Quien Se Ha Llevado Mi Queso

¿QUIÉN SE HA LLEVADO MI QUESO?

Los planes mejor trazados suelen salir mal. La vida es un laberinto en el que tenemos que buscar nuestro camino y hay veces que caemos en un callejón sin salida. Si tenemos fe, se abre una puerta que siempre será finalmente buena para nosotros.

¿Quién se ha llevado mi queso? Es una narración sobre el cambio tiene lugar en un laberinto, donde cuatro divertidos personajes buscan el “Queso”, siendo ese queso una metáfora de lo que deseamos tener en la vida. El “laberinto” de la narración representa el tiempo que cada uno de nosotros dedica a buscar lo que desea. Estos cuatro personajes tienen personalidades diferentes, dos ratones Fisgón que detecta pronto el cambio, Escurridizo que se apresura hacia la acción, dos liliputienses, Hem que se niega y se resiste al cambio y Haw que aprende a adaptarse a tiempo.

Esta narración ha sido de gran ayuda para cambiar muchas vidas, ayudar a muchas organizaciones a levantarse, y ha tenido gran impacto sobre la gente desde su vida laboral a su vida amorosa. Un ejemplo es Charlie Jones, quedó incluido en el apartado de presentadores del Salón de la Fama de Fútbol.

En la narración cada uno de los personajes tiene su propio objetivo, en este caso conocido como “el queso”, Fisgón y Escurridizo buscaban un queso seco y duro de roer, los dos liliputienses, Hem y Haw, utilizaban para buscar una clase muy diferente de Queso. Los ratones y los liliputienses, cada mañana, se colocaban sus atuendos y sus zapatillas de correr, abandonaban sus diminutas casas y se ponían a correr por el laberinto en busca de su queso favorito. Para encontrar su queso deseado, Fisgón y Escurridizo recordaban los pasadizos donde no había queso y, de ese modo, pronto empezaron a explorar nuevas zonas. Fisgón utilizaba su magnífica nariz, mientras que Escurridizo se lanzaba hacia delante. Por su parte Haw y Hem, se fiaban de su complejo cerebro para desarrollar métodos más sofisticados de encontrar el Queso. A veces se dejaban dominar por sus poderosas convicciones y emociones. Eso hacía que la vida en el laberinto fuese mucho más complicada y desafiante. A pesar de todo, todos terminaron por encontrar el camino hacia lo que andaban buscando.

Así, no tardaron mucho en establecer cada uno su propia rutina. Fisgón y Escurridizo continuaron levantándose pronto cada día para recorrer el laberinto, siguiendo siempre la misma ruta, pero Hem y Haw se levantaban cada día un poco más tarde, se vestían con algo más de lentitud y, en lugar de correr, caminaban hacia el depósito de Queso Después de todo, ahora ya sabían dónde estaba el Queso y cómo llegar hasta él.

Haw y Hem pronto se sintieron tan sumamente a gusto, que ni siquiera se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo, mientras que Fisgón y Escurridizo iban, comprobando si se había producido algún cambio con respecto a la situación

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