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Resumen 2 La salvación del alma moderna: Terapia, emociones y la cultura de autoayuda


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2018  •  Ensayos  •  2.034 Palabras (9 Páginas)  •  420 Visitas

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Resumen 2

La salvación del alma moderna: Terapia, emociones y la cultura de autoayuda

Eva Illouz

Alumna: Luna Inostroza

Profesora: Adriana Kaulino

Fecha: 3-08-2018

Historia de la Psicología

Sección Lunes 10:00 a.m.

  1.  Eva Illouz es la autora del texto La salvación del alma moderna: Terapia, emociones y la cultura de autoayuda, publicado el año 2010. Es una socióloga y escritora con orientación marxista, nacida en Fez (Marruecos) el 30 de Abril de 1961. Se especializa en la historia de la vida emocional, la teoría critica en el arte y cultura popular, el significado moral de la Modernidad y el impacto del capitalismo en la esfera cultural.

La tesis más importante que tiene este texto es: el discurso terapéutico, totalmente moderno, como nueva forma de estar y entender el mundo. También logra plantear su principal objetivo que es documentar diversos aspectos de cultura terapéutica y  localizar la emergencia de una nueva estructura cultural.

Illouz parte su texto comentando de que en las últimas tres décadas se han acumulado estudios y críticas de la terapia.

Todas acuerdan de que la doctrina terapéutica es moderna, pero en su versión más crítica. Este estudio puede llegar a explicar la sociología y las críticas mismas sobre la modernidad. Un gran ejemplo de crítica a la modernidad es la comunitarista, la cual dice que “psicología expresa individualismo atomizado que crea las mismas enfermedades que asegura curar”. También afirma que bajo el discurso terapéutico “las relaciones sociales son disueltas por un utilitarismo pernicioso que aprueba una falta de compromiso con las instituciones sociales y legitima una identidad narcisista y superficial”. Algunos autores hablan sobre el ascenso de visión terapéutica del mundo y la seducción del consumo como signo de declive del dominio de la cultura y de los valores (sin capacidad de crear héroes). El yo ha sido integrado a instituciones de la modernidad (nos retiramos en nosotros mismos, por lo que la doctrina terapéutica nos hace abandonar mundos de ciudadanía y política), por lo que cultura pierde poder de trascendencia y oposición a sociedad. Nos estaríamos preocupando solo de nosotros mismos, sin preocuparnos de la esfera pública.

Sin embargo, la crítica más radical sobre el discurso terapéutico está inspirada en la historización de los sistemas de conocimiento  de Michel Foucault, el cual desea exponer cómo el poder está entrelazado en tejido social. Éste le da un golpe fatal al psicoanálisis, puesto que propone que su proyecto de liberación del yo era una forma de disciplinamiento y sujeción al poder institucional. El descubrimiento científico de la sexualidad (el cual era el centro del proyecto psicoanalítico) continua la tradición desde la confesión (que sujetos investiguen y digan la verdad de si mismos). En el caso del psicoanálisis, a través de categorías como sexo y psiquis, este ayuda a categorizar a individuos para que busquen su verdad y que logren su emancipación.  

En conclusión, el discurso del psicoanálisis sería una “tecnología política del yo”, como instrumento usado y desarrollado en el marco de la racionalidad política del Estado. Su lema sería simple: emancipar al yo hace que individuo sea disciplinado hacia este sistema de poder .

A pesar de estas críticas, Illouz evita criticar a la modernidad, los aspectos negativos del discurso terapéutico y así también su potencial emancipatorio. Lo que desea es apartar el campo de los estudios culturales de la “epistemología de la sospecha”(es decir, analizar la cultura sin la presunción de saber por adelantado como deberían verse las relaciones sociales).

El objetivo de análisis cultural, para la autora, es  lograr entender cómo las prácticas culturales llegaron a ser lo que son y cómo consiguen cosas para la gente. En este caso, el abordaje foucaultiano no serviría puesto que usaba conceptos generalizadores, los cuales no toman en cuenta la capacidad crítica de los actores, no preguntan por qué los actores se ven comprometidos por los significados , y no diferencian entre esferas sociales.

La crítica de la cultura no puede llevarse a cabo sin que se entienda el mecanismo de este mismo. (como se producen significados, como son usados, como organizan nuestra interpretación de yo y otros). El análisis de Illouz es que significados e ideas deberían ser vistos como herramientas que nos ayuden a llevar a cabo ciertas cosas.

La autora describe que la exploración de ethos terapéutico serviría para examinar de qué manera funciona la cultura. ¿Por qué? Primero, el lenguaje terapéutico sería un nuevo lenguaje del yo. Esto sería una oportunidad de comprender de qué forma surgen nuevas formas culturales y como nuevos lenguajes transforman autocomprensiones dentro de relaciones sociales y acción. En el caso del discurso terapéutico, ha “reformulado nivel más profundo de símbolos identitarios”, reformulación dentro del nivel formal científico, pero también popular (como por ejemplo, libros de autoayuda)(para comprender mejor esta dualidad, se debe analizar el discurso desde la producción cultural y el abordaje hermenéutico). En segundo lugar, no hay otro marco cultural que haya sido tan influyente en los modelos del yo del S XX. La terapia ha sido institucionalizada en varias esferas sociales y constituye un lenguaje transnacional del yo. En tercer lugar, el discurso terapéutico muestra como cultura y conocimiento están  presentes las sociedades contemporáneas. Estos conocimientos psicológicos son difundidos a través de industrias culturales, poseyendo una situación dual (profesional y cultural). A su vez, ellos conforman lo que somos (junto con los sistemas simbólicos), ya que son representados por instituciones que llenan de autoridad ciertos modos de conocer, hablar, entre otros.

Por otra parte, la autora propone que hay proposiciones que constituyen núcleo de la sociología cultural. Primero, la importancia de la cultura por el modo cómo le otorgamos sentido a quiénes somos. Segundo, existen significados de palabras más vinculantes con la realidad que otros. La sociedad de cultura está interesada en significados que poseen resonancia institucional ( significados que representan y sancionan instituciones, los cuales están conectados con orden social). Tercero, “podemos comparar la relación que la cultura establece con la sociedad con la relación que se da entre la lluvia y la tierra”. Esto se explicaría como que al tratar de rastrear momento histórico donde discurso terapéutico conformo lenguaje de yo, ahora es imposible aislar este lenguaje de otros códigos culturales que organizan yo (como liberalismo económico o derecho contractual). Por último, hallar conexiones sistemáticas entre significados y grupos sociales (como productores, portadores o consumidores de significados). Pero esto se complica ya que discurso terapéutico tiene conocimientos formales (con base institucional) e informales (visión más anónima).

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