Querer Educar

QUERER EDUCAR

Los tiempos cambian y con ello nuestras vidas. Inculcar valores, civismo, moralidad, ética... es deber de todos. En cada paso que damos, lo sepamos o no, estamos enseñando algo. Todos enseñamos, de todos podemos aprender. Aprendamos.

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La educación conlleva una estrecha relación entre familia y escuela. Pues bien, hay que trabajar juntos, al mismo tiempo y con las mismas normas y pautas; así ayudaremos a nuestros pequeños a ser más autónomos y a convertirse en personitas bien educadas. ¿Cómo lo vamos a hacer? Con mucha paciencia, eso lo primero, con constancia a base de rutinas y con el saber hacer.

Como educadora, es lo primero que explico a los padres en la primera reunión del curso y siempre pregunto: ¿estamos todos de acuerdo? La respuesta es siempre un sí al unísono y con un gran entusiasmo, (claro estamos hablando sobre la educación de sus hijos), aunque siempre luego al final de la reunión más de un padre se me acerque y me diga… “mira que para lo pequeño que es, es muy terco”. Mi respuesta tranquilizadora es: “no hay problema si trabajamos juntos”.

Después de esta pequeña introducción, me presentaré: soy educadora, como ya había mencionado, de niños de primer ciclo de educación infantil que comprenden la franja de 0 a 3 años de edad, con una amplia experiencia en Centros de Educación Infantil..

Deciros que se trata de una edad muy, muy importante porque los niños a estas edades son como esponjas que absorben todo tipo de información y es muy importante saber trasmitirles una serie de valores, normas y conductas que luego serán determinantes en el desarrollo de su vida.

Muchos de vosotros, os preguntareis, ( como los padres de mis alumnos), como se puede trabajar con niños tan pequeños que están aprendiendo a decir sus primeras palabras que es caso de 1 a 2 años y sus primeras frases en el caso de 2 a 3 años y no todos.

Pues bien, os informaré que trabajamos con unos proyectos educativos que tienen una programación didáctica con una serie de objetivos adaptados a las edades de cada uno.

Se trabajan varios aspectos como el conocimiento de sí mismo, el conocimiento del entorno y el lenguaje; y luego trabajamos una serie de temas transversales, que para quien no sepa lo que son, incluyen valores democráticos, cívicos y éticos, como la educación moral, la educación para la paz, la educación para la igualdad de oportunidades de ambos sexos, educación para la salud, la educación ambiental y la educación del consumidor.

Todo esto se trabaja de forma atractiva, a través del juego, de cuentos, de canciones, talleres y fichas.

Pero todo esto como ya he comentado al principio, no sólo es tarea del educador, sino que tenemos que concienciarnos que es tarea de todos, educar.

Ahora bien, seamos realistas, corren unos tiempos difíciles en los que los dos tienen que trabajar y que los niños pasan jornadas de más de ocho horas en las guarderías, que cuando llegan a casa, los padres están exhaustos después de un largo día de trabajo y lo que menos les apetece después de pasarse todo el día sin ver a sus pequeños, es estar corrigiendo conductas, lo que crea una permisividad a grandes escalas. Entre el poco tiempo libre y el cansancio acumulado, se crea un clima de conformismo y aceptación de malas conductas por parte de los padres, y los pequeños (que son muy listos) se saben aprovechar de esto. Luego llegan las primeras consecuencias y si estas no se corrigen, conllevan a problemas de conducta mayores, que en estas edades son fáciles de limar pero que según van creciendo, se hace más difícil solucionar.

Este es uno de los temas principales que trato casi todos los lunes cuando

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