del “estado de naturaleza”, sino su prolongación: “La vida material de los individuos, que en modo alguno depende de su simple voluntad, su modo de producción y la forma de intercambio, que se condicionan mutuamente, constituyen la base real del Estado y se mantienen como tales en todas las fases en que siguen siendo necesarias la división del trabajo y la propiedad privada, con absoluta independencia de la voluntad de los individuos. Y estas relaciones reales, lejos

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