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Resumen Del Libro Decimo De La Metafisica De Aristoteles


Enviado por   •  10 de Diciembre de 2013  •  2.045 Palabras (9 Páginas)  •  848 Visitas

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CAPÍTULO I

Uno tiene varios sentidos. Pero, aunque se dice en más sentidos, son cuatro los modos principales de las cosas primeras y que se dicen uno por sí y no accidentalmente.

En primer lugar, lo continuo, o bien en general, o bien, principalmente, por naturaleza, y no por contacto ni por atadura.

En segundo lugar, es tal y en mayor grado lo que constituye un todo y tiene alguna forma y especie. Y es tal por ser uno su movimiento e indivisible en lugar y tiempo. Uno significa unas veces lo que es continuo o un todo. Uno tiene todos estos sentidos: lo continuo por naturaleza y lo que es un todo, el singular y el universal; y todo esto es «uno» por ser indivisible unas veces su movimiento, otras su intelección o su enunciado.

«Uno» se dice en todos los sentidos indicados, y será «una» toda cosa en la que se dé alguno de tales modos; Pero el «ser de lo uno» se dará a veces en alguna de estas cosas.

Esto mismo se aplica a la causa y al Uno y a todas las cosas semejantes; por eso el ser del Uno es el ser de lo indivisible, el ser precisamente esto y separado en particular.

No siempre la medida es numéricamente una, sino que a veces son varias; Así, pues, el Uno es medida de todas las cosas, porque conocemos cuáles son los componentes de la substancia dividiéndola según la cantidad o según la especie. Y por eso el Uno es indivisible, porque lo primero de cada clase de cosas es indivisible.

Y también consideramos medida de las cosas la ciencia y la sensación, por el mismo motivo, porque por ellas conocemos algo, aunque, más que medir, se miden.

Protágoras afirma que el hombre es medida de todas las cosas. Es claro, por consiguiente, que, para el que define atendiendo al nombre, la unidad es en sumo grado una medida, principalmente de la cantidad, y en segundo lugar de la cualidad.

CAPÍTULO II

En las Aporías hemos discutido qué es el Uno y qué se debe admitir acerca de él, debemos investigar cuál es su condición en cuanto a la substancia y a la naturaleza.

En efecto, hay quien dice que el Uno es Amistad, otros que es Aire, y otros, el Infinito. Pero, si ninguno de los universales puede ser substancia, y éste mismo no puede ser substancia como algo singular independiente de los muchos singulares, a no ser tan sólo como predicado, es evidente que tampoco el Uno. Pues el Ente y el Uno son los que más universalmente se predican.

El Ente y el Uno tienen el mismo número de significados. Por consiguiente, se debe investigar qué es el Uno, como también qué es el Ente, en el convencimiento de que no basta decir que esto mismo es su naturaleza.

CAPÍTULO III

Pero UNO y MÚLTIPLE se oponen de varios modos, uno de los cuales enfrenta al Uno y a la pluralidad como indivisible y divisible. En efecto, lo dividido o divisible se llama una «pluralidad», y lo indivisible o indiviso, «uno». El Uno se dice y se explica desde su contrario, y lo indivisible, desde lo Divisible.

Son propias del Uno, como ya expliqué en la división de los contrarios, la identidad, la semejanza y la igualdad, y de la pluralidad, la alteridad, la desemejanza y la desigualdad.

Son semejantes las cosas que, no siendo absolutamente idénticas ni sin diferencia

En cuanto a su substancia concreta, son idénticas en cuanto a la especie. Son también semejantes las cosas que, teniendo la misma especie y produciéndose en ellas el más y el menos, no son ni más ni menos. Y otras, si su afección es idéntica y específicamente una, Otras, si tienen más atributos idénticos que diversos, o absolutamente o en lo que se refiere a los más perceptibles.

Por tanto, es evidente que «otro» y «desemejante» se dice en varios sentidos. En primer lugar, «otro» tiene sentido opuesto a «idéntico.

En segundo lugar, «otro» se aplica también a aquello cuya materia y cuyo enunciado no es uno; por eso tú eres «otro» que tu prójimo; y, en tercer lugar, como en las Cosas matemáticas. Así, pues, «otro» o «idéntico» se aplica, por lo dicho, a todo frente a todo, siempre que se trate de algo que sea uno y ente; pues «otro» no es la contradicción de «idéntico»; por eso no se aplica a los no entes, pero sí a todos los entes. Pues todo lo que es ente y uno es por naturaleza uno o no uno. Así, pues, «otro» e «idéntico» se oponen del modo dicho.

CAPÍTULO IV

Y, puesto que es posible que las cosas diferentes difieran entre sí más o menos, hay también una diferencia máxima, a la cual llamo contrariedad. Que es la diferencia máxima, se demuestra por inducción.

Pero las cosas que difieren específicamente se generan desde los contrarios como puntos extremos, y la distancia entre los puntos extremos es máxima; por consiguiente, también la de los contrarios. Lo máximo en cada género es perfecto. Máximo, en efecto, es aquello que no puede ser superado, y perfecto, aquello más allá de lo cual no es posible concebir nada. En efecto, la diferencia perfecta señala un fin y más allá del fin no hay nada, pues el fin es lo último en todo y contiene lo demás.

La contrariedad primera es la posesión y la privación; pero no toda privación sino la perfecta. Y los demás contrarios se llamarán así por referencia a éstos, unos por tener, otros por producir o poder producir, otros por recibir y otros por rechazar estos u otros contrarios.

Por consiguiente, si se oponen contradicción, y privación, y contrariedad, y relación, y si la primera entre éstas es la contradicción, y si la contradicción no admite nada intermedio, pero los contrarios sí lo admiten, es evidente que no es lo mismo la contradicción que los contrarios. Y la privación es una clase de contradicción; en efecto, lo que es totalmente incapaz de tener algo, o lo que, siendo por naturaleza apto para tenerlo, no lo tiene, sufre privación totalmente o de algún modo determinado de suerte que la privación es una clase de contradicción, o bien una impotencia determinada, o comprendida en el sujeto receptivo.

CAPÍTULO V

Mas, puesto que un contrario sólo se opone a otro, puede uno preguntarse cómo se opone «uno» a «muchos», e «igual» a «grande» y a «pequeño». Pero esto no es necesario

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