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Resumen Mitos

paol11Resumen18 de Febrero de 2015

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Resumen Mitos

Eliade, Mircea La prueba del laberinto, (pág.147-156) / Eliade, Mircea Mito y realidad, cap. I: “La estructura de los mitos” (pág. 7-27)

1- ¿Qué entiende Eliade por sagrado? ¿qué relación tiene con la historia y la vida cotidiana del hombre? Identifique su vínculo con lo profano

Mediante la experiencia de lo sagrado, el espíritu ha captado la diferencia entre lo que se revela como real, potente y significativo y lo que carece de esas cualidades. Lo sagrado no es una etapa en la historia de la conciencia, sino un elemento de la estructura de esa misma conciencia.

La experiencia de lo sagrado es inherente al modo de ser del hombre en el mundo. Sin la experiencia de la realidad -y de lo que no lo es- no podría construirse el ser humano. A partir de esa evidencia precisamente, el historiador de las religiones empieza a estudiar las diversas formas religiosas. Lo sagrado no implica la fe en Dios, en los dioses o en los espíritus. Es, la experiencia de una realidad y la fuente de la conciencia de existir.

Es precisamente a travez de la experiencia interior como cada cual podrá reconocer lo sagrado en los actos religiosos de un cristiano o de un primitivo.

Lo sagrado de opone a lo profano y a la vez es en si mismo ambivalente, no solo porque sus dos polos son la vida y la muerte, sino porque atrae y a la vez causa terror.

2- Señale las características fundamentales del mito, identifique su relación con el rito

El mito es una realidad cultural extremadamente compleja, que puede abordarse e interpretarse en perspectivas múltiples y complementarias.

El mito cuenta una historia sagrada: relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los comienzos.

Los mitos describen las diversas y a veces dramáticas, irrupciones de lo sagrado (o de lo sobrenatural) en el mundo. Es esta irrupción de lo sagrado la que fundamenta realmente el mundo y la que le hace tal como es hoy día.

El mito se considera como una historia sagrada y, por lo tanto, una historia verdadera puesto que se refiere siempre a realidades.

El mito le enseña las historias primordiales que le han constituido esencialmente, y todo lo que tiene relación con su existencia y con su propio modo de existir en el Cosmos le concierne directamente. Asi como el hombre moderno se estima constituido por las Historia, el hombre de las sociedades arcaicas se declara como el resultado de cierto número de acontecimientos miticos.

La historia narrada por el mito, constituye un conocimiento de orden esotérico no solo porque es secreta y se transmite en el curso de una iniciación, sino también porque este conocimiento va acompañado de un poder mágico-religioso. Conocer el origen de un objeto, equivale a adquirir sobre ellos un poder mágico, gracias al cual se logra dominarlos, multiplicarlos o reproducirlos a voluntad.

Conocer los mitos es aprender el secreto del origen de las cosas. Se aprende no solo como las cosas han llegado a la existencia, sino también donde encontrarlas y como hacerlas reaparecer cuando desaparecen.

No se puede cumplir un ritual si no se conoce el origen, es decir, el mito que cuenta como ha sido efectuado la primera vez.

Características del mito:

• Constituye la historia de los actos de los Seres Sobrenaturales

• Esta historia se considera absolutamente verdadera (porque se refiere a realidades) y sagrada (porque es obra de los seres sobrenaturales)

• El mito se refiere siempre a una creación, cuenta como algo ha llegado a la existencia, o como un comportamiento, se ha fundado; es esta la razón de que los mitos constituyan los paradigmas de todo acto humano significativo

• Al conocer el mito, se conoce el origen de las cosas y por consiguiente, se llega a dominarlas y manipularlas a voluntad. Un conocimiento que se vive ritualmente, ya al narrar ceremonialmente el mito, ya al efectuar el ritual para el que sirve la justificación

• Se vive el mito, en el sentido de que se esta dominado por la potencia sagrada.

Vivir los mitos implica una experiencia verdaderamente religiosa, puesto que se distingue de la experiencia ordinaria, de la vida cotidiana. La religiosidad de esta experiencia se debe al hecho de que se reactualizan acontecimientos fabulosos, exaltantes, significativos; se asiste de nuevo a las obras creadoras de los Seres Sobrenaturales.

Los mitos revelan que el mundo, el hombre, y la vida tienen un origen y una historia sobrenatural y que esta historia es significativa, preciosa y ejemplar.

3- Identifique el concepto de arquetipo en la obra de Eliade (busque ejemplo en las culturas mesopotámicas).

