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Realidad


Enviado por   •  12 de Diciembre de 2013  •  Síntesis  •  1.260 Palabras (6 Páginas)  •  252 Visitas

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PRÓLOGO

Este libro analiza el hecho de que lo que llamamos realidad es resultado de la comunicación. A primera vista, se diría que se trata de

una tesis paradójica, que pone el carro delante de la yunta, dado que la realidad es, de toda evidencia, lo que la cosa es realmente,

mientras que la comunicación es sólo el modo y manera de describirla y de informar sobre ella.

Demostraremos que no es así; que el desvencijado andamiaje de nuestras cotidianas percepciones de la realidad es, propiamente

hablando, ilusorio, y que no hacemos sino repararlo y apuntalarlo de continuo, incluso al alto precio de tener que distorsionar los

hechos para que no contradigan a nuestro concepto de la realidad, en vez de hacer lo contrario, es decir, en vez de acomodar nuestra

concepción del mundo a los hechos incontrovertibles.

Demostraremos también que la más peligrosa manera de engañarse a sí mismo es creer que sólo existe una realidad; que se dan, de

hecho, innumerables versiones de la realidad, que pueden ser muy opuestas entre sí, y que todas ellas son el resultado de la

comunicación, y no el reflejo de verdades eternas y objetivas.

Hasta época muy reciente no se ha comenzado a investigar a fondo el problema de la estrecha interdependencia entre realidad y

comunicación. Por consiguiente, hace treinta años hubiera sido imposible escribir este libro. Y, sin embargo, no hay nada en él que no

se hubiera podido pensar, investigar y aplicar hace ya mucho tiempo. O dicho de otra forma; las afirmaciones que aquí se hacen estaban

al alcance de nuestro pensamiento no sólo hace ya algunos decenios sino, por lo que respecta a las premisas en que se apoyan, desde la

edad antigua. Pero faltaba la disposición, o acaso sólo la ocasión, de enfrentarse con la naturaleza y los efectos de la comunicación como

fenómeno independiente. Cierto que los físicos y los técnicos de la telecomunicación habían resuelto ya en gran parte los problemas de

la transmisión de información, que la lingüística había instalado sobre sólidas bases científicas nuestro conocimiento del origen y

estructura del lenguaje y que la semántica había iniciado desde hacía mucho tiempo la investigación del significado de los signos y de

los símbolos. En cambio, el estudio de la llamada pragmática de la comunicación humana, es decir, del modo cómo los hombres se

influyen mutuamente mediante la comunicación, de cómo a lo largo y en virtud del proceso de comunicación pueden surgir

«realidades», ideas y concepciones ilusorias totalmente diferentes, este estudio constituye una rama relativamente joven de la

investigación.

La pregunta a que este libro intenta dar respuesta es la siguiente: ¿hasta qué punto es real lo que ingenuamente y sin el menor

reparo solemos llamar la realidad?

Es propósito firme y declarado de este escrito atenerse a un estilo ameno y coloquial y presentar al lector, en forma anecdótica,

algunos ejemplos, elegidos al azar, de la investigación de la comunicación, que son sin duda insólitos, curiosos y hasta increíbles, a

pesar de que (o acaso precisamente porque) tienen una participación inmediata en el origen y formación de las distintas versiones de la

realidad.

A una persona meticulosa podrá antojársele esta forma expositiva superficial y acientífica. Pero esta persona no debería olvidar que

existen dos maneras —completamente distintas— de exposición científica. La primera comienza por formular una teoría y aporta luego

las pruebas experimentales que confirman su validez [1]. El segundo método consiste en presentar un gran número de ejemplos,

tomados de los más distintos campos, para intentar luego descubrir, de esta manera práctica, la estructura común de todos estos

ejemplos aparentemente tan dispares y las conclusiones que pueden extraerse. El recurso a los ejemplos tiene, pues, muy diversos

significados en cada uno de estos métodos. En el primero, los ejemplos aducidos deben poseer por sí mismos fuerza demostrativa, es

decir, deben ser auténticas pruebas. En el segundo tienen una función similar a la de las analogías, metáforas e ilustraciones:

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