Resumen: La Cultura Como Identidad Y La Identidad Como Cultura

RESUMEN: LA IDENTIDAD COMO CULTURA Y LA CULTURA COMO IDENTIDAD

1. Cultura e identidad: una pareja conceptual indisociable.

La identidad se define por sus límites y no por su contenido cultural que marca o fija esos límites. Nuestra identidad solo puede consistir en la apropiación distintiva de ciertos repertorios culturales que se encuentran dentro de nuestro entorno social. La primera función de la identidad es marcar fronteras entre un nosotros y los “otros”, la identidad no es más que el lado subjetivo de la cultura interiorizada en forma específica por los actores sociales en relación con otros actores.

2. Breve incursión en el territorio de la cultura.

Clifford Geertz en los años setenta, define la cultura como “pautas de significados”, restringe el concepto de cultura reduciéndolo al ámbito de los hechos simbólicos. No todos los significados pueden llamarse culturales, sólo aquellos que son compartidos y duraderos a nivel individual o histórico. La cultura no debe entenderse como repertorio homogéneo de significados, puede tener “zonas de estabilidad” y “zonas de movilidad”. Estamos sumergidos en un mar de significados y símbolos, todo esto es nuestro “entorno cultural”. Por una parte los significados culturales se objetivan en forma de artefactos o comportamientos observables y por otra se interiorizan en forma de “habitus”. En el primer caso Bourdieu llamaba “simbolismo objetivado” y en el último caso las “formas interiorizadas”, las formas interiorizadas provienen de experiencias compartidas, mediadas por las formas objetivadas de la cultura, no se podría interpretar las formas culturales exteriorizadas sin los esquemas cognitivos que nos habilitan para ello. Sabemos desde Franz Boas que todas las formas culturales son híbridas desde el momento que se ha generalizado el contacto intercultural, pero las formas interiorizadas de la cultura se caracterizan por la tendencia a recomponer lo híbrido confiriéndole unidad y coherencia.

3. La cultura como operadora de diferenciación.

No es más que la cultura interiorizada por los sujetos, considerada bajo el ángulo de su función diferenciadora en relación con otros sujetos. Immanuel Wallerstein señalaba que una de las funciones atribuida a la cultura es la de diferenciar a un grupo de otros grupos, de aquí su papel de operadora de diferenciación. Podemos entender que la concepción que se tenga de la cultura va a comandar la concepción correspondiente de la identidad. Zigmunt Bauman considera que en la sociedad posmoderna todo es “liquido” negando de este modo todo estabilidad a los procesos sociales.

4. La identidad como atributo relacional de los actores sociales

El gran problema de ciertos sectores de las ciencias sociales en todo México, es la tendencia a “psicologizar” las categorías estadísticas, los grupos y los colectivos. Existen precedentes que presionan en esta dirección, como cierta literatura que de Samuel Ramos hasta Octavio Paz busca definir, esta “psicología literaria” puede provocar en sus lectores lo que Bourdieu llamaba “efecto de teoría”, es decir, sus lectores pueden terminar identificándose, de este modo la teoría hace existir lo que antes de ella no existía. La teoría de identidad se inscribe dentro de una teoría de los actores sociales, no puede existir “acciones sin sentido” sin actores, y la identidad constituye precisamente uno de los parámetros que definen a estos últimos.

5. Identidades individuales.

La identidad del individuo es una identidad cualitativa que se forma por los procesos de interacción social. Si aceptamos que la identidad de un sujeto se caracteriza por la voluntad de distinción, se plantea la cuestión de cuáles son los atributos diacríticos a los que el sujeto apela para fundamentar esa voluntad. Se trata de una doble serie de atributos distintivos: de pertenencia social y particularizantes. La identidad se define por el conjunto de pertenencias sociales. Las pertenencias sociales constituyen un componente esencial de las identidades individuales, según Simmel la multiplicación de los círculos de pertenencia, lejos de diluir la identidad la fortalece. Según los sociólogos, lo más importantes serían la clase social, la etnicidad, las colectividades territorializadas, los grupos de edad y el género. Los “atributos particularizantes” son múltiples, variados y cambiantes. Las personas se

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