Había una confusión en la terminología de Jung. Para el, los arquetipos son las estructuras del inconsciente colectivo. Eliade utiliza ese término aludiendo a Platón y San Agustín, dándole el sentido de modelo ejemplar revelado en el mito y reactualizando el rito.

Ejemplo:

“¿Hay algo que nos permite establecer una diferencia entre el último emperador, Mao, y el último zar, Lenin? Me parece que distingue implícitamente entre una sacralidad verdadera que enlazaría con la transcendencia, y una sacralidad falsa…” los reyes de las mesopotámias y los faraones.

Es cierto que las ideologías políticas contemporáneas carecen de relación con la transcendencia. Quedan sin embargo, como reliquias del sentimiento sagrado, el sentido de la responsabilidad fundamental del jefe y la esperanza mesiánica.

El mito de Stalin trasluce la nostalgia del arquetipo. No hay ninguna degradación que no recuerde un grado más alto, perdido o confusamente deseado.

El Arquetipo de Eliade es algo primordial, primitivo, que trasciende a lo humano, que da "sentido" o "valor" a algo. El texto dice más o menos esto: "El objeto aparece como receptáculo de una

fuerza extraña que le confiere sentido y valor. Así también los actos humanos, su significación y

valor están vinculados por ser reproducción de un acto primordial"

Georges Bataille. Teoría de la religión. Cap. III: El sacrificio, la fiesta y los principios del mundo sagrado.

 ¿En qué reside la necesidad del sacrificio? Explique su principio. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de “retorno a la intimidad inmanente”?

El principio del sacrificio es la destrucción, pero la destrucción que el sacrificio quiere operar no es el aniquilamiento. Es la cosa (solo la cosa) lo que el sacrificio quiere destruir en la victima. El sacrificio destruye lazos de subordinación reales de un objeto, arrebata a la victima del mundo de la utilidad y la devuelve al del capricho inteligible. Pasa del mundo de las cosas – cerradas al hombre y que no son nada para el- al mundo que le es inmanente, intimo.

La separación previa del sacrificador y del mundo de las cosas es necesaria para la vuelta a la intimidad, de la inmanencia entre el hombre y el mundo, entre el sujeto y el objeto. El sacrificador tiene necesidad del sacrificio para separarse del mundo de las cosas y la victima no podría ser separada de el a su vez si el sacrificador no lo estuviese ya el mismo de antemano.

El retorno a la intimidad inmanente implica una conciencia obnubilada: la conciencia esta unida a la posición de los objetos, como tales, directamente aprehendidos, fuera de una percepción confusa, mas alla de las imágenes irreales de un pensamiento fundado sobre la participación.

 ¿Cuál es el sentido del sacrificio? ¿Y el de la fiesta?

La ejecución sacrificial resuelve por medio de una inversión la penosa antinomia de la vida y la muerte. En efecto, la muerte no es nada en la inmanencia, pero por el hecho de que no es nada. Por el hecho de que la muerte no tiene sentido, de que no hay diferencia entre ella y la vida, de que no hay contra ella ni temor ni defensa.

El poder que tiene la muerte en general elimina el sentido del sacrificio, que opera como la muerte en lo de que restituye un valor perdido por medio de un abandono de ese valor. Sacrificar no es matar, sino abandonar y dar. La ejecución no es mas que una exposición de un sentido profundo.

El sacrificio es la antítesis de la producción, hecha con vistas al futuro, es el consumo que no tiene interés más que por el instante mismo. En este sentido es don y abandono: el don de una ofrenda la hace pasar precisamente al mundo del consumo precipitado. Esto es lo que significa “sacrificar a la divinidad”.

Se sacrifica lo que sirve, no se sacrifican los objetos lujosos. No se podría tampoco sacrificar lo que no hubiese sido retirado en primer lugar de la inmanencia, lo que no habiéndole pertenecido nunca no hubiera sido secundariamente avasallado, domesticado y reducido a la cosa.

El movimiento inicial de la fiesta esta dado en la humanidad fundamental, pero no alcanza la plenitud de un rebrotar mas que si la concentración angustiada del sacrificio desencadena. La fiesta reúne hombres que el consumo de la ofrenda contagiosa abre a un abrasamiento, empero limitado por una sabiduría de signo contrario: es una aspiración a la destrucción la que estalla en la fiesta, pero es una sabiduría conservadora la que la ordena y la limita. La fiesta es soportada en la medida que reserva las necesidades del mundo profano.

La fiesta es la fusión de la vida humana. Es para la cosa y el individuo el crisol en que las distinciones se funden al calor intenso de la vida intima. Pero su intimidad se resuelve en la posición real e individualizada del conjunto en juego en los ritos. La fiesta es limitada en vistas a una comunidad real, a un hecho social

